Texto y fotos: Mariana Domínguez Batis
A dos años de su surgimiento, el ChatGPT es cada vez más utilizado entre el alumnado y el profesorado, lo que ha detonado una amplia discusión sobre su uso ético, desafíos, aplicación y regulación en el sistema educativo mexicano. La aplicación del chatbot de Inteligencia Artificial (IA) comienza a modificar la forma en que pensamos, redactamos y trabajamos, por lo que crece la urgencia de comprenderlo y repensar el papel de la universidad en torno a ello.
Lo anterior se dijo en un panel de especialistas de 11 universidades públicas y privadas (UNAM, TEC, UAM, UANL, UdeG, BUAP, UV, IPN, CETYS, Anáhuac y la Universidad Iberoamericana), que forman parte de la Red de Innovación Educativa (RIE360), con el tema “Diálogos a dos años del nacimiento de ChatGPT: experiencia y retos de la lA en educación”, orientado a compartir experiencias y dialogar sobre temas clave en la innovación educativa.
En el encuentro, Luis Medina Gual, director de Innovación Educativa de la Universidad Iberoamericana subrayó la importancia de innovar en educación, no sólo cambiando metodologías o tecnologías, sino también fomentando una mentalidad de adaptación continua de estudiantes y profesores. Recordó las “cuatro A’s” de Katarina Tomasevski: asequibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y adaptabilidad, que ofrecen un “marco ético y humanista desde el cual podemos plantearnos la innovación educativa no como un fin en sí mismo, sino como una respuesta profunda a la justicia, la inclusión y la transformación social”.
Los expertos hablaron de mejores prácticas en Inteligencia Artificial, formación, investigación, desafíos y ética.
Abraham Mena, investigador asociado al Colegio de la Frontera Sur, dijo que aún nadie es experto en IA y afirmó que aún reproduce sesgos de género, de raza y clase. También advirtió que el uso de las nuevas tecnologías puede profundizar la brecha digital entre países, escuelas y colegas, ya que no todas las universidades públicas cuentan con la tecnología, por lo que insistió en evaluar cómo avanzar en la investigación en IA, pero con un sentido ético.
Sobre cómo mejorar las prácticas con la IA y tener una agenda que nos haga más humanos y no más robots, habló el investigador Fernando Valenzuela Migoya. Con más de 30 años de experiencia en educación, finanzas y tecnología, el especialista puso el ejemplo de un equipo de consultores que con inteligencia artificial logró 12% más de tareas, 25% más rápido y 40% mejor; aunque recordó que también es importante observar el contexto de acceso a la tecnología, que no es el mismo para todas las personas.
Luis Alberto Ramírez Martinell resaltó la importancia de que la IA sea como un copiloto que va a un lado del conductor y aconseja, pero quien toma la decisión final es el piloto. Su aplicación es un reto que compete a la institución educativa en su conjunto, ya que “el profesor no puede ir solo, sino que la institución debe acompañarlo” para sensibilizarlo a todo lo que puede hacer con la IA generativa.
La inteligencia artificial es “un reto que nos incomoda y al que hay que responder”, señaló Herzel García, Directora de Calidad Académica en la Universidad Anáhuac, quien habló sobre el uso de datos, la privacidad y el peligro de plagio (o deshonestidad académica). La especialista llamó a leer los signos de los tiempos y a repensar a la universidad en el contexto de la IA.