Hace unos días la SEP y el INEE dieron a conocer los resultados de la prueba PLANEA para la educación básica. Esta nueva prueba, que sustituye a la cuestionada prueba Enlace, evalúa el dominio de aprendizajes de los estudiantes de sexto año de primaria y tercer año de secundaria en las áreas de comprensión lectora y matemáticas.
Los resultados de PLANEA constatan la preocupante situación de la enseñanza básica en México. Así, por ejemplo, en el promedio de las escuelas primarias del país, 49.5% de los niños de sexto grado obtuvieron el nivel I de comprensión lectora, es decir, no poseen habilidades lectoras elementales, como entender la información de textos, realizar inferencias a partir de los mismos, y menos aún comprender textos argumentativos como artículos de opinión. En matemáticas el panorama es también alarmante: en el promedio de escuelas, 56.7% de los niños de sexto se encuentran en el nivel I, lo que implica que no pueden realizar tareas elementales como resolver problemas aritméticos con números naturales.
En este paisaje generalizado de malos resultados, parecería no existir espacio para la desigualdad. La realidad no podría ser más distante. Si calculamos la variación absoluta entre el resultado de cada escuela y la media nacional, encontramos que la variación promedio para el nivel I es de 24.1 puntos porcentuales en comprensión lectora y 23.9 puntos para matemáticas. Es decir, existe una gran heterogeneidad entre escuelas en el porcentaje de alumnos con resultados deficientes.
Una fracción significativa de esta heterogeneidad se explica por las diferencias en el entorno social en el que se encuentran las escuelas. La variabilidad en los contextos geográficos y sociales, en los entornos institucionales, y en la composición geográfica del alumnado, son todas características que imponen distintos grados de reto para la enseñanza y el aprendizaje. Como ya lo han señalado otros analistas, entre ellos Manuel Gil y el consejero del INEE Eduardo Backhoff, los resultados de PLANEA no se pueden comprender fuera del contexto de la enorme desigualdad social que priva en el país.
¿Cuál es el peso concreto de estas desigualdades “de contexto” en la variabilidad en el desempeño de las escuelas? A reserva de realizar un análisis más minucioso cuando se disponga de mayor información, la base de datos por escuelas dada a conocer por la SEP (disponible aquí) nos permite obtener una primera aproximación a la medición de los efectos de contexto socioeconómico. Para ello, agrupamos a las escuelas primarias según el cruce de cinco características: el grado de marginación de la entidad federativa (cinco grupos), el grado de marginación del contexto local de la escuela (cuatro grupos), el tipo de escuela, el turno de la escuela, y los quintiles del nivel socioeconómico promedio de los alumnos, obtenido a partir de los propios datos “de contexto” proporcionados por la SEP). El cruce de estas características da lugar a 698 “contextos”, cada uno con distintas características en las variables apuntadas.
Si consideramos como medida de “logro” el porcentaje de jóvenes que calificaron en el nivel más bajo de comprensión lectora y matemáticas (Nivel I), encontramos que 40% de la variación de resultados en comprensión lectora y 21% en matemáticas se debe a estas condiciones de contexto. Estos efectos son de una magnitud muy importante. Para obtener una idea más clara de la importancia del contexto, construí cinco perfiles que identifican distintos contextos, y calculé los resultados obtenidos por los alumnos de las escuelas en cada perfil (ver cuadro). Las diferencias en resultados para cada perfil ilustran el papel determinante del contexto social en los resultados de las escuelas. Así, por ejemplo, el porcentaje de alumnos con niveles muy bajos de logro en comprensión lectora alcanzó 70.4% en las escuelas indígenas, frente a sólo 33.9% en las escuelas públicas generales matutinas en entornos estatales y locales de baja marginación, y 15.0% en las escuelas privadas. Las desigualdades de contexto no se restringen a la brecha entre escuelas públicas y privadas, sino que también se presentan entre escuelas públicas según su tipo, turno, y entorno geográfico.
En la presentación de resultados de PLANEA, la SEP afirmó que los resultados de esta prueba confirman la pertinencia de la reforma educativa emprendida por el gobierno federal y el Presidente Peña Nieto. Habría que preguntar a nuestras autoridades educativas cuáles son los mecanismos específicos a través de los cuales se espera que una reforma como la actual, centrada exclusivamente en los cambios en el régimen de regulación de los procesos de contratación, promoción y permanencia de los docentes, afectará o atemperará las condiciones de contexto social ya citadas, causantes de una gran parte de la pobreza y desigualdad educativas observadas en el país.
Profesor investigador del Centro de Estudios Sociológico de El Colegio de México
https://patriciosolisblog.wordpress.com