Dr. Hilario Velez Merino
La próxima titular de la SEP subrayó que no cambiará nada y “sólo se acrecentarán y fortalecerán algunas cosas, pero será a partir de un diagnóstico claro”.
La Jornada, 17 de enero de 2021
El contexto
Me desempeño como Supervisor de la Zona Escolar 05 de Secundarias Técnicas. Mis propósitos: consolidar el asesoramiento pedagógico y, en reunión de Consejo Técnico de Zona, iniciar y fortalecer un proceso de acompañamiento de todos de manera horizontal para iniciar nuestra transformación de la práctica educativa que desarrollamos. Es importante expresar que, al mismo tiempo, nos transformamos nosotros mediante la reflexión, la investigación y el diálogo compartido sobre la práctica educativa propia.
Me manifiesto como supervisor y docente: siento la docencia, las necesidades de la profesión y los claroscuros del aula cuando trabajo en soledad y a la vista inquisidora de la autoridad.
Puedo asegurar con absoluto orgullo que desde hace ya once meses mi acción pedagógica en clases virtuales por la pandemia los docentes y directivos sostenemos el sistema educativo a pesar de todo y contra viento y marea.
Son los docentes quienes salen a localizar a cada alumno, informan sobre cada situación de salud y del entorno. Buscaron mantener el vínculo entre nosotros y los alumnos; tratan de darle estabilidad a la vida dentro de una situación inédita para todos.
Para ellos y para nosotros (que también tenemos padres en edad de riesgo e hijos), triplicamos las horas de trabajo y buscamos de mil maneras mantener el vínculo y lograr la continuidad educativa. Colaboramos con nuestra computadora, celular, luz, Wifi, nuestra privacidad del hogar que, en algunos casos, se resquebrajó.
Nosotros fuimos con nulo apoyo de la autoridad administrativa quienes nos mantuvimos comunicados: pasamos datos de los estudiantes que no tenían para comer, padres que perdían su trabajo y niños y jóvenes abandonados por sus padres por esta contingencia sanitaria.
Siempre hemos sido el muro de contención; pero esta vez, más que nunca y en ocasiones (luego de decirle a algún estudiante o padre que todo va a estar mejor), hemos cerrado la computadora secándonos las lágrimas, a veces por la pérdida de un familiar nuestro o de nuestros alumnos.
Somos los docentes quienes atendemos el mensaje a las diez de la noche (algunas maestras lo hacen mientras en su hogar elaboran los alimentos para sus hijos).
La situación problemática
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el segundo año de la pandemia de Covid-19 podría ser más duro que el primero dado el ritmo de propagación en momentos en que empiezan a circular variantes más infecciosas; podría ser incluso más duro debido a algunas dinámicas de la transmisión (señaló Mike Ryan, Director de Emergencias de la OMS, durante una transmisión en redes sociales).
En la reciente semana se registraron cinco millones de casos nuevos de contagio tras dos semanas de tendencias a la baja.
Un 40 % de las familias de los alumnos de la Zona Escolar no cuentan con televisión, ni señal de internet y carecen de recursos económicos para poner crédito al celular; esta brecha digital es un nuevo rostro de la desigualdad entre los que menos tienen y los que se quedaron sin trabajo por la pandemia.
Wilkinson y Picket en su magnífico libro Desigualdad. Un análisis de la (in)felicidad colectiva, nos comenta acerca de infinidad de patologías sociales y muchos sufrimientos personales. La pérdida de calidad en las relaciones sociales, el deterioro de la salud, el consumo de sustancias nocivas, la disminución de la esperanza de vida, la obesidad enfermiza, el bajo rendimiento académico, las múltiples violencias cotidianas, son tan solo algunos de los problemas directamente vinculados al nivel de desigualdad de una colectividad.
No merece la pena buscar la causa de tales problemas en la familia, la cultura, la falta de valores o una limitada educación, porque la desigualdad es el mejor predictor del malestar social y del daño personal. Por este motivo, desde una perspectiva educativa, decimos que la igualdad es un gran aliado de la educación moral. Mientras que la desigualdad, por el contrario, solo provoca destrucción social y moral.
