Este artículo fue publicado originalmente en
Voces Normalistas
Agradecemos a su editora Cecilia Rodríguez Jara la autorización para reproducirlo en Educación Futura
Por Gloria Bórquez González
Con masivas manifestaciones por las calles de distintas ciudades de Chile, se escucha la voz de miles de profesores que expresan su rechazo y exigen el retiro al Proyecto de Carrera Profesional Docente, que impulsado por el gobierno que preside Michelle Bachelet Jeria, mantiene desde el 01 de junio en un Paro Indefinido de actividades al sector público (es el sistema de administración de la educación pública introducido en Chile durante la Dictadura de Augusto Pinochet y que existe hasta el presente. Fue concebida como una manera de descentralización de la administración educativa que hasta antes de 1981 correspondía directamente al Ministerio de Educación) de la educación chilena.
El Ministro de Educación, el economista Nicolás Eyzaguirre Guzmán, se ha negado a acceder a la solicitud de retiro del proyecto, en el entendido de que éste contribuye positivamente a mejorar las condiciones de profesores y profesoras de Chile y, de esta manera, aportar en la construcción de una “educación de calidad”.
Como antecedente, cabe destacar que con fecha 11 de mayo 2015, en consulta realizada a los profesores de Chile, el 96% de los maestros manifestó su rechazo al proyecto. El 14 de mayo se llevó a cabo un Paro Nacional de actividades como advertencia; y el 19 de mayo, en carta enviada por representantes de los profesores de Chile a la Presidenta de la República, se le solicita tenga a bien acoger sus demandas, especificando cuáles serían las razones por las cuales existiría oposición al proyecto de Carrera Profesional Docente.
El proyecto se encuentra para su discusión en el Parlamento, quien postergó de manera indefinida su tramitación, estableciéndose entre el 15 y 16 de junio, una mesa tripartita que contó con la participaron de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, Ministro de Educación y representantes del Colegio de Profesores. Como resultado, los Diputados presentaron el documento “Condiciones Básicas para continuar la tramitación del proyecto de Nueva Carrera Docente”, que fue acogido positivamente por el Ministerio de Educación y profesorado. Sin embargo, éste no modifica la estructura del proyecto en cuestión, manteniendo las bases fundamentadas en estándares de desempeño.
¿Por qué se oponen los profesores de Chile?
La razón de fondo es de tipo estructural, pues profundiza un modelo educativo basado en la competencia, el individualismo y la desconfianza, que concibe calidad de educación como sinónimo de éxito en pruebas estandarizadas y donde el “buen maestro” es aquel que cumple con estándares de desempeño, reduciendo el proceso de enseñanza y aprendizaje a una lógica productivista, economicista y de mercado.
El proyecto propuesto desnaturaliza la razón de ser del proceso educativo, que por esencia es pedagógico, social y colaborativo. La iniciativa excluye la idea de una educación integral, que enseñe a aprender, investigar y crear conocimiento con autonomía; de modo que generaría agobio en los niños y jóvenes, quienes son “entrenados” para responder exitosamente pruebas de medición, y los profesores son obligados a certificarse para acceder a mejores remuneraciones y a ser reconocidos como formadores de calidad.
Existe una serie de puntos críticos que pueden ser resumidos en los siguientes aspectos:
- Sistema de Certificación. La Carrera Docente contempla una certificación de los maestros recién titulados, para acreditar competencias profesionales e ingresar de esta manera, a la carrera profesional docente. Se podrá ejercer sólo si son certificados por medio de un proceso de inducción y mentoría en los primeros 4 años de ejercicio. De esta manera, no bastaría el título profesional para trabajar. En opinión de los profesores esto muestra la desconfianza en la formación de profesores que realizan las Universidades, y se convierte en un mecanismo de control profesional.
- Encasillamiento. El proyecto plantea la existencia de un sistema escalonado de ascenso profesional, basado en la rendición de evaluaciones en tres tramos obligatorios y dos tramos voluntarios, que mediante pruebas disciplinares y pedagógicas serán la condición para permanecer en el sistema y acceder a mejores remuneraciones. Esto significa, que profesores que llevan 20 años de ejercicio profesional y que no hayan rendido pruebas de conocimientos disciplinares queden encasillados en el primer tramo (inicial) generando menoscabo profesional y personal. Paralelamente, significaría la existencia de profesores de primera, segunda o tercera categoría no reconociéndose la experiencia, el carácter social y colaborativo de la profesión docente, obligándolo a competir con el otro, y generando más agobio laboral.
