94 años formando maestros: Por el aniversario de la Normal Rural Vasco de Quiroga
Proyecto La Reforma educativa en el marco del derecho a la educación
Universidad Iberoamericana
El pasado 22 de mayo se celebró el 94 aniversario de la Normal Rural Vasco de Quiroga en su sede de Tiripetío, Michoacán. Se trató de un evento con actividades académicas, culturales y deportivas que integraron a la comunidad estudiantil y docente de la Normal junto con la comunidad académica y de áreas afines. Desde su fundación en 1922 en Tacámbaro, Michoacán y con su traslado definitivo a Tiripetío en 1949, es una institución que durante 94 años ha formado generaciones de jóvenes maestros comprometidos con las comunidades rurales más pequeñas y marginadas.
Fundada un año después de la SEP, ha visto pasar varios proyectos de nación, cambios históricos y políticas educativas pero el proyecto de la Normal sigue siendo el mismo, fraguado en el ideal del maestro-misionero: llevar la educación a los rincones más apartados. Esta institución ha fungido como matriz de profesionistas que no sólo enseñan las primeras letras y nociones de aritmética, sino que también se integran como líderes e intelectuales a sus comunidades de trabajo.
Uno de los pilares en la continuidad de esa labor a lo largo de sus 94 años de existencia es la realización de los círculos de estudio. A instancias de la organización estudiantil de la Federación de Estudiantes Campesinos y Socialistas de México (FECSM), estos círculos operan como espacios autogestivos que llevan la discusión tanto política como pedagógica más allá del espacio de sus clases regulares. Este espacio obedece en parte a la dinámica de internado de la normal. Si bien la interacción con los docentes es estrecha hay espacios y tiempos de los cuales los alumnos se deben hacer cargo por cuenta propia. Así, como una manera de retroalimentar sus clases y de promover la discusión interna, los círculos de estudio se conforman como espacios de aprendizaje en donde se desarrollan habilidades organizativas, comunicativas, políticas y académicas. A través del intercambio generacional, el círculo de estudio ha sido ese espacio de encuentro en torno al cual los futuros maestros se van formando como críticos lectores de su realidad.
Esta formación puede advertirse en los múltiples murales que adornan los edificios de su plantel. En torno al casco histórico de la Normal se encuentran las aulas y los dormitorios, que sirven de lienzo para plasmar los imaginarios de revolución y denuncia social en los que se forman en cuerpo y mente. Un ejemplo por demás elocuente del imaginario que los estudiantes construyen en torno a su institución y a su deber como futuros docentes se observa en el poema ganador del certamen para los festejos del aniversario:
A la Normal de Tiripetío
Hermosa escuela Normal fue
En Tacámbaro tu inicio Para darle beneficio a la sociedad rural
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Das cobija al estudiante
Comida si está hambriento; y De aquí sale triunfante lleno De conocimientos
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Anduviste peregrina
Por lugares muy distantes Con tu mente campesina Motivando estudiantes
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Siempre has sido formadora de
Maestros normalistas, que A la hora de la hora educando Son artistas
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Querida escuela Normal
Tan distinguida en el mapa Hoy tu asiento principal Es la Exhacienda de Coapa
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Ya muchos de aquí se han ido
Con “toque de golondrinas”, Formando sus nuevos nidos Por los pueblos y campiñas
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Con tus muros de cantera tus
Corredores rojizos De Normales la primera Tus ideales castizos
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Mucha gente agradecida
Te ha rendido homenaje, Eres escuela querida Monumento en el paisaje
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Tu fachada sobresale
Con sus arcos de ilusión, son Tranquilos tus portales que Dan paz al corazón
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Te considero algo mío
Mi linda escuela normal, Orgullo de Tiripetío Y de todito Michoacán
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Huela a tierra mojada
Con sabor de antigüedad De sus hijos admirada Por tu gran generosidad
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La transición de la juventud a la adultez como momento paradigmático del tránsito de los estudiantes por la Normal es un elemento central que les da identidad como grupo cohesionado por sus orígenes humildes y por sus aspiraciones a contribuir al desarrollo de sus comunidades. El eje político que se aborda en los círculos de estudio se configura como su horizonte de intelección para interpretar su realidad y llevarla al nivel que le dio Marx en su onceava tesis sobre Feuerbach: transformarla. Sin embargo, hay tensiones en el mismo ejercicio de los círculos de estudio. De acuerdo a las inquietudes expresadas por los normalistas en el evento de aniversario, hay un equilibrio no siempre fácil de lograr entre el eje político y el pedagógico. El intercambio de experiencias con la comunidad docente y académica es un cauce para desenredar tales hilos que se van dando en su práctica. De tal forma que las actividades del aniversario se complementaron con aspectos deportivos y culturales en sentido amplio. Por ejemplo, las actividades deportivas abarcaron desde competencias de atletismo hasta el maratón que llevó el fuego de la inauguración de Tacámbaro a Tiripetío y de regreso.
