Pareciera evidente que la educación es de todos, pero la baja popularidad del Gobierno Federal parece trasladarse a cualquier decisión que éste tome. Los problemas en el aterrizaje de la Evaluación Docente, la tragedia de Nochixtlán, la carrera presidencial para el 2018, parecen haber cobrado una víctima más: la Educación de Calidad en México.
El recién presentado Modelo Educativo, por ejemplo, fruto de consultas realizadas en 2014, se abrirá de nuevo a consultas para que pueda ser conocido y socializado, especialmente por los Docentes. Y si éstos no se sienten escuchados o atendidos, no estarán en condiciones de estudiar con detenimiento lo que pueden llegar a interpretar como una imposición.
Una maestra me decía hace poco: “Hagan las reformas legales y las adecuaciones que quieran, mientras siga teniendo 55 alumnos en mi salón, no podré brindarles la educación que necesitan y merecen”. La realidad no se parece a lo que se diseña, pero debemos tener siempre un modelo aspiracional hacia el cual dirigir nuestros afanes.
Suma por la Educación es una organización de la sociedad civil que se fundó para buscar elevar la calidad educativa a través de la Participación Social. Es decir, que padres de familia, maestros, alumnos, medios de comunicación, gremios, universidades, investigadores, trabajadores, en fin, TODOS, asumamos la responsabilidad que nos corresponde. Opinar, proponer, sugerir, criticar, apoyar, reclamar, investigar, estudiar, comparar, son tareas que ayudan a mejorar todo.
El Modelo Educativo es un buen pretexto para que todos los interesados aporten.
¿Eres maestro y crees que los contenidos deben cambiar?, ¿Eres padre/madre de familia y te gustaría que la Educación complemente los valores familiares que intentas transmitir a tus hijos en el hogar?, ¿Eres una persona preocupada porque en la escuela se impartan contenidos acordes al Siglo XXI? Participa. Opina. Critica. Propón.
En este y en todos los temas, debe quedar claro que puedes simpatizar o no con las autoridades, pero los temas que nos son comunes deben quedar fuera de consideraciones partidistas. La Educación ha sido, por muchos años, la principal víctima de las pasiones políticas que mueven a los actores de lo público. Como ciudadanos, usemos esa fuerza para que se mueva -como en otros países- en favor de la calidad de la educación y no en su contra.