En un mundo cada vez más conectado por la tecnología y la comunicación, el inglés se ha vuelto en una herramienta imprescindible tanto en el ámbito académico como en el laboral, así como para los negocios y el turismo.
Por eso, resulta vital que las personas aprendan a hablar, escuchar, leer y escribir en este idioma, el cual ha demostrado brindar más oportunidades a aquellos individuos que dominan una lengua aparte de la nativa.
En este sentido, los profesores toman un papel determinante en la enseñanza del inglés, al ser ellos los que cuentan con la preparación didáctica para transmitir los conocimientos a sus estudiantes y facilitarles el aprendizaje de un nuevo idioma. En México, la Secretaria de Educación Pública (SEP) ha iniciado capacitaciones con su personal docente para que impartan lecciones de la lengua inglesa a nivel básico (preescolar, primaria y secundaria), con el fin de que los alumnos mexicanos tengan los argumentos necesarios para tener nociones del idioma y llegar a los niveles de educación superior y que, al nivel universitario, tengan un dominio considerable del inglés.
Sin embargo, la realidad es que no todos los docentes tienen un nivel aceptable de inglés y eso puede repercutir en la enseñanza del idioma, debido a que el bajo nivel puede incluso repercutir al alumno y dejarle una doctrina errónea en pronunciación, gramática u ortografía. Tan solo hay que tomar en cuenta que el nivel de inglés en México es uno de los más bajos, de acuerdo al último informe EPI de English Live y eso puede repercutir, al rezagar a los estudiantes y profesionistas mexicanos frente a un mercado global que cada vez más exige gente preparada y mejor comunicada.
Ya sea por miedo o aburrimiento, algunos alumnos no están interesados por aprender un idioma nuevo y, sin maestros preparados que los motiven, resulta difícil que busquen aprender por cuenta propia, cerrándose puertas en aspectos académicos, culturales y laborales.
Por eso, resulta importante que los profesores, con un papel pedagógico determinante, se preparen y aprendan todo lo necesario para poder darle clases a sus estudiantes, brindándoles las facilidades para aprender un nuevo idioma y sobretodo inyectándoles el interés para que lo estudien y sigan preparándose cada día más.
Al igual que otras asignaturas, la enseñanza del inglés requiere de un personal apto y con conocimientos de la materia que imparte. Lo ideal es que los profesores de lengua inglesa cuenten con alguna certificación para garantizar su dominio del idioma y su habilidad didáctica. El examen TOEFL (Test of English as a Foreign Language) es el más reconocido en Estados Unidos y Canadá para acreditar el inglés, pero también existen el IELTS (International English Language Testing System), recomendado en Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, mientras que el TOEIC (Test of English for International Communication) y el BEC (Cambridge Business English Certificate) están más enfocados en un ámbito laboral y empresarial. A pesar de que son certificaciones distintas que evalúan los conocimientos de la lengua inglesa de acuerdo a distintas necesidades, el TOEFL Y el TOEIC resultan ser los más comunes en cuanto a la enseñanza del idioma, además de que su índice de efectividad es casi perfecto.
A pesar de que no se ha hecho un requisito indispensable, un instructor certificado genera más confianza y brinda mayores herramientas para sus pupilos, a quienes puede auxiliar con sus dudas con más facilidades que un profesor con un nivel de inglés menor. Incluso aquellos docentes con un nivel inferior al esperado, lejos de quedarse en una zona de confort o decaerse, pueden verlo como una oportunidad para seguirse preparando y crecer tanto en lo personal como en lo profesional, así como abrirse nuevas puertas y aumentar la perspectiva con la que ven el mundo.
Las nuevas tecnologías de la comunicación también pueden jugar un rol determinante en la enseñanza del inglés, por lo que un maestro también puede valerse de estos recursos para hacer más dinámica su enseñanza y captar la atención de los estudiantes.
Al igual que en otras materias, los profesores tienen la facilidad para enseñar más allá de los métodos tradicionalistas y pueden aplicar actividades didácticas que agilicen sus clases y sirvan para que el aprendizaje del inglés sea más sencillo y progresivo. Las conversaciones grupales y las charlas uno a uno son dos de los elementos más efectivos para aprender un idioma nuevo.
No todo dependerá del profesor, pero un profesionista bien preparado y con un buen nivel de inglés resulta de gran ayuda para la enseñanza de este idioma.