Eduardo Grajales
En un intento por mostrar a una secretaria de Educación estratégica y vinculada con el magisterio el diario La Jornada presentó una entrevista de la funcionaria, muy pobre de contenido, donde deja ver una secretaria muy lejos de lo que se espera y de lo que demanda la realidad educativa.
En ella, el enfoque principal del discurso de la secretaria es la reivindicación y revalorización de los maestros, así como un proyecto educativo enfocado a la niñez mexicana, sin embargo y a juzgar por los comentarios expresados, se percibe una reiteración de un discurso oficial sin sustento real, que todavía no cuaja en ninguno de ambos sectores educativos
En el magisterio, por ejemplo, la promesa de su revalorización todavía representa una promesa incumplida por la 4T, pues a muchos de los sectores magisteriales no le es suficiente con haber derogado la denominada reforma punitiva, sin que ello venga acompañado de un verdadero proyecto de revalorización que cristalice la Reforma 2019.
Para los maestros revalorización significa, devolverles sus conquistas perdidas, como verdaderos estímulos económicos que hasta ahora no se ven en el esquema de promociones actual y donde, por el contrario, relucen la falta de presupuesto y un incremento de trámites para acceder a sus beneficios, que prometían por lo menos ser similar a los de la antigua Carrera magisterial qué tanta bonanza trajo al sector en años pasados.
La revalorización les implica además acceder a capacitación profesional y actualizada que los ponga las alturas de los nuevos retos, como el manejo de las tecnologías y la actualización en enfoques didácticos vanguardistas, de los cuales ni uno ni otro han sido posibles implementar ante un subejercicio en esa partida presupuestal por parte de la SEP.
Reivindicar el papel docente representa pues una serie de elementos que muchas veces tienen que ver más con lo político que con lo económico, como el tomar en cuenta las necesidades reales de del magisterio en la confección de proyectos educativos, como brindarles acompañamiento necesario de la situación adversa que están viviendo en las escuelas por el COVID-19, y sobre todo mantener con ellos un diálogo directo con su base que no con sus líderes, que actualmente o no los representan o los representan mal.
Por otro lado, en el sector estudiantil, no queda claro en la sociedad como es posible que se ponga a las y los niños en el centro de la política educativa cuando han sido estos los más lastimados en sus derechos mediante sendos recortes presupuestales a programas importantísimos que contribuían a su beneficio, como el de educación en la primera infancia y el de Escuelas de tiempo completo, por citar algunos.
No queda claro cómo es que se pone a las y los niños como centro de atención política cuando a la fecha no existe un proyecto para recuperar a los más de 5 millones de estudiantes que desertaron de las aulas, y/o para brindar la recuperación pedagógica de los contenidos que no aterrizaron en las aulas, afectando a millones de ellos en la falta de desarrollo de habilidades pedagógicas.
Por tanto, la entrevista a la maestra Leticia Ramírez deja aún más interrogantes que verdades, y corrobora un elemento clave que ha sido reiterado por las y los maestros, como es la falta de conocimiento de la realidad educativa de la nueva funcionaria, y su falta de vinculación con las diferentes expresiones magisteriales que integran el amplio mosaico del SNTE, lo cual desde ahora se convierte en sus primeros retos laborales, si realmente busca atender los grandes problemas de la agenda educativa.
En este contexto, la nueva secretaria solo podrá lograr este propósito a partir de la toma de decisiones de obligado consenso, que estén subordinadas no a la visión unipersonal sino a la construcción de ciertas mayorías y al involucramiento oportuno de múltiples actores que puedan tener intereses comunes.
La maestra Leticia, pues, tendrá que demostrar su capacidad para plantear estos temas y otros temas con asertividad, construir ‘momentum’ y tejer entendimientos que le permitan transitar a decisiones tan oportunas como vitales para el sistema educativo nacional.