El gran reto del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), es demostrar que la evaluación sirve para mejorar la calidad de los aprendizajes y garantizar el derecho a la educación, señaló la consejera presidenta de este Instituto, Sylvia Schmelkes, al participar en el Seminario Internacional de Educación Integral (SEIE), organizado por la Fundación SM.
Para este propósito, las evaluaciones deberán contar con credibilidad, por lo que se deberá evaluar a los evaluadores, y los maestros evaluados podrán apelar los resultados de dicha evaluación, sostuvo Schmelkes.
La evaluación tiene que reconocer la diversidad, tener una solidez técnica, debe ser justa y asumir la complejidad para demostrar que en realidad sirve para mejorar, señaló Schmelkes.
La evaluación, entonces, debe convertir al maestro en un profesional de la educación, fortalecer su capacidad docente, su capacidad de inclusión dentro del aula, así como fortalecer su capacidad de cuidar y mejorar la enseñanza, porque entiende que es ésta “lo que permite el aprendizaje”, aseguró la presidenta del INEE.
Se prevé aumento de aspirantes
Entrevistada al término de su conferencia, Sylvia Schemlkes, reconoció que se prevé un aumento de aspirantes a concursar por una plaza docente, por lo cual pasarán de 130 mil a 250 mil candidatos, señaló.
Proponen prorroga para los estados
Con respecto a la armonización de las leyes estatales con la Ley del Servicio Profesional Docente, que tiene como fecha perentoria este 12 de marzo, la consejera Presidente del INEE, sugirió que los estados que vayan más atrasados en este proceso legislativo, se les de una prorroga con el fin de que dicha armonización no se haga al vapor.
La intención de esta armonización, es asegurar que las evaluaciones correspondan al contexto educativo de cada entidad federativa, así como acabar con la venta o herencia de plazas docente y poner, en esta ocasión, todas las plazas a concurso, dijo.
Una cultura de la evaluación
Para evitar que se perviertan los concursos de plazas así como las evaluaciones a los profesores en servicio, se tiene que instaurar una nueva cultura de la evaluación, sugirió Schmelkes. Para anclar esta nueva cultura en el sistema educativo, las evaluaciones deben ser públicas, se deben conocer sus propósitos; así como respetar los datos privados, y dar a conocer los resultados agregados.
Además, la evaluación debe ser transparente y apelable, “los sujetos tienen derecho a conocer sus resultados y en todo caso a cuestionarlos como a solicitar su verificación, dijo Schmelkes; y abundó: “violentar cualquiera de estos puntos sería ir en contra de la cultura evaluativa”, sentenció.
Los riesgos de la evaluación
Los riesgos de la evaluación son banalizar lo complejo y diverso; así como reducir la educación sólo a lo medible, pero también si se miden aspectos educativos sin instrumentos sólidos, “llevará a tomar decisiones discrecionales que afectan la vida de las personas”, dijo la responsable de la evaluación del sistema educativo en México