- Condiciones de enseñanza. Existe una desproporción entre las horas lectivas y no lectivas, lo que significa que el tiempo que los profesores destinan en la sala de clases corresponde al 80 ó 90% del total de trabajo, lo que limita el tiempo destinado a la preparación de clases y las posibilidades de brindar una enseñanza de calidad. Cabe destacar, que existe un sistema de planificación diaria por curso y asignatura, con un total máximo de 45 alumnos por curso. Esto deriva en agobio laboral que restringe la vida familiar de los maestros. El actual proyecto impulsado por el gobierno, contempla un 35% de horas no lectivas y no establece claridad el uso que se le dará a estas horas. Los maestros aspiran a lograr un 50/50. En el proyecto se omite la reducción de alumnos por curso quedando pendiente su modificación.
- Remuneraciones. Si bien el proyecto gubernamental comprometería un incremento en las remuneraciones de los docentes, estos cálculos se hacen considerando una remuneración por 44 horas y no parten de un incremento real al sueldo base y al valor asignado a la hora de clases. Además, el promedio de los profesores realiza entre 30 y 36 horas y, en la práctica, este incremento no es real, manteniéndose remuneraciones por debajo de las que tienen otros profesionales afines y que por lo demás, son las más bajas de los países que integran la OCDE.
- Relación ingreso a la carrera/jubilación forzada. El ingreso a la carrera docente será voluntario para aquellos docentes que le queden cinco años para jubilar. Sin embargo, para que esta voluntariedad sea efectiva, es necesario que los maestros presenten su renuncia voluntaria con cinco años de anticipación. Esto es cuestionado porque atentaría contra derechos laborales conquistados y se traduce, en la práctica, en una forma de jubilación forzada.
- Condiciones de jubilación. El proyecto de Carrera Profesional Docente no contempla mejoras a las condiciones de jubilación de los maestros, que en la actualidad precarizan y proletarizan sus condiciones de vida, pues, el salario es reducido a la cuarta parte aproximadamente.
- Estatuto Docente Universal. Las diferencias ya existentes en el trato legislativo y las condiciones laborales de los profesores que se desempeñan en el sector público y particular subvencionado (sistema de administración de la educación que surge en los años 80 durante la Dictadura Militar, que recibe aportes del Estado, no obstante pertenece a particulares, que pueden o no tener fines de lucro. Su crecimiento se vio favorecido por políticas neoliberales), se mantienen y profundizan en el actual proyecto, limitando la unidad de los profesores y su posibilidad real de participar e incidir en políticas educacionales que les atañen. En atención a esto, se hace fundamental una política nacional docente y una legislación igualitaria para todos los profesores de Chile, independiente de quien sea su empleador.
- Derogación de la Ley 20.501. Esta Ley permite a los Directores formar sus equipos directivos sin concurso público e introduce nuevas modalidades de posible despido, promoviendo una relación gerente-empleado, que menoscaba la función profesional y no enfatiza en el liderazgo pedagógico y colaborativo entre profesores directivos y profesores de aula.
Si bien estos son los principales puntos en conflicto, el clamor de los profesores y profesoras de Chile, es más profundo:
Habla de dignidad y justicia, de respeto y reconocimiento, de humanidad y transformación; todo esto en el contexto de un país con profundos desequilibrios sociales y económicos, con una clase política transversalmente cuestionada, desprestigiada y deslegitimada, con un Gobierno que ha cerrado las puertas al diálogo con el pueblo ciudadano, y que día a día se está quedando más solo.
Hace referencia igualmente, a la existencia de un precario sistema de democracia política, que está en deuda con la sociedad, y de un Estado que requiere de un nuevo pacto en la búsqueda del bien común.
Los profesores y profesoras de Chile, han despertado y la fuerza de su movimiento nace del convencimiento de que ninguna lucha se gana sin unidad y dignidad, en la certeza que otro Chile y otro mundo es posible. Nuestra fuerza se basa en la convicción de que el educar es un acto que nace del amor al ser humano.
Twitter: @VNormalistas
Profesora de Estado en Historia y Geografía. Magíster en Educación con mención en Gestión Educativa. Inspectora General Liceo Industrial Osorno. Región de los Lagos, Chile.