Marisa C. Carrillo Manríquez*
Mitos como la media naranja, la exclusividad y el amor eterno, por mencionar algunos; arrojan a los y las adolescentes a ser parte de los círculos de violencia de género en los que la mayoría de las veces es muy difícil salir. Esta premisa pone sobre la mesa lo apremiante de ofrecer a las y los estudiantes de secundaria la enseñanza de un modelo de amor alternativo, como lo es, el amor radical para que se cuestionen sobre la atracción y la elección de las personas con las que se relacionan, con el fin de entablar relaciones sexo afectivas mucho más sanas, satisfactorias, igualitarias y responsables.
En un estudio realizado en la ciudad de Chihuahua sobre las percepciones del amor en jóvenes de secundaria, los resultados arrojaron que las y los adolescentes instalan sus ideas en los mitos del amor romántico, lo cual, los lleva a vivir diversos tipos de violencia dentro de sus relaciones amorosas (Carrillo, 2019).
El amor radical ve la necesidad de debatir el amor en las escuelas de nivel secundaria, incluyendo a las familias de una manera crítica. Segato (2017) propone para formar una sociedad sin violencia de género, que hay que reducir el caldo de cultivo, revisar nuestro vivir diario, combatir con un diálogo abierto en la sociedad, en todos los espacios, no solamente en las escuelas.
Esto es importante porque en las relaciones de dominación las personas que están envueltas “son un producto de un trabajo continuado (histórico por tanto) de reproducción al que contribuyen unos agentes singulares entre los que están los hombres con armas como la violencia física y la violencia simbólica) y unas instituciones como: la Familia, Iglesia, Escuela, Estado” (Bourdieu, La dominación masculina, 2000, pág. 50).
Para Bourdieu (1994) la violencia simbólica se utiliza para describir una relación social donde el “dominador” ejerce un modo de violencia indirecta y no físicamente directa en contra de los “dominados”, los cuales no la evidencian y/o son inconscientes de dichas prácticas en su contra, por lo cual son “cómplices de la dominación a la que están sometidos”.
Un ejemplo de violencia simbólica es el sexismo, que es la discriminación por sexo. El sexismo tiene muchas aristas y una de ellas es el sexismo institucionalizado, el cual, está presente en todas las instituciones y ámbitos de socialización, como la familia, la escuela, los medios de comunicación, las iglesias, el trabajo, la comunidad, etc., quienes reproducen las ideas sexistas, invisibilizando a las mujeres y manteniéndolas en situación de inferioridad respecto a los hombres (Breit & Huberman, 2014).
Al interiorizar y naturalizar la violencia simbólica creemos que así son las cosas y que no se pueden cambiar. En el caso del constructo de amor romántico pensamos que el amor es así, por lo que no se cuestiona y se consideran los hechos como inmutables, situación que hace que los y las adolescentes adopten esta ideología y sean parte de relaciones desiguales, injustas y violentas.
Sabemos también, que la escuela es un espacio de reproducción; en el caso de dominación del hombre hacia la mujer, es importante retomarlo desde la pedagogía crítica, que es la que permitirá visibilizar esa situación de vulnerabilidad de las mujeres.
Dentro de las escuelas de nivel de secundaria, el caso del tema del amor dentro de la cotidianidad debe dialogarse, porque si se platica y se debate en todos los espacios sociales, se puede dejar de creer que lo que nos pasa con respecto al amor es personal, pero también social y que esa persona que nos atrae representa todo lo que se nos ha interiorizado (Gómez, 2004).
Hablar del tema nos dará la posibilidad de tener una sociedad crítica y no ingenua que cae rendida ante los constructos sociales que nos presentan. Gómez (2004) insiste en que si somos críticos podemos tener el gusto por personas que nos traten bien, que nos respeten y así tener relaciones afectivo sexuales mucho más igualitarias y placenteras. Es importante hablar con los y las adolescentes sobre estos tópicos, debatirlos para reflexionar sobre ellos y por consiguiente transformarlos.
Es por eso que la educación es un espacio que se puede aprovechar para hacer el cambio. Llopis (2015) rescata de Shirley, que la educación es una herramienta básica para lograr una sociedad más justa e igualitaria. Si en las escuelas se continua con enseñanza del amor desde un modelo ideológico patriarcal y no se abordan los temas de género, como es el caso de tratar el tema del amor con enfoque romántico, se seguirá reproduciendo una sociedad injusta y desigual.
