Miguel Ángel Pérez Reynoso
Aún tengo presente uno de los anti-poemas de Efraín Huerta, “de seguro que voy por el camino que me lleva a la ninguna parte” Esto pasa actualmente en la SEP, pero que más que eso; lo peor que le pudiera pasar al actual gobierno es caer e incurrir en los mismos errores de los gobiernos anteriores a los que de pasada tanto han criticado, y como dice otro corrido están cayendo en los mismos errores.
Las aspiraciones políticas del actual grupo en el poder y de sus personas se han colocado por encima del proyecto educativo, las aspiraciones más nobles de la nación (que se supone están en la educación) han pasado a un segundo o a un tercer plano.
El pragmatismo de la maestra Delfina Gómez y de su jefe político para el próximo año, el objetivo de ganar (como sea) el EDOMEX el experimento previo a las elecciones del 2024, ello posiciona a la maestra Delfina, pero han coloca en una posición de vulnerabilidad la actual iniciativa de reforma en el diseño del marco curricular 2022.
A partir de una racionalidad sensata y mesurada uno pudiera pedir, que no se vaya nadie la educación es la prioridad número uno. Pero no es así, sus prioridades están colocadas bajo otra lógica y pensadas también para estar en otro lugar.
En estos momentos la educación pública de nuestro país en todas las fases y niveles y modalidades educativas es un laberinto cargado de experimentos. La educación básica con el Marco Curricular 2022, la educación media y superior con las invocaciones de las nuevas leyes y regulación legislativa la cual no termina de clarificar sus disposiciones institucionales.
De esta manera, ante los ojos de la sociedad siempre atenta y siempre inquisitiva, aparecen formas de improvisación en el manejo de los recursos y los procedimientos para tomar decisiones, podríamos afirmar que en este momento no existe una política pública clara que le dé sentido a las acciones, existe sí un cúmulo de buenas voluntades, de iniciativas ideológicas como nunca antes se había orientado y de un manejo no muy coherente en la administración educativa, debido a muchas personas y muchos talentos involucrados.
Lo que, sí se ve, es la improvisación, la ocurrencia un fuerte sello de sentido común, al hacer las cosas, desde el calendario escolar, la puesta en marcha del Plan 2022 que se desprende del marco curricular, la reforma en las Escuelas Normales, ¿de qué se trata? De seguir jugando al experimento pedagógico.
Me parece que la educación no es (o no debería ser) un juguete sexual que sirve para entretener al grupo en el poder. Es lamentable reeditar los vicios de administraciones anteriores, es lamentable reeditar un debate que consideramos superado, y que nos lleva a “los confines de ninguna parte”.
En dónde estamos parados hoy en día, de nuevo regresamos al punto cero de la iniciativa ¿en dónde estamos parados y hacia dónde queremos dirigirnos? Es ahí en donde se terminan las respuestas.
Los próximos días se anunciarán cambios en la estructura de la SEP y llegará una nueva o un nuevo titular de la dependencia, el cual se hará cargo de asumir el compromiso de atender los últimos dos años del proyecto educativo de la 4 T.
Así de riesgoso y de lamentable, dos años para modificar una obra del presente hacia el futuro, es poco tiempo aún con lo mejor de los talentos, ¿o será que comienzan a prepararse para entregar el poder político y también sacrificar el proyecto educativo?
Personajes que no saben mucho de educación pero que sí tienen un alto nivel de sentido común dicen que el compromiso educativo debería de estar blindado y que trascender los sexenios y la política grillera que aparece sexenalmente y que se consume y nos consume
Vienen cambios de personajes, pero ¿qué es lo que cambiará verdaderamente en la educación pública de nuestro país?