Reynaldo Rivas Vargas*
Después de 18 meses ¡estamos seguros! de que ustedes los docentes han adquirido experiencia para poder hacer frente y poder dar atención a lo que hoy permea y requiere llevarse acabo en las escuelas. “Atender a los estudiantes bajo la idea de una educación hibrida.” Por lo que muy seguramente en colectivo han encontrado respuestas para hacer frente a esta modalidad que requiere nuevos esfuerzos, trabajar en colaborativo y colocar a la escuela como esa comunidad de aprendizaje y, ser el refugio seguro de sus alumnos.
Fueron las palabras que pronunció una Subdirectora Regional de Educación Básica en su asistencia a la apertura de los Consejos Técnicos Escolares (CTE) en su fase que se conoce intensiva, efectuados durante la semana de 23 al 27 de agosto de 2021. Que, dicho sea de paso, fue un fuerte golpe al ya muy desgastado estado emocional de los docentes que allí se encontraban.
Ante las caras desencajadas de los docentes que escuchaban a su máxima autoridad de aquella región y, aún con el desencanto por lo que representó que un día antes de iniciar estos talleres (domingo 22) para enterarles que tendrían que asistir al Consejo técnico Escolar (CTE) ya de manera presencial. Los profesores comenzaron con una inflexión de poner oídos sordos, pero también de cuchichear cada una de las palabras que salían de los labios de la representante de la educación básica de aquella región escolar (preescolar, primaria y secundaria).
Los mentores en un tono de disimulo, pero también de sarcasmo, iban haciendo gestos de desaprobación ante ese pronunciamiento, que al parecer carecía al ver los rostros de los profesores, de empatía, de apoyo y quizá para brindarles a ellos también pistas para un regreso seguro, causándoles en su estado emocional, un enorme disgusto, porque escuchaban y notaban que sus palabras no estaban ad hoc a la realidad. He de aclarar que los docentes al menos muchos de los que conozco, sí se tratara de reconocerles su historia pedagógica frente a grupo, se caracterizan por ser personas que trabajan con gran ahínco, se pronuncian por atender a sus estudiantes y como dice un viejo adagio “llueve, tiemble o relampaguee” dan sus clases.
Este pronunciamiento conforme fue avanzando en algunos profesores subrayaron con un tono existencialista ¡nosotros tenemos la culpa! porque no escuchaban un reconocimiento que los motivara, que dieran pistas de una declaración que les ayudara a palear su ya desgastada imagen. Por citar, sus murmullos iban en echar encara ¿y lo que hicimos en estos últimos meses? Declararon: pusimos un enorme esfuerzo para que nuestros alumnos no se quedaran sin atención, asistiendo a sus casas, llevándoles tarea, conectándonos a las plataformas que se ofertaron ya sea de paga o de manera gratuita para hacer que uno de los mandatos importantes, se cumpliera. ¡Eso no cuenta!
¿Qué esperaban escuchar los profesores?
Los cuchicheos que se dejaban sentir durante aquel discurso fueron subiendo, un fuerte reclamo a regañadientes fue cuestionar ¿Cómo los atenderemos? Ante la afirmativa que se dejó oír, porque se pronunció que dos días para atender los alumnos con problemas de conexión y que no pudieron regularse, dos días para alumnos con problema de aprendizaje y un día para generar acuerdos y planear la forma en que trabajarían cada semana. Sin duda fue un discurso muy atrevido y más cuando se colocó como área de oportunidad que esta localidad, la escuela misma, contaba con los recursos económicos, humanos y de infraestructura, para poder dar atención a los estudiantes.
¡Tal parece que no ha estado en un aula de clases! fue una réplica que levemente se dejó escuchar por varios de los profesores que se mantenían alojados en el espacio al aire libre que se destinó, para poder presenciar y escuchar a detalle la narrativa que se fue desarrollando. Generándose ante lo que se dejaba oír cierto resentimiento porque tal pareciera que lo que se iba pronunciando cada vez se convertía un espacio para ser blanco de criticas y de injurias, o no se si de manera ingenua el amotinamiento era considerado como una forma de motivar a los docentes que esa semana asistieron a llevar a cabo el CTE. Porque lo que se pudo interpretar, ante las caras largas de los asistentes, fue el de querer aclarar con sus miradas, con sus muecas, que cada espacio suele ser muy diferente y las condiciones de los lugares a pesar de ser aceptables, como se dice cotidianamente “las apariencias engañan”
¿Ante que disyuntiva se encuentran los docentes? Un planteamiento que entre murmullos se dejaba salir de los labios de algunos ¡pues que no ve la escuela cómo esta! ¿Qué esperaban percibir? Un quizá, que no trabajarían más a distancia, que su trabajo solo se imbricaría a estar presentes los estudiantes en sus aulas de clase, que ellos trabajarán como lo venían haciendo. Situación que desde esta palestra visualizamos riesgoso, porque una especulación ante lo vivido en esa mañana, el afán tendría que girar con relación a responderse como lo señalo la subdirectora regional ¿Qué necesitan aprender los alumnos de su escuela en el presente ciclo escolar? ¿Cuáles son las principales dificultades que se avecinan y que tendrán que atender?
Ante estos dos cuestionamientos se pudo apreciar, no se si de manera sínica o de indiferencia por todo lo que fueron sintiendo, una sublevación casi a una sola voz ¡pues todo lo que no vieron durante el periodo de pandemia! Las conjeturas pueden ser muchas sobre lo que declararon, porque ante esas ilusiones traicionadas se compluguieron en expresar consecuencia de la inercia desarrollada en ese pronunciamiento ¡hay maestra usted no tiene idea de lo que implica estar en un aula de clase con eso que esta diciendo!
Finalmente podemos notar que ante el palabra y la interpretación que cada uno de los profesores denotó, es que sigue existiendo el temor por regresar a clases presenciales, primeramente en algunos de los asistentes comentan que el Covid 19 en muchos de ellos cobró vida en algún familiar, dejando un dolor muy intenso, además las condiciones de interpretación teórico metodológico sobre el trabajo hibrido, no es claro y conceptualmente implica generar una gran tarea, convencerse que juntos, en colaboración pueden lograr grandes resultados. Y que su quehacer se tornará de manera muy caótica, porque hay que atender varios rubros, y que las escuelas no tienen después de este tiempo de pandemia, las condiciones mas favorables y halagüeñas para poder brindar un regreso seguro como hoy se pronuncia.
Asesor investigador académico. r.rivasvargas@yahoo.com.mx