Tras el desastre, en los terremotos del 7 y el 19 de septiembre, hay el riesgo de discutir sólo de dictámenes, seguros de escuelas, Fonden y proyectos arquitectónicos. ¿Y los niños? Están con sus familias, asustados, inquietos, intrigados. ¿Y sus maestros? Sin una guía clara de qué sigue. Regresar o no al edificio original es sólo la cuestión inicial. La crucial es: ¿cómo nos sentimos? La escuela – revisada ya o habilitada temporalmente en otra dirección- debe saber cómo y para qué reinicia sus actividades: ¿cuáles son las actividades pertinentes en las primeras horas, en los primeros días?
Recuperar la vivencia de los niños y cuidar su estabilidad emocional son centrales en el restablecimiento de las actividades escolares. Por ello, además de la seguridad estructural y la reubicación en espacios adecuados, es responsabilidad de las autoridades el reinicio de actividades acompañado de un protocolo de atención socioemocional que apoye a los maestros a crear un ambiente propicio para el aprendizaje.
Es fundamental facilitar que los niños hablen de lo que han vivido, de sus inquietudes y temores, dentro de un ambiente de respeto y empatía. En este ejercicio, la Secretaría de Educación Pública (SEP), las secretarías de educación estatales y todos los responsables en la estructura escolar, deben trabajar con los maestros y no dejarlos solos, y preparar el reinicio de clases centrado en el cuidado y expresión de las emociones.
La experiencia internacional en materia de desastres naturales, especialmente la de UNICEF, muestra que no es adecuado simplemente reiniciar con las actividades planeadas en el programa oficial sin crear una primera etapa de tranquilidad e identificación.
La Ley General de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes señala el deber de las autoridades de garantizar el derecho a la educación adaptando según las condiciones específicas las prácticas de enseñanza (Art. 57, fracciones IV y VI), estableciendo acciones afirmativas para quienes enfrenten situaciones de vulnerabilidad (fracción VII), estableciendo mecanismos para la expresión de NNA tomando en cuenta sus intereses y preocupaciones (fracción XV) y dando atención especial para quienes se encuentren en situación de riesgo (Art 58, fracción V).
El Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sippinna), entregó a la SEP una guía para orientar a los maestros sobre qué hacer en los primeros días de regreso a las actividades escolares, que esperamos se esté ya distribuyendo y que lleguen inmediatamente a los maestros en las localidades afectadas. Ése y otros materiales relevantes –videos, hojas para colorear, infografías y cuentos- están compilados en el micrositio “Antes Niños que Ladrillos”.
En este momento, la recomendación fundamental para el sistema es establecer tres fases, diferentes en extensión temporal según la realidad de cada zona:
a) soporte socioemocional (dedicar los primeros días a saber cómo estamos),
b) apertura y desarrollo lúdico del currículum (retomar temas del programa que sean pertinentes, en un ambiente de identificación grupal y de tranquilidad ante lo que nos rodea),
c) currículum ajustado a la emergencia (reagrupar las actividades en el calendario para asegurar los aprendizajes clave, pues no es opción adecuada “reponer” sin más las jornadas suspendidas).
En Mexicanos Primero elaboramos una guía de 10 puntos que proponemos a los maestros como apoyo para el reinicio a clases, poniendo especial atención en el enfoque socioemocional, los invitamos a que pregunten a sus alumnos “¿Cómo te sientes?”, pues -al igual que ellos- reconocemos que están “Antes los niños que los ladrillos”.