Mientras que las actividades culturales incluyeron un concierto por parte de la Orquesta sinfónica de Cherán, la exposición de libros, concursos de poesía, de oratoria, de cuento y ajedrez, y pinta de murales. Así como eventos musicales que van desde la guitarra de César, el Vampiro López, músico en bandas de rock como Maná y Jaguares, hasta la música de concierto del Cuarteto Ad Libitum (A gusto), de la Secretaría de Cultura de Michoacán. Los integrantes de este cuarteto no sólo deleitaron al público con las piezas que ejecutaron, sino que también dieron una lección a los normalistas, acerca de las posibilidades que pueden explotar en su práctica al combinar actividades extracurriculares, así como de la importancia de indagar en su propia historia. Los incitaron a acercar a sus futuros alumnos a este tipo de música ya que contribuye al desarrollo neuronal; en contraste con otros géneros, como el reguetón, que en términos cognitivos equivalen a repetir la tabla del uno.
Este abanico de actividades culturales y deportivas, que complementan a las académicas, son parte de un balance que repercute en la práctica al interior de la Normal y en los espacios autogestivos como los círculos de estudio. De esta manera, el ámbito de aprendizajes se expande sin perder vínculo con el eje político, cuya pertinencia responde al complejo contexto que les rodea. De acuerdo al Plan Estatal de Fortalecimiento de la Educación Normal (PEFEN), se deben solicitar recursos al inicio de cada ciclo escolar para los proyectos integrales a realizarse en la normal, estos recursos se deben justificar.[1] Es importante considerar las dimensiones que el PEFEN contempla como directrices para las Normales:[2]
· Planeación institucional
· Habilitación del personal docente · Programa de tutoría y asesoría · Desempeño de los estudiantes |
· Programa de seguimiento a egresados
· Reforma curricular · Evaluación y mejora continua · Fortalecimiento de la infraestructura y el equipamiento
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De entre estos ejes llama la atención el de la reforma curricular, surgida en 2012, que ha sido motivo de controversia en las Normales para acatarlo. Principalmente fue la Normal Rural de Tiripetío la que se opuso reaciamente a seguir los lineamientos de la reforma curricular, colocando al inglés en segundo lugar pues de acuerdo a su visión tienen mayor prioridad las materias relacionadas con proyectos productivos ya que son más pertinentes a su contexto. Algunos de estos proyectos incluyen talleres como la crianza de aves o ganado, así como al aprendizaje de cultivos y la enseñanza de su lengua originaria.[3]
En este contexto, los normalistas de Tiripetío han estado en tensión y antagonismo con las políticas oficiales. Hay un nivel histórico detrás de esta visión contrapuesta de prioridades y se relaciona con la construcción social de la propia Normal, que se mantiene apegada a su proyecto originario, lo cual desata disputas con la política educativa de la SEP. Pero también hay un nivel político de disputa, que se ha traducido en la lucha constante por demandar la ración puntual de sus becas, que consisten en 750 pesos mensuales. Fue el 12 de abril de 2016 que se registró una de las acciones de confrontación entre la policía y los normalistas, quienes recurrieron a medidas de presión, como el bloqueo de vialidades, para reclamar los 8 meses de becas que se les adeuda a las 8 normales de Michoacán por parte de la federación.[4] Esta medida de presión no fue gratuita, surgió tras la promesa de marzo de este mismo año por parte del coordinador Nacional de Becas de Educación Superior, José Ernesto Medina Aguilar, quien les aseguró que el recurso les llegaría para el lunes 7 de marzo, lo cual no sucedió.[5] Así, una problemática no resuelta al nivel de la autoridad federal repercutió en el nivel estatal con consecuencias más violentas.