También es cierto lo que se publica en La Jornada. Los maestros ya presentamos un sinfín de patologías: visión borrosa, resequedad ocular, dolor de cuello y espalda, migrañas, problemas circulatorios y diagnóstico de estrés crónico son algunos padecimientos que enfrentan profesores de educación básica tras la instauración del modelo de educación a distancia y del programa Aprende en Casa —no sólo implica más gastos de luz, internet y materiales didácticos; también representa una enorme carga laboral.
La propuesta
Por ello, la titular de la SEP necesita impulsar muchos cambios, comenzando con los pedagógicos.
Cuando se presentó El aprende en casa II, sólo vimos al Secretario de Educación y los representantes de las televisoras, pero ningún maestro, alumno o padre de familia. Si somos los maestros los que pedagógicamente sostenemos el sistema educativo desde que inicio la pandemia, exigimos que se escuche nuestra voz. Las experiencias que hemos construido serían el primer cambio significativo para la Nueva Escuela Mexicana e iniciaremos democráticamente la construcción curricular de abajo hacia arriba y romperemos radicalmente con el principio de todas las reformas educativas que se han realizado de arriba hacia abajo donde no tiene cabida la voz de los docentes ni de los alumnos. Este rubro corresponde a la estrategia de la 4ª. Transformación sobre la Renovación Curricular, pero que no quede en manos de un equipo de especialistas.
Desde el curso escolar anterior y el presente en educación secundaria trabajamos con los planes y programas 2013 y 2017.Los programas Aprende en casa I y II reproducen la tradición vertical y centralista de la escolarización mexicana cuyo resultado es el cansancio y múltiples patologías de maestros alumnos por la excesiva carga de tareas y el agotamiento de ver los programas de televisión por largas horas.
Una escuela donde el comedor, la cocina o el dormitorio las familias que cuentan con esta infraestructura son el aula de clases, no es aula física.
Los planes y programas, los libros de texto son contenidos que no se relacionan con la problemática que las familias y los alumnos viven a diario; ante ello, los maestros hemos aplicado pedagogías para aprendizajes emergentes y significativos para la realidad que estamos viviendo; desarrollamos un sentido crítico y de reflexión; por ejemplo, solo para entender que es el Covid-19, cómo cuidarse y crear conciencia con los otros para que no se propague el virus son aprendizajes significativos que potencias la responsabilidad y valores éticos fundamentales. Entonces pedir este cambio no es política es la fuerza de la transformación e innovación que los docentes hemos asumido.
Sobre la estrategia sobre la Revalorización Docente el Lic. Esteban Moctezuma Barragán, en los mensajes de inicio de cada Consejo Técnico Escolar, hace mención de la revalorización del magisterio como política de la Cuarta Transformación. Pero hay un desprestigio oculto tras esta política de revalorización de la docencia, basta mencionar que cada maestro tuvo que comprar con su raquítico sueldo una nueva computadora, pagar el internet, sacar copias para hacerle llegar el proyecto o cuadernillo al alumno que no cuenta con televisión o internet, hasta la propia centralidad de los planes y programas y el establecimiento de relaciones pedagógicas que impone una educación colonialista y neoliberal.
No analicemos las estructuras administrativas donde los funcionarios educativos se nombran de acuerdo a reconocimientos políticos del partido en el poder: en su mayoría carecen de preparación para el desarrollo de la gestión pedagógica; sus tareas son eminentemente administrativas. Basta un ejemplo: el de Yucatán; no hay revalorización del maestro Hay compañeros que la SEP les ha otorgado el régimen de contrato por muchos años y ahora no son tomados en cuenta; le han dado prioridad a la afiliación política.
Esa es otra tarea Mtra. Delfina Gómez, que establece la estrategia: Estabilidad laboral y proceso de basificación: que se cuente con el personal preparado que exige una educación que responda a los retos del siglo XXI —porque las autoridades del régimen neoliberal, que administraron el sistema educativo, se transformaron en verdaderos cuellos de botella.
Pero, en fin, nos alegramos y entusiasmamos con su nombramiento. Su perfil es de sobrada solvencia pedagógica y, somos optimistas, sabrá eludir obstáculos para emprender la reforma profunda del sistema educativo en beneficio de los alumnos, docentes y directivos.