
El SNTE institucional, rebasado
El ajedrez político-sindical nuevamente se mueve. En esta ocasión por la abrogación de la ley del ISSSTE 2007 y en repudio a la iniciativa de ley presentada por el gobierno federal.
Como es costumbre, el viernes 7 de marzo la CNTE movió la primera pieza, rebasando así al sector institucional del SNTE, cuya vocación es mantener a los docentes serenos, atenidos a la negociación y los acuerdos cupulares.
Prometo, pero no cumplo
Ante la inminencia de la movilización la presidenta Claudia Sheinbaum sostuvo en su conferencia mañanera que nada se haría en contra de las maestras y los maestros de México. Al contrario, su gobierno seguiría trabajando para mejorar sus condiciones de vida, de trabajo y de salario. Propuso desahogar las demandas del magisterio en mesas de trabajo y, de ser necesario, ella misma se reuniría con los dirigentes de la CNTE.
Pero en la calle la percepción del magisterio era diferente, la confianza en la mandataria había perdido color por la promesa incumplida.
En ese universo de optimismo desbordado, conocido como campaña electoral, Sheinbaum había dicho: “vamos a echar para atrás la reforma de 2007 para recuperar las pensiones dignas, justas”. Sin embargo, 35 millones de votos después se enfrentó a la terca realidad y su optimismo se ensombreció. Ya sin enjundia, adusta, sostuvo que la revisión del régimen de pensiones demandado por el magisterio se haría “en función de los recursos que tenemos; no podemos prometer algo que no podamos cumplir”.
7 de marzo, en defensa de una jubilación digna
La mañana tibia apenas despuntaba cuando los primeros contingentes convocados por la CNTE arribaron al Ángel de la Independencia. Maestras y maestros de Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Estado de México, Michoacán, Zacatecas, Ciudad de México llegaron preparados para la ocasión: gorras, sombreros, sombrillas, tenis y zapatos cómodos para recorrer los cuatro kilómetros y medio que separan el Ángel del Zócalo.
Miles de maestras y maestros tomaron la calle, pese a que el 27 de febrero la mandataria intentó desalentar la movilización magisterial: “No hay necesidad de movilizaciones, no vamos a aprobar nada que ellos perciban que estamos afectando el desarrollo de su vida profesional”, dijo.
Las demandas del magisterio se expresaron en consignas (Ni Umas ni Afores / sistema solidario de pensiones) y en pancartas: Abrogación de la ley del ISSSTE 2007 / Repudio a la ley Batres /
Pensiones dignas / Jubilación por tiempo de servicio (28 años mujeres, 30 años hombres).
A mediodía la marcha arribó al Zócalo. El sol abrasador provocó que mucha gente se dispersara buscando la sombra de árboles cercanos o se guareciera en los arcos de los edificios aledaños. El objetivo se había cumplido: demandar la abrogación de la ley de 2007, exigir una nueva ley que incluya las demandas de la Coordinadora y mostrar públicamente la capacidad de movilización.
Restaurar los derechos anteriores a 2007
La demanda de la CNTE es clara. Entre otras cosas, exige restituir los derechos de jubilación que tenían los trabajadores del Estado antes de la reforma de 2007. Por lo tanto, no es opción para la presidenta Sheinbaum pausar la propuesta de reforma que presentó el pasado 7 de febrero, pues como reiteradamente lo expresaron los maestros en su movilización, no contiene las demandas de la Coordinadora.
El magisterio espera que se eliminen las cuentas individuales manejadas por las Afore, se restituya la pensión vitalicia, y que la edad de jubilación sea a los 28 y 30 años de servicio, sin importar la edad del trabajador.
¿Nueva primavera magisterial?
Los dirigentes anhelan levantar una ola magisterial similar a la que en 1989 derrocó al entonces líder moral del SNTE, Carlos Jonguitud Barrios. Es posible, pues la demanda de jubilación digna sin duda concitará el apoyo de miles de trabajadores del Estado.
Los dirigentes de la CNTE están conscientes de que no suficiente la insurgencia magisterial, se requiere establecer alianzas con otros sindicatos de servidores públicos, como lo anunciaron en el cierre del mitin. Esto significa que los dirigentes de la CNTE están dispuestos a compartir el liderazgo de las movilizaciones, así como los rendimientos laborales, sindicales y políticos que se obtengan.
La ruta de lucha
La Asamblea Nacional Representativa de la CNTE, celebrada el 2 de marzo, estableció la ruta de lucha que incluye asambleas, conferencias, foros de discusión y un paro nacional de 72 horas los días 19, 20 y 21 de marzo.
De no haber respuesta inmediata y favorable a las demandas de la Coordinadora por parte del gobierno federal, se escalará a la huelga nacional.
El horno no está para bollos
El contexto de la economía nacional no es favorable para la dirigencia de la CNTE. El gobierno federal destina a los Programas Sociales del Bienestar 835 mil 700 millones de pesos y aún son de pronóstico reservado las consecuencias económicas que tenga la reforma al Poder Judicial y la política arancelaria de Donald Trump que puede ocasionar una recesión económica en el país.
El inicio de esta nueva lucha de la CNTE hace recordar la frase del filósofo Herbert Marcuse, utilizada en la primavera francesa de 1968: “seamos realistas, pidamos lo imposible”.