El momento educativo es coyuntural porque convergen varios procesos: la presentación del Modelo Educativo; la liberación de los dirigentes de la CNTE; el cambio de ciclo escolar; y la inercia de las movilizaciones que tienen facturas de años anteriores, como las protestas por la evaluación docente, o por la abrogación de la reforma, o por la aparición de los 43 normalistas. Ante este escenario emerge una gran interrogante ¿es posible aplicar la reforma educativa?
Los profesores están agotados porque fueron denostados en discursos oficiales, amenazados con despidos y sometidos a evaluaciones. Recordemos que “si los profesores no acompañan y apoyan las reformas, los más hermosos diseños fracasarán” (Avalos y Nordenflycht, 1999). Si en estos momentos se preguntara si se quiere, o no, aplicar una reforma a los Planes de estudios, la mayoría de los profesores estarían por la negativa. No podrían aprobar un Plan que no conocen. Pero para provocar sus opiniones a favor, se ha diseñado una estrategia silenciosa, que en esta semana se puso en marcha, y se describe a continuación.
Las mesas de análisis
Según los documentos presentados, la construcción del “nuevo modelo” se basó en los Foros de consulta que se realizaron en el 2013. Y se supone que durante tres años, las propuestas se tomaron en cuenta y sirvieron para la revisión y construcción del carácter pedagógico; esto ocurrió mientras se implementaba la evaluación docente.
Ante la efervescencia política del fin de ciclo escolar, con las mesas de negociación entre Gobernación y la CNTE, y ante la “exigencia” que hizo el SNTE a la SEP, se fue retrasando la presentación del modelo educativo, para darlo a conocer hasta el 20 de julio. Días después de haber terminado el ciclo escolar. Ese periodo denominado “receso”, era mencionado por el secretario como “vacaciones”.
Más allá de la equivocación en el término, hay que señalar la omisión que trasciende para estos momentos. Ese periodo en el que alumnos y profesores dejaron de asistir a las escuelas por cambio de ciclo, pudo haber sido utilizado para revisar “Los fines de la educación en el siglo XXI”, el “Modelo educativo”, y la “Propuesta curricular 2016”. Sin embargo, no fue así.
La Propuesta curricular ya circulaba en redes sociales desde la primera semana de julio, pero no se hizo nada al respecto. A pesar de que los documentos, desde el 20 de julio estaban en línea, no se indicó a los profesores que ocuparan su tiempo para revisar la propuesta; y gran parte de los profesores tampoco se preocupó por consultarlos, descargarlos y analizarlos.
Desde finales de julio y principios de agosto se desarrollaron Foros de Consulta con Organizaciones de la Sociedad Civil, también se integraron mesas temáticas con el SNTE, con directores de Normales, y con las Comisiones de Educación del Senado de la República y de la Cámara de Diputados; para analizar los documentos propuestos así como para realizar las observaciones necesarias.
Todo esfuerzo parecería plausible, sin embargo, es insuficiente. A todas las mesas de análisis mencionadas, les faltó la presencia de otros actores clave: los profesores que están trabajando en las escuelas, los investigadores especialistas en la materia y los profesores agrupados en la CNTE. El Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE) también realizó su foro de consulta, y la CNTE realizó el Foro “Hacia la construcción del proyecto de educación democrática”, y convocaron a la SEP y al INEE, pero no se presentaron.
Hasta el último, los principales actores: los profesores. No podían quedar fuera, y su participación estuvo contemplada a partir de la fase intensiva de los Consejos Técnicos Escolares. Según las guías para la fase intensiva, se organizaron actividades para la revisión de los Fines de la educación, Modelo Educativo y la Propuesta Curricular.
De acuerdo al trabajo y productos establecidos en las Guías de los CTE, para Preescolar, Primaria y Secundaria, se tendrían que analizar poco más de 500 páginas. Para elaborar un “listado general de lo que consideran necesario incorporar en la Propuesta y retomarlo para participar de manera individual o colectiva en la Consulta sobre el Modelo Educativo”.
Si bien, la plataforma para señalar fortalezas e identificar oportunidades estará abierta hasta el 30 de septiembre, según los documentos normativos de los Consejos Técnicos, sólo se destinaron dos días para el trabajo de la revisión de los documentos. Incluso aparecen las páginas específicas en cada documento que hay que consultar para dichas actividades.
Los últimos dos días de la fase intensiva del Consejo Técnico fueron ocupados para revisar y adecuar la Ruta de Mejora Escolar, y esbozar la Estrategia Global de Mejora Escolar. Lo que se ha hecho desde hace tres años, y que intenta acercarse a la denominada autonomía de gestión. Recordemos que los Lineamientos para la organización y el funcionamiento de los Consejos Técnicos Escolares, facultan a los colectivos docentes, pero las guías los limitan.
Ese esquema de reuniones se ocupó para tomar en cuenta la opinión de los profesores. Con sesiones acotadas y la premura de las actividades previas al inicio del ciclo escolar, se da por realizada la consulta a la base magisterial. Aquí es donde el Consejo Técnico se convierte en una soga, para la aplicación de lo que falta de la reforma educativa.
Para analizar la propuesta, se requiere más tiempo y seriedad. Las mesas realizadas con los otros actores mencionados, permiten ver que hubo una organización previa, se les dieron los materiales con antelación, y no se improvisó como se hizo en dos días de Consejo Técnico. Sin permitir algún desacuerdo, se pide a los profesores agregar lo que consideran necesario incorporar a la propuesta. Es decir, los Foros de consulta no tienen espacio para estar en desacuerdo con el Modelo, sólo para sumar lo que le falte.
De esta manera convirtieron a los CTE en la amenaza invisible que entró a las escuelas para sacar la opinión improvisada de los profesores, con poco tiempo y por tanto, con escasos referentes de análisis sobre el modelo educativo y la propuesta curricular. Para legitimar la consulta y la aplicación de los nuevos planteamientos.
Mientras los profesores cuentan sus victorias y pérdidas en la batalla de la evaluación docente, el CTE se construyó como un caballo de madera lleno de adversarios, para tomar por sorpresa a los colectivos docentes, que ante el desconocimiento de la propuesta, pues no podrían estar en contra, sino sólo comentar qué se le puede agregar a la reforma.
La aplicación de esta reforma educativa asoma su desenlace previsible, con una especie de endeudamiento, o de propuesta insostenible. Ya que no les alcanzó el tiempo para reformar la educación. Con esta máscara de legitimidad apresurada, los nuevos Planes y Programas entrarán en vigor en el ciclo escolar 2018-2019. Lo que implicaría comprometer los tiempos y recursos del próximo sexenio.
Ante los señalamientos contrarios en la mesa con los senadores, Aurelio Nuño respondió que “hay que tener la paciencia y madurez como país”, esto equivale a la vana esperanza de un futuro mejor, o a la grave irresponsabilidad de pensar en que alguien llegará a reparar los daños que se han provocado.
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Jefe de redacción en Voces Normalistas. Conductor de Dimensión Educativa, en Radio Ciudadana 660 AM.