En un operativo conjunto, la madrugada del sábado 21 de mayo, las policías federal y capitalina desalojaron a los maestros que se encontraban en plantón en la Plaza de Santo Domingo, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
La acción fue encabezada por Uriel Mendoza, Comisario Jefe de la Policía Federal, quien pidió a las y los integrantes de la CNTE retirarse a sus estados de origen.
“Hay muchos de ustedes señores, algunos de ustedes que tienen órdenes de aprehensión, los invitamos a que se retiren pacíficamente, los vehículos que hay aquí tienen el nombre de cada uno de los estados de donde vienen, les vamos a dar veinte minutos para desalojar, para que se organicen y suban a los autobuses que tienen los nombres de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Estado de México”.
El oficial advirtió a los maestros que si no subían a los camiones, serían desalojados con la fuerza pública, por lo que los integrantes de la CNTE se retiraron del lugar sin ofrecer resistencia.
Al final las y los manifestantes se repartieron en tres convoys de cinco autobuses, los cuales fueron escoltados hasta las casetas de cobro.
Acusa CNTE represión
Los líderes de la CNTE acusaron que el desalojo fue una acción de represión e intimidación al movimiento magisterial.
Según Enrique Enríquez, dirigente de la Sección 9 de la CNTE, la próxima semana regresarán los manifestantes para marchar el miércoles en rechazo a la reforma educativa; el jueves en apoyo a los padres de los normalistas de Ayotzinapa; y una gran marcha magisterial el viernes.
A través de un comunicado, la CNTE afirmó que los maestros desalojados fueron 3 mil y reprocho al gobierno su actuar:
“Ante su falta de argumentos para dar la atención debida al magisterio inconforme con la ley educativa, puesto que no ha logrado demostrar a lo largo de tres años dónde están las ‘bondades’ y ‘beneficios’ de una reforma totalmente injusta, ahora el único argumento que les quedó fue la amenaza y la coacción”.
Con información de Reforma.