El Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México en estrecha colaboración con Mejen T’aano’ob, Pequeñas Voces A.C. emprendieron la tarea de dar continuidad a la experiencia educativa que, desde hace tres años, se desarrolla en la escuela primaria Arcadio Tuz Chan de la comunidad de Cholul, en el municipio de Cantamayec del estado de Yucatán.
Mejen T’aano’ob, Pequeñas Voces es una organización civil integrada por maestros de artes: músicos, artistas visuales, dramaturgos y directores de teatro, promotoras-es de la educación y maestras-os de grupo que desarrollan la experiencia educativa. Esta consiste en introducir actividades de arte y cuidado de la naturaleza, como una estrategia para que las niñas, niños y jóvenes desarrollen diversas potencialidades, también que aprendan, en armonía con su natural inclinación por investigar, a aprender, explicar y ser parte del mundo.
Participar en un coro o un grupo musical, hacer un mural o expresar sus sentimientos a través del dibujo o la danza, son actividades que requieren de un trabajo exhaustivo y bien planeado, trabajo que niñas, niños y jóvenes aceptan con gusto, al igual que el de cuidar plantas y animales. Se parte de lo que las niñas, niños y jóvenes ya traen de su casa; del conocimiento ancestral del cual son portadores y se conjunta con el conocimiento básico universal, de tal manera que cuenten con herramientas e información necesarias para desenvolverse y ser parte activa de este mundo globalizado.
De la experiencia se han derivado una banda de música tradicional que integran jóvenes de la comunidad de Cholul y un grupo de muchachas, quienes, a partir de sus aprendizajes en las artes visuales, elaboran artesanías como pintura textil y jícaras; otras se están formando como promotoras del solar educativo que se encuentra en la escuela Arcadio Tuz Chan.
Con el proyecto educativo se busca también que las maestras y los maestros encuentren un espacio abierto para mejorar su labor como docentes, para reestructurar los objetivos de aprendizaje en función de las necesidades de niñas y niños; de tal manera que, a través del arte y el trabajo con la tierra, obtengan elementos para dar mayor sentido y pertinencia a los conocimientos que son relevantes para su desarrollo.
En la actualidad, alentados por los resultandos hasta ahora logrados, se redoblan esfuerzos para ampliar la experiencia en el próximo ciclo escolar a la Escuela Primaria Francisco J. Mújica, ubicada en la cabecera del municipio de Cantamayec, cercana a la de Cholul. También, un reto en el horizonte es desarrollar la experiencia a nivel de la secundaria con un grupo piloto en la comunidad de Cholul y, además, invitar a jóvenes que se están formando para maestras y maestros en la Universidad Pedagógica Nacional de Peto, a participar en la experiencia.
Se prevé realizar un seminario interinstitucional convocando a maestras, maestros, investigadores y personas interesadas en encontrar alternativas para transformar la Educación Básica en nuestro país.
De la sistematización y evaluación de la experiencia, se irán perfilando elementos que nos permitan argumentar la pertinencia de un currriculum de educación básica para nuestro país que contribuya a encontrar caminos hacia una educación de calidad para las niñas y niños mexicanos, basada no sólo en conceptos o metodologías, sino en resultados reales de cómo es posible mejorar el aprendizaje para formar niñas y niños seguros, capaces de participar y de proponer alternativas.
Para ese proceso cabe destacar que el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación, desde las líneas de investigación Calidad y Equidad de la Educación Básica, Educar para la Interculturalidad y Educación Trabajo y Pobreza dialogará para construir junto con Mejen T’aano’ob, Pequeñas Voces A.C. las bases de una propuesta educativa alternativa para la educación básica.
Este proyecto no hubiera sido posible sin el apoyo de la Fundación W.K. Kellogg que ha creído en el trabajo realizado hasta ahora. Se estará construyendo un mundo mejor si a temprana edad las niñas y los niños tienen la oportunidad de auto conocerse y tomar conciencia de sus inclinaciones y preferencias. Alguien que se descubre capaz de hacer música, resolver problemas matemáticos, escribir historias, explicar fenómenos climáticos, hacer pintura, puede ir trazando desde esta edad un horizonte de vida por el cual esforzarse y ocuparse con decisión.
María Ramé Gómez y Beatriz Jofre Garfias
Mejen T’aano’ob, Pequeñas Voces A.C.
Ma. Dolores Villagómez Díaz
Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación
Universidad Iberoamericana Ciudad de México