María Lara Hernández, integrante de la Asociación Civil EduReformas, indica que, igual que los otros niveles educativos, la educación básica debe enfocarse en la formación integral de la persona. Es necesario verificar la pertinencia del aprendizaje con las exigencias de la vida y, por consiguiente, mostrar la racionalidad de la enseñanza en correspondencia con las aspiraciones fundamentales y originales del corazón humano.
Al presentarse en el Foro de Consulta de Modelo Educativo para Educación Básica, en Puebla, señaló que el reto de educar a los mexicanos en el siglo XXI es que ellos mismos se interesen y actúen para tener una educación que los capacite para lograr vidas de calidad más que para obtener un grado; para satisfacer sus necesidades y deseos con libertad, confianza, alegría, etc.; para que logren la autorealización desde que son estudiantes y al egresar.
Dijo que las escuelas están sujetas a las mismas fuerzas ambientales que están causando cambios fundamentales en la Industria, y si ellas no hacen cambios similares de modo que la educación sirva a las necesidades de los estudiantes individuales perderán su ‘base de clientes’ de estudiantes.
Finalmente, expuso que los niños tienen una necesidad innata de sentir que son autónomos y de involucrarse en actividades por su propia voluntad, además de la necesidad de ser competentes, los seres humanos tienen la necesidad natural de sentirse auto-determinados: desean creer que están involucrándose en actividades por su propia voluntad en vez de por obtener una recompensa externa o por evitar un castigo… los individuos están intrínsecamente motivados cuando se perciben a sí mismos como la causa de su propio comportamiento.
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