Los CAED y PRONI: la precariedad laboral en tiempos de la 4T

Vivimos en un país donde, por un lado, los políticos de todos los partidos que llegan a ocupar un lugar en Palacio Nacional o en distintas Secretarías de Estado, específicamente en la Secretaría de Educación Pública (SEP), buscan de cualquier forma satisfacer las demandas y exigencias de los organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) o el Banco Mundial, en materia de inclusión educativa o de incorporación a eso que se le conoce como globalización con la enseñanza de una lengua extranjera, pero, por otro lado, en un país donde esos mismos políticos, diseñan programas que no acaban de concretarse para beneficio de la población a los que están dirigidos: niños, niñas y adolescentes (NNA) en edad escolar, ya sea en educación básica o media superior. NNA que, indudablemente, sufren las consecuencias de una serie de decisiones mal tomadas por quienes tendrían que procurar el derecho irrestricto, en este marco, a una educación de calidad.

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#LaCentena: Ser maestra en medio de la guerra

A partir de la declaración de la “Guerra contra las Drogas” y de la continuidad de políticas de militarización en los últimos gobiernos federales, las comunidades educativas han tenido que adaptarse a condiciones extremas de violencia. Los docentes, en su mayoría mujeres, han tenido que desarrollar estrategias para cuidar y proteger la vida de sus estudiantes. ¿Cómo se sumerge la violencia estructural en el espacio escolar? ¿Cómo se relaciona la violencia de la “Guerra contra las Drogas” con otras violencias que afectan a las docentes y a sus estudiantes?

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la pluma es mas poderosa

El maestro no tiene quien le escriba

A nivel de piso, en la raíz, en la tierra, en nuestras aulas, nuestras comunidades, en todas nuestras geografías.  Aquí estamos los maestros los que hemos vuelto, los que siempre hemos estado a los que no nos  ha parado nada(ni la pandemia),  somos agua de río, de esa que fluye y nutre nuestras comunidades, nuestros barrios, a nivel de piso donde, de vez en cuando, nos visitan quienes hace turismo pedagógico para hablar de nuestro trabajo en sus investigaciones, somos los que no estamos en los congresos (porque no tenemos permiso), los que a duras penas nos da tiempo para acudir a un curso, somos quienes ocupamos para nuestra capacitación los tiempos que no tenemos para nosotros. 

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La profesora en su burbuja y sin nueva escuela mexicana

Hace unos días, escuché con atención las comparecencias de la secretaria de Educación, Delfina Gómez, tanto en el Cámara de Senadores como en la de Diputados – ejercicio que se desarrolla como parte de la glosa del 3er. Informe de gobierno del presidente López Obrador – y, pareciera ser que nuestro país vive uno de los mejores momentos en materia educativa, y no es cierto. Las cifras alegres, los datos pomposos o las falacias discursivas que se construyen desde las oficinas en República de Argentina, son uno de esos tantos sueños guajiros que los funcionarios públicos están acostumbrados a vivir desde que pisan sus respectivas oficinas para desempeñar los encargos que les fueron conferidos. Un asunto que no es nuevo pero que, a la luz de los diversos acontecimientos y formas de difundir la información, gozan de escasa credibilidad, dada la disonancia que produce en el cerebro la escucha de las palabras con lo que realmente ocurre en las escuelas y en las aulas.

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¿De qué vamos a vivir en las próximas décadas? 

En algún discurso, Fidel Castro llegó a reflexionar -en 1999- en torno al futuro del pueblo cubano ante la irrupción de la economía del conocimiento. Un estadio superior del capitalismo que tenía que enfrentar su gobierno y la sociedad cubana en su conjunto. Y la reflexión partía de las siguientes interrogantes: ¿de qué vamos a vivir? ¿Qué bienes y servicios vamos a exportar? ¿Qué producciones industriales nos van a preservar? ¿Sólo aquellas de baja tecnología y elevado consumo de trabajo humano y las altamente contaminantes? ¿Se pretende acaso convertir a gran parte del Tercer Mundo en una inmensa zona franca llena de maquiladoras que ni siquiera pagan impuestos? Y la respuesta que formuló Fidel Castro fue la siguiente: “viviremos del capital humano. Con ese Capital Humano podemos ayudar a muchos, con nuestra experiencia podemos hacerlo, y con esa experiencia podemos ayudarnos a nosotros mismos” (Escandell, 2007; p. 25). A la postre, esta respuesta de Fidel se convirtió en política de Estado y ahora Cuba tiene en su haber, la condición de ser una potencia en biotecnología a la altura de las principales potencias en la materia, como Estados Unidos, Francia e Inglaterra. Y supera de forma importante a otras más, como el caso de China y Rusia. 

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