Hoy lunes 26 de septiembre se cumplen dos años de la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa en Guerrero. Han sido dos años de luto, de confusión y de mentiras por parte del gobierno, de denuncia, movilización y organización por parte de los familiares de los 43. Desde el 26 de septiembre del 2014 este país es otro, muy semejante al 2 de octubre de 1968, o al 10 de junio de 1971, el número 43 (número primo) condensa el coraje popular y la incapacidad e inoperancia de las tres esferas de gobierno, para dar salida a una serie de fenómenos ligados a la justicia mexicana, para poner en evidencia el fracaso en el sistema de justicia en nuestro país.
Ya en otro momento, habíamos dicho en este mismo espacio que en términos simbólicos, el hecho de desaparecer a estudiantes normalistas es en atentar en contra de quien educa, de quien porta los conocimientos para dárselos a otros, los normalistas de Ayotzinapa son hijos de la patria, que educarán igualmente a los hijos e hijas de esta misma patria mancilladla.
Las preguntas persisten: ¿Qué paso el 26 de septiembre de 2014, en Iguala Guerrero?, ¿cuál es la verdadera responsabilidad del gobierno federal en el atentado?, igualmente ¿cuál es su responsabilidad en el proceso de aclaración de lo ahí ocurrido? Los mexicanos tenemos derecho a la verdad mientras el gobierno le apuesta al olvido, al silencio y que la historia encarpete un expediente más de agravio e injusticia, desde el gobierno federal se le apasta a que prive la confusión, las muchas versiones y la duda como constante.
El caso Ayotzinapa nos da vergüenza a muchos mexicanos, es una serie de acontecimientos que nunca debieron haber pasado o que al pasar debieron ser aclarados de inmediato. ¿En dónde están los 43 normalistas de la Normal de Ayotzinapa?, ¿alguien de ellos vive aún?, ¿Todos están muertos?, de ser así, ¿quién lo hizo?, ¿en dónde están los cadáveres?, ¿en dónde está el expediente del forense que abre a investigación?, ¿por qué se vincula a los normalistas de Ayotzinapa con los carteles del narco en Guerrero?, ¿en donde están los deslindes legales e institucionales de todo ello?
La movilización de este día 26 y esta séptima 26 ha sido la respuesta de los familiares. El caso Ayotzinapa merece una respuesta global que aclare y que convenza. Los 43 normalistas de Ayotzinapa merecen mucho más que movilizaciones, que recuerdos, que nostalgia. Merecen respeto a su causa, denuncias mundiales y sobre todo JUSTICIA. JUSTICIA para Ayotzinapa y CASTIGO a los responsables.
*Profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Guadalajara. mipreynoso@yahoo.com.mx