Esta semana se desarrolló un Webinar Internacional realizado dentro del Programa Universitario de Estudios sobre la Democracia, Justicia y Sociedad de la UNAM, con el fin de promover el diálogo a partir de las reflexiones sobre la pandemia y sus repercusiones en América Latina.
En él se presentaron diversos panelistas que dieron a conocer sus perspectivas durante cuatro días, acerca del futuro del neoliberalismo a partir de los impactos relacionados con la naturaleza y la sociedad, la ciencia y los movimientos sociales, así como el Estado y economía.
Derivado de todo lo anterior, he pensado en ciertos cuestionamientos que quiero compartir con ustedes, imaginando diversas respuestas a partir de las experiencias y el análisis que cada uno de los lectores puedan hacer:
¿La extracción de nuestros recursos naturales deberían seguir el enfoque neoliberal con el fin de promover el modelo desarrollista o es necesario emplear la vía popular, reconociendo y escuchando las voces de los habitantes de las comunidades donde se encuentran los recursos para decidir de qué manera, cómo y cuándo se pueden utilizar?
¿Los resultados de la ciencia relacionados con la Covid-19 deberán ser públicos y en una conexión permanente con la ciudadanía, enfocados principalmente en utilizar sus avances para el bien común y no para las élites, con ética y sin el lucro que envuelve muchas veces sus hallazgos?
¿La llamada soberanía alimentaria deberá seguir siendo propiedad de las grandes empresas de los alimentos, ignorando todos los saberes derivados de la base alimentaria de los pueblos y comunidades originarios, que podrían contribuir a una mejor alimentación de las personas en América Latina?
¿Estaría de acuerdo en que se modifique el sistema actual electoral de partidos políticos para elegir a nuestros gobernantes, con cambios que permitan la democracia realmente participativa, que implique un cambio de gobernanza tal y como lo hacen ciertos municipios de Oaxaca, en los cuales ya no hay participación de los partidos políticos para la elección de sus gobernantes?
¿Qué tan necesario será conectar lo global desde lo local, tomando en cuenta las necesidades de salud, educación y los satisfactores esenciales para que los que menos tienen puedan sobrevivir al escenario posterior derivado de esta pandemia, dónde seguramente se anexaran a los pobres, otros nuevos pobres?
¿Piensa que la naturaleza depredadora propia del capitalismo trasforma todo en mercancía, en donde el dinero es un elemento que doblega las democracias, en donde se invierten grandes capitales para lograr sus propósitos y que se basa en el endeudamiento de los Estados y de las personas? ¿Será posible poner al mercado al servicio de las personas y no a las personas al servicio del mercado?
¿Estaría de acuerdo en que es necesario trabajar desde la familia y la educación en todas sus formas para contribuir en la eliminación de los estereotipos de género, dado que la ausencia de perspectiva de género en la construcción de nuestra ciudadanía afecta tanto al engranaje social como a las mujeres?
¿Qué opina sobre la cruel pedagogía del virus propuesta por Boaventura de Sousa, refiriéndose a las enseñanzas que podemos tomar de este tiempo en donde el virus es un mensajero, que nos está diciendo que todo el modelo de desarrollo que hemos seguido hasta ahora está totalmente equivocado, porque está centrado en la explotación de la madre tierra, especialmente cuando el virus está visibilizando muchas más desigualdades y más vulnerabilidades, donde los pobres siguen siendo los más indefensos?
¿Qué piensa sobre el asunto de que algunos Estados están intentando proteger a su gente, pero que, ante décadas de corrupción e impunidad, están ahora imposibilitados para poder apoyar porque están des -preparados para enfrentar esta pandemia con sistemas de salud desmantelados, fragmentados e inoperantes, carentes de lo mínimo necesario para enfrentar la realidad actual?
¿Estaría de acuerdo en el descrédito que por sí mismo han tenido los regímenes de extrema derecha de ser ineficaces, porque han dado al capital la mayor importancia por encima de sus gobernados, porque primero lo negaron y luego han minimizado la gravedad de la pandemia y ya han respondido con control social, violencia y hasta podrían dejar morir a su gente por salvar su economía?
¿Existe la posibilidad de que esta explosión tecnológica por la conectividad se vuelva un problema del capitalismo y una posibilidad de ganancia en esta crisis y que además pueda crear una realidad muy desesperanzada, porque profundiza la info-exclusión, especialmente cuando es muy poca o nula en las comunidades rurales y en los pueblos indígenas, provocando un efecto perverso porque existirá mayor dominio de quienes tienen la tecnología o el acceso a ella?
¿Ha pensado que la educación puede ser un blanco perfecto, partiendo de la premisa de que ya no van a ser necesarias las clases presenciales especialmente en países no desarrollados, lo que puede darles muchas ganancias a unos cuantos en la promoción de la tecnología, sin tomar en cuenta que la vida cotidiana de la escuela es lo más importante, dado que implica momentos de convivencia más allá de la familia?
No hay respuestas fáciles ante estos cuestionamientos, mi punto de vista es que tenemos que aplicar nuevos filtros ante una realidad que ya de por sí era compleja, especialmente cuando la Covid-19, ha hecho visibles con mayor énfasis tantas desigualdades.
Las problemáticas y las contradicciones evidentes deben de llevarnos a repensar alternativas diferentes sobre el futuro de nuestras sociedades, a partir del análisis crítico de la realidad, nada será igual después, especialmente porque la pobreza y los problemas de salud habrán aumentado exponencialmente.
Sin embargo, creo que pensar en donde estamos y hacia dónde vamos, abre la posibilidad de convivir, creando comunidad y paz, tan esencial en la construcción de un tejido social mucho más justo y equitativo.
Webinar:
https://www.facebook.com/DialogosPorLaDemocraciaUNAM/videos/714333716059298/UzpfSTEwNTM2NDY4MzA6MTAyMjAzMzkwNTQ3MjA1MDQ/