La Universidad Autónoma Metropolitana cuenta con el único centro a nivel mundial donde se producen ajolotes –Ambystoma mexicanum– con fines de conservación y liberación en áreas controladas.
Se trata del Centro de Investigaciones Biológicas y Acuícolas de Cuemanco (CIBAC), registrado como una Unidad de Manejo Ambiental (UMA), en operación desde 1994, se ubica en el Área Natural Protegida Ejidos de Xochimilco y San Gregorio Atlapulco, en la Delegación Xochimilco.
Fernando Arana Magallón, director del centro, explicó que, por su importancia, el CIBAC es visitado por alumnos e investigadores de diversas universidades mexicanas y extranjeras para trabajar en el sitio, así como para solicitar huevecillos, ejemplares juveniles y adultos de ajolote útiles en la realización de estudios en medicina regenerativa.
Por ser un organismo primitivo, el ajolote posee la capacidad especial de recuperar completamente partes del cuerpo –extremidades amputadas o tejidos nerviosos lesionados– algo que podría servir en el futuro a seres humanos para el trasplante de órganos o recuperación de tejidos nerviosos. Esto determina la relevancia de conservar una especie que si desapareciera, se perdería la oportunidad de continuar el trabajo de investigación sobre el tema.
En los últimos 15 años, la población silvestre de ajolotes se ha visto reducida drásticamente y por tal motivo el CIBAC emprendió una serie de liberaciones para contribuir a la conservación del Ambystoma mexicanum. Como resultado de ese esfuerzo el Centro genera entre 3 mil y 5 mil individuos cada año.
“La liberación más importante fue realizada en 2013 con 2,800 organismos que se introdujeron en el Lago de Conservación de San Gregorio Atlapulco dentro de un esquema controlado y autorizado por dependencias gubernamentales, entre ellas la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales”, con resultados satisfactorios.
Hay una elevada demanda de ajolote en México y a nivel internacional, por lo que existe captura y venta clandestina, aun cuando la Semarnat impulsa la preservación con la creación de Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre y de Predios Intensivos de Manejo de la Vida Silvestre.
“La intención es legalizar su aprovechamiento en beneficio de los campesinos de la zona chinampera, por ser herederos de esta tradición, pues tanto en Europa como en Estados Unidos sus crías son vendidas a muy alto costo”, subrayó Arana Magallón.
Una de las causas de la disminución de la población natural del ajolote es que en México se enfrentan problemas de contaminación grave por la introducción de aguas residuales a esas áreas, así como por la merma constante del medio natural que de los grandes lagos de épocas prehispánicas sólo quedan vestigios localizados en una serie de canales de la zona lacustre de Xochimilco, Tláhuac, Chalco y Mixquic.
El CIBAC recibe a jóvenes dedicados al estudio del ajolote, tanto universitarios de la UAM como de otras instituciones y atiende a grupos de diferentes instituciones académicas y niveles escolares dentro de la línea de educación ambiental.