Alejandra Galván / EF
En México no existen políticas o programas que estén suficientemente articulados para cubrir las necesidades de los jóvenes, pues a pesar de que la población joven en el país tiene mayor educación y está mejor equipada para la innovación y el cambio tecnológico que generaciones anteriores, se enfrentan a barreras que impiden su acceso a empleos adecuados y dignos, señaló la organización civil Servicios a la Juventud A.C. (Seraj).
En el estudio “Prevención de violencia y construcción de paz”, elaborado por Tere Lanzagorta Bonilla y Rogelio Gómez Hermosillo, Seraj señala que en 2015, casi uno de cada tres mexicanos será joven (31.8%) -mayores de 12 y menores de 30 años de acuerdo a la Ley del Instituto Mexicano de la Juventud (IMJUVE)-, para hacer un total de 38.2 millones de personas, de las cuales un poco más de la mitad (50.3%) son mujeres.
El fin de este estudio –escribió Lanzagorta-, “es compartir Modelos que surgen de experiencias con jóvenes para contagiar a muchos más. Soñamos con que en cada barrio, municipio y ciudad, existan programas de prevención de la violencia y construcción de paz, porque creemos que la población joven es víctima y multiplicadora de la violencia, pero es al mismo tiempo fuerza de transformación de sí misma y de sus entornos”.
Los Modelos de trabajo con personas jóvenes presentados en el estudio, dijo Lanzagorta, “nacieron en contextos complejos de varias ciudades del país. Se han desarrollado en barrios con alto porcentaje de jóvenes que no estudian y no trabajan, de mujeres madres adolescentes solas, con falta de escuelas o servicios de salud, entre otras condiciones difíciles. En zonas en donde no había ningún programa ni espacios seguros para la juventud por parte del gobierno o de la sociedad civil”.
Afirmó que los Modelos han dado resultados positivos comprobando que “es posible formar a jóvenes en una vida sin violencia. Es posible que los jóvenes desaprendan comportamientos que han heredado en casa, en la escuela, en la comunidad y puedan plantearse proyectos de vida positivos”.
Condiciones de los jóvenes mexicanos
Seraj señaló que factores como las condiciones de pobreza en la que viven, impiden a los jóvenes prepararse educativamente. En 2008, 16.5 millones de jóvenes de 12 a 29 años de edad, vivían en condición de pobreza. Además, 12 millones presentaban vulnerabilidad por carencias y 3.3 millones estaban en condición de pobreza extrema multidimensional (Datos del CONEVAL).
En cuestión de salud, los jóvenes son el sector de la población con mejores condiciones de salud, ya que representan el índice de morbilidad y mortalidad más bajo, sin embargo son quienes tienen menor acceso a servicios de salud de la seguridad social que otros grupos de edad. En 2009, únicamente el 55% de las personas jóvenes entre 10 y 29 años de edad tiene acceso a servicios de salud, incluyendo el Sistema de Protección Social en Salud (SPSS) o “Seguro Popular”.
Más de un tercio (35.8%) de los adolescentes de 12 a 19 años y más de la mitad de jóvenes de 20 a 29 años tienen sobrepeso u obesidad. La sustancia con mayor consumo para los jóvenes es el alcohol, seguido de cerca por el tabaco.
Las principales causas de muerte para jóvenes entre 15 y 19 años son los accidentes en auto, las lesiones (homicidio) y el suicidio. La prevalencia de intento de suicidio en adolescentes 12-19 se incrementó de 1.1% a 2.7% entre 2006 y 2012.
Empleo. En 2014 hubo 16.2 millones de jóvenes 14-29 en la Población Económicamente Activa (PEA), es decir personas que tienen o buscan trabajo. Representan casi la tercera parte de la PEA (31.2%). Jóvenes 14-29 desocupados representan más de la mitad del total de personas desocupadas de la PEA (53.2%). El dato relevante es que en la PNEA hay 2.6 millones de jóvenes que sí están disponibles para trabajar pero ya no buscan trabajo por considerar que no lo pueden obtener .
Acceso a nuevas tecnologías. En 2009, la mitad de los usuarios de computadoras e Internet eran jóvenes entre 12 y 24 años de edad. Son los jóvenes de hogares con menores ingresos, los que no cuentan con computadora e internet en el hogar. En 2011, sólo el 14% de la población de ingresos más bajos tenía acceso a computadora en su casa.
Participación. Según datos de la Encuesta Nacional de Juventud de 2010, el 71.8% de los jóvenes nunca ha participado en alguna organización o asociación, y otro 17.2% ha participado, aunque no lo hace actualmente.
De acuerdo a Servicios a la Juventud A.C., es necesario que además de generar oportunidades para los y las jóvenes, se fortalezca su capacidad de decisión para reconocer y aprovechar mejor esas oportunidades o para generarles una segunda oportunidad, tomando en cuenta que hay cinco transiciones que son determinantes para ellos y el entorno en el que se desarrollan (familia, amigos, sociedad misma):
- Concluir la formación y desarrollar habilidades para la vida productiva.
- Adoptar un estilo de vida sano
- Insertarse en el trabajo y generar ingreso
- Formar un hogar
- Ejercer la ciudadanía con derechos y responsabilidades.
Las cinco principales conductas que provocan riesgos a esas transiciones los jóvenes, sus familias, sus comunidades y en general a la sociedad, de acuerdo a SERAJ son: Deserción escolar, Consumo de alcohol y otras sustancias hasta perder el sentido, Ejercicio prematuro y sin protección de la sexualidad, Desempleo y la violencia (ya sea padecida o ejercida).
Los cuatro Modelos propuestos por Seraj -elaborados y llevados a cabo en alianza con Youth Build International y Jóvenes Constructores de la Comunidad A.C., con el apoyo de Catholic Relief Services-, son:
1) Continuidad Escolar “Crea tu Espacio”, desarrollado por Servicios a la Juventud, A. C. que trabaja en escuelas secundarias y de educación media superior para prevenir la deserción escolar atendiendo factores de riesgo mediante la mejora del ambiente escolar y la atención a la población en mayor riesgo de deserción escolar.
2) Inserción Laboral y Empleabilidad para jóvenes, que tiene la finalidad lograr el acceso de jóvenes en condición de riesgo a un empleo productivo.
3) Futbol. Escuela de Vida, que busca romper el ciclo entre factores de riesgo para que las y los jóvenes desarrollen habilidades para la vida y fortalezcan su resiliencia. Se desarrolla a través de un componente deportivo a cargo de un ex futbolista profesional, en donde los chicos practican y desarrollan habilidades relacionadas con el deporte.
4) Jóvenes Constructores de la Comunidad, que consiste en la intervención con los jóvenes que no trabajan ni estudian para favorecer su inserción laboral y educativa. Se basa en un proceso de formación-capacitación que desarrolla habilidades para la vida y el trabajo, así como competencias técnicas en oficios de la construcción.
Consulta el estudio completo aquí.