El pasado 19 de abril se llevó a cabo una reunión virtual entre los directivos de la Anuies, encabezados por el secretario general ejecutivo Jaime Valls, el subsecretario de Educación Superior, Luciano Concheiro Bórquez y un número de rectores y titulares de universidades y otras instituciones de educación superior del país.
En esta reunión se trataron varios temas: los avances en la elaboración de la Ley General de Educación Superior que debe ser expedida este año; las medidas y acciones que ha emprendido la SEP para auspiciar la continuidad y término del periodo escolar en el ámbito de su competencia (escuelas normales y subsistema tecnológico), así como un conjunto de recomendaciones sistematizadas por la Anuies a través de las cuales, se indicó, las instituciones públicas y particulares de educación superior pueden facilitar el cierre del ciclo correspondiente al semestre en curso con el doble objetivo de mantener, en la medida de lo posible, continuidad de los programas y realizar las evaluaciones que permitan el egreso de los estudiantes. Al último tema se refiere esta columna.
El punto de partida de las recomendaciones es el reconocimiento realista de la dificultad de reanudar actividades dentro del programa regular. El actual horizonte temporal de la emergencia sanitaria desaconseja bordar sobre el escenario de la normalización del trabajo académico a corto plazo. Por lo tanto, la primera recomendación de la Anuies consiste en “definir la temporalidad de las medidas contingentes, según los calendarios escolares de cada IES”, así como los lineamientos para operar en forma extraordinaria las fórmulas disponibles para la docencia virtual y prever los criterios y mecanismos de evaluación correspondientes.
El documento, disponible en el portal web de la Anuies, señala que en la contingencia el papel de los docentes asume la mayor importancia, porque a ellos corresponde la difícil tarea de integrar grupos, ajustar los programas, entrar en comunicación con los estudiantes y diseñar creativamente formas de comunicación y posteriormente de evaluación de los aprendizajes. Se recomienda, no obstante, la conveniencia de “dejar constancia de los acuerdos y adecuaciones que se lleven a cabo” como un mecanismo para “brindar a este proceso seguridad académica y normativa”.
La evaluación, se insiste en el documento de recomendaciones, es un punto crucial, y por ello se sugiere “llevar a cabo las adecuaciones pertinentes a los criterios de evaluación y flexibilizarlos”, así como considerar que ni siquiera las evaluaciones finales podrán ser presenciales. Por lo tanto, se indica, “a lo largo del curso deben reunirse evidencias que permitan evaluar el desempeño y aprendizaje de cada estudiante de manera remota.” Se recomienda, asimismo, que estas adecuaciones sean aprobadas o al menos registradas por parte de la autoridad académica competente en cada institución.
Por último, se recomienda que aquellas materias para cuya evaluación sea necesaria la demostración de actividades prácticas, por ejemplo los ejercicios de talleres y laboratorios, se difieran o sustituyan. Porque la prioridad, se indica, es salvaguardad la integridad física de estudiantes y docentes.
Del mismo modo, las prácticas de campo y el servicio social deben suspenderse hasta que no se levante la recomendación de confinamiento en los hogares. Y la autoridad educativa institucional debe tomar en cuenta esta condición para que el no cumplimiento de prácticas de campo e incluso del servicio social constituya un obstáculo insalvable para efectos de egreso y titulación de los estudiantes. Lo que se sugiere es, de nueva cuenta, flexibilidad, adaptación, reprogramación, y en última instancia, la sustitución de estos mecanismos.
Junto con las recomendaciones señaladas, cuyo propósito es salvar el ciclo escolar en la medida de lo posible, la Anuies recomienda la difusión social del quehacer de la IES y el intercambio de buenas prácticas. Asimismo el buscar sinergias para aprovechar infraestructuras, plataformas, equipos y otros elementos que puedan apoyar el objetivo de la continuidad docente y la conclusión del periodo escolar.
En particular, se propone la integración “de una agenda digital emergente para apoyar la docencia no escolarizada Se sugiere llevar a cabo un inventario de las capacidades y de las áreas de oportunidad sobre los recursos tecnológicos que requiere la institución para operar la docencia no escolarizada, tales como las herramientas disponibles o que se puedan conseguir para apoyar las videoconferencias; los reservorios de información y los materiales para el aprendizaje; los sitios para la recepción de trabajos académicos en formato digital y para la aplicación de las evaluaciones, dispositivos para el aseguramiento de la ciberseguridad, entre otros.”
Por último, el documento hace recomendaciones de estrategias que pueden decidir las IES para contribuir a la mitigación de los efectos del covid-19 en la sociedad. Se establecen en tres ámbitos: prevención, asistencia social y apoyo técnico para mantener informada a la comunidad local respectiva. El documento concluye con este pronunciamiento: “Estamos en una coyuntura compleja, experimentando altos niveles de incertidumbre por las características propias de este fenómeno sanitario. Por ello, las sugerencias y recomendaciones deberán actualizarse y en la medida en que avancemos, habrá que planear el regreso a las aulas y la atención a los rezagos que nos deje el confinamiento.”