Una de las maneras de contribuir desde la labor docente, para tener una educación con igualdad de género y contrarrestar la reproducción de un sistema patriarcal y sexista, es ejercer una educación coeducativa,
“conocida en otros países como “educación no sexista”, es un planteamiento ideológico que va más allá de la promoción de la igualdad de oportunidades. Es un proceso intencionado y explícito de la comunidad educativa, con la finalidad de propiciar el desarrollo integral de alumnas y alumnos, en igualdad de derechos y oportunidades (Caballero, 1991, p. 42).
Este tipo de educación crítica permitirá a los y las estudiantes educarse en el reconocimiento de estereotipos de género y evitarlos para tomar decisiones que favorezcan sus relaciones amorosas, de amistad y familiares, beneficiándose en las diferentes esferas de la vida como la profesional y personal.
Por otro lado, así como hablar del amor es complejo, el tema de la sexualidad de igual manera, lo es y el amor forma parte. Específicamente en el holón de la afectividad “ya sea en la familia, en el aula escolar o en la academia, tan solo al pensar o al nombrar la sexualidad es inevitable que se muevan nuestras entrañas” (Rodríguez, 2011, p. 55). Aun así, es importante hacerlo pues como lo menciona Shirley (2015) en las escuelas de nivel secundaria, únicamente se les enseña a las y los estudiantes las reglas del sexo, no se les explica el sexo como seres humanos reales, conscientes de su sexualidad. En este caso, si hablamos de un modelo integral, éste se conforma por cuatro holones, que son: la reproducción, el erotismo, el género y la afectividad. Sería trabajar cada uno de ellos para tomar decisiones libres, saludables y sensatas.
Al explicar la sexualidad en las escuelas con un enfoque integral y por medio del diálogo, sería una acción oportuna porque de acuerdo con los historiadores Foucault y Weeks (en Rodríguez, 2011) en la actualidad la sexualidad se ha convertido en determinante de la identidad y de la subjetividad, es decir, de la propia definición de sí mismas o de sí mismos, así como del mundo interno de cada persona.
Además, es importante el diálogo de manera crítica, entre las y los agentes educativos en estos temas como el amor y la sexualidad para poder desmontar algunas creencias culturales que limitan el avance de los y las jóvenes hacia una mejor calidad de vida; (Lamas, 2000) rescata de Bourdieu que
La subjetividad socializada se refiere al conjunto de relaciones históricas “depositadas” en los cuerpos individuales en forma de esquemas mentales y corporales de percepción, apreciación y acción. La cultura, el lenguaje, la crianza inculcan en las personas ciertas normas y valores profundamente tácitos dados por naturales, (pág. 12).
Son esas culturas, lenguajes, esquemas mentales y corporales que deben cuestionar los y las estudiantes de secundaria, por eso la importancia del desarrollo de un pensamiento crítico.
Una investigación con estudiantes de secundaria donde comparte las voces de los estudiantes en torno a lo que significa el amor, revelan la angustia que les causa estar solos/as, interpretan el amor como estar siempre acompañadas/os, aunque ello signifique experimentar con constantes relaciones. Pasar de una relación a otra para evitar la soledad.
“INV: ¿Y cuál será la finalidad, entonces de amor, para ti?
INF: Creo que conocer, más que nada, y tener experiencias y así, y no volver a estar con personas como él, no sé, si no como recordar lo que pasé con esas personas muy bonitas o muy feas, y llenarse de experiencias”.
(22052017/ENT/ 06)
La declaración anterior, es una muestra del afán por sentirse siempre acompañado/a de una pareja, llenarse de experiencias, aunque pueda representar entrar en una melancolía. Porque es el miedo a estar solo/a lo que hace que los y las jóvenes estén en continua búsqueda de experiencias amorosas. Estar en constante enamoramiento.
Esta manifestación nos remite al mito de la equivalencia: creencia en la cual se piensa que el enamoramiento es equivalente al amor, cosa que no es cierta, pues existe una enorme diferencia entre estos dos conceptos.
La cual si la vemos desde el campo de la psicología Fromm (1959) menciona que uno de los errores en los que las personas caen es la confusión entre la experiencia inicial de enamorarse y la situación de permanecer enamorado/a. Fromm (1959) ofrece una