Asimismo, la demora en la entrega de sus becas tampoco es gratuita, pues se enmarca en la disputa de proyectos que se juegan entre las normales como comunidad estudiantil y la política oficial, tanto a nivel de gestión de las normales como de las instituciones de nivel superior. Si bien esta confrontación se da a un nivel procedimental que no por ello deja de ser agresiva para el buen desempeño de los normalistas, también ocurre una confrontación a nivel histórico y de la memoria. Esto se reveló en el escaso interés de las autoridades, tanto la estatal como la federal, ya no se diga en conmemorar el 94 aniversario de una institución histórica, sino en otorgar recursos para la celebración. Tras una serie de interpelaciones a la autoridad, se logró obtener un recurso, de acuerdo a testimonios de docentes del comité organizador, pero esto sólo fue posible haciendo presión, cuando de por medio solamente debía de estar la voluntad del Estado por conmemorar el aniversario de una institución emblemática, tanto para la nación como para América Latina.
En el marco del actual Plan Integral de Diagnóstico, Rediseño y Fortalecimiento de las Escuelas Normales (PIDIRFEN) en marcha se coloca como eje la equiparación de la formación normalista al nivel de las instituciones de educación superior, articulando sus diversas modalidades. Esto sólo será factible en la medida en que se otorgue mayor autonomía para decidir sus planes de estudios, elemento que es clave para toda institución de nivel superior, como lo ha evidenciado el conflicto en el Politécnico. Sin embargo, entre las normales y la autoridad se mantiene un nivel de diálogo cercano a la confrontación, en el que se enmarca la demora de las becas. Esto se ha convertido en una práctica regular de estira y afloja que al cabo de sucesivas acciones de presión se sueltan finalmente los recursos. Pero mientras tanto, el daño que esa demora causó ya dejó secuelas, ya sea en alumnos con rezago o que definitivamente se tienen que dar de baja. Así, el planteamiento en el papel del PIDIRFEN tiene un largo trecho con respecto a las acciones que se concretan en la realidad. En ese sentido, cabe preguntarse ¿existe otra forma de interpelación de los normalistas a las autoridades, más allá de las vías de presión? Los estudiantes se juegan su integridad física al recurrir a tales medidas, exponiéndose también al escarnio mediático en pos de solucionar sus demandas por necesidades elementales. A 94 años de inaugurada la Normal Vasco de Quiroga y su proyecto misionero, ¿qué cuentas podrá dar el Estado ante las generaciones que han egresado de sus aulas para cumplir –con lo que tienen a su alcance– con la extensión de la educación en las regiones más apartadas?
[1] Guía para actualizar el plan estatal de fortalecimiento de la educación normal. PEFEN, 2013. p. 6
[2] Ídem.
[3] Adán García, Reforma, “Evaden normalistas modificación curricular”, 20 octubre 2013.
[4] Adán García, Reforma, “Chocan alumnos y policía en Michoacán”, 12.04.16
[5] César Arellano García, La Jornada, “Denuncian normalistas adeudo de 8 meses de beca”. 03.03.16