No deja de ser aberrante que el gobierno federal gaste cinco veces más en evaluar a los maestros que en formarlos; se tiene que invertir esa relación, definir prioridades, lo que importan son los maestros, no tiene tanta relevancia su evaluación, dijo Alberto Arnaut, investigador de El Colegio de México.
Las autoridades educativas federales y estatales, agregó, han estado tan ocupadas en avanzar en la reforma político-administrativa y laboral, que se han distraído de los más importante: la reforma educativa.
“Si se recalendariza el diseño y la implementación del Servicio Profesional Docente, las autoridades educativas podrían disponer de más tiempo para el diseño y la implementación de una auténtica reforma educativa, y los actores sociales que se dicen tan preocupados por la reforma educativa deberían pensar más en eso y menos en lo político, administrativo y laboral, aunque también sea importante”,dijo Arnaut.
El anuncio de la SEP del viernes 29 de mayo, está vinculado con dos acciones de evaluación asociadas al Servicio Profesional Docente, programadas para implementarse en las próximas semanas. Una es el segundo concurso para el ingreso al servicio docente y la otra acción es para el primer concurso para la promoción de los docente en servicio a los cargos de director, supervisor y a la función de apoyo técnico pedagógico a las escuelas.
Está probado, añadió Arnaut, que un exceso de evaluaciones puede provocar un efecto perverso sobre la calidad educativa, por dos razones muy simples: los dos actores sociales del proceso educativo -los niños, las niñas y sus maestros-, están tan ocupados en preparase para las evaluaciones que terminan por distraerse de los aspectos esenciales de los procesos de enseñanza-aprendizaje y eso sí está probado.
Lo más lamentable, dijo, es que tras las dos acciones de evaluación suspendidas “no va a pasar nada; así que los empresarios y las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) educativas pueden estar tranquilos: no-va-a-pasar-nada”.