En el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM, realizan un gran proyecto para mantener y restaurar la relación fértil y productiva entre corales y arrecifes, cada vez más afectada por la intervención humana en los océanos.
Al frente del proyecto, Anastazia Banaszak, investigadora del ICMyL, desarrolla una estrategia científica para capturar en el mar células sexuales (gametos) de corales, fertilizarlas y cultivar a esos pequeños animales invertebrados en viveros especializados para luego regresarlos al mar, en donde crecen y se reproducen en los arrecifes, las estructuras calcáreas en las que viven de manera natural.
Tras fertilizarlos en laboratorio, explica la doctora en biología acuática y poblaciones, los corales se cultivan en viveros de agua marina en tierra. Dos están en Puerto Morelos: uno es de la UNAM y otro del Centro Regional de Investigaciones Pesqueras del Instituto Nacional de Pesca (Inapesca). El tercero se ubica en el Ecoparque Xcaret, en Playa del Carmen.
“En los viveros trabajamos con los reclutas sexuales, es decir, los corales que han sido producidos en la UNAM por fertilización”, precisó.
A la fecha cuentan con cerca de cuatro mil colonias de tres especies coralinas:Orbicella faveolata, Diploria labyrinthiformis y Acropora palmata (cuerno de alce), esta última enlistada para protección en la Norma Oficial Mexicana (NOM) 059, que agrupa a aquéllas incluidas en alguna categoría de riesgo.
“Con Diploria labyrinthiformis no tuvimos mucho éxito, pues tiene un crecimiento lento y está expuesta a los depredadores, así que muchos corales no sobrevivieron. Entonces iniciamos una nueva estrategia, que incluye un sustrato para llevar a los coralitos hasta el arrecife, como si estuvieran en una casita.”
En esta etapa, finaliza, la iniciativa se ha expandido al Parque Nacional Arrecifes de Xcalak y a la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, ambas zonas protegidas.