El concepto de “cuidado” como paradigma educativo, propuesto por Cristina Perales Franco, investigadora del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE) y Cecilia Fierro Evans, académica de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Unidad León, invita a reimaginar y transformar el sistema educativo para que sea más relevante, conectado y sostenible. Según las autoras, la pandemia ha brindado una oportunidad única para reflexionar sobre las prácticas pedagógicas y emprender cambios necesarios que preparen a las nuevas generaciones para enfrentar los desafíos globales, al tiempo que promueven el cuidado del planeta y de las personas.
Perales y Fierro, coordinadoras del libro “Convivencia educativa en tiempos de pandemia. Cambios, retos y oportunidades para las relaciones escolares en América Latina”, abordan el concepto de “cuidado” como algo más amplio que la salud física. Este paradigma abarca un enfoque integral que resignifica los pilares educativos: aprender a aprender, a ser, a hacer y a convivir, dotándolos de un sentido que trasciende las aulas. Bajo esta visión, el cuidado se convierte en un vínculo esencial entre la sostenibilidad humana y la del planeta, reconociendo la interdependencia entre ambos.
Las autoras señalan que la pandemia ha evidenciado las limitaciones de las prácticas educativas tradicionales, a menudo desconectadas de la vida cotidiana y de las preocupaciones reales de los estudiantes. Este contexto histórico presenta una oportunidad invaluable para reflexionar, analizar y rediseñar estas prácticas, promoviendo una educación que sea verdaderamente significativa y pertinente.
A nivel planetario, el cuidado implica una manera de estar en el mundo que reconoce las interdependencias entre las personas y el entorno. Propiciar vínculos sólidos dentro de las comunidades escolares es fundamental, pero también lo es situar la sostenibilidad y el cuidado en el centro de las relaciones y prácticas educativas. Este enfoque fomenta una comprensión más profunda de los desafíos globales y promueve una educación transformadora.
Finalmente, subrayan que el sistema educativo debe adoptar un enfoque holístico en el que el cuidado y la sostenibilidad sean pilares fundamentales. Esto requiere integrar la conciencia ecológica y el bienestar social en el currículo, preparando a los estudiantes no solo para ser competentes en sus áreas, sino también para convertirse en ciudadanos responsables y comprometidos con la sostenibilidad del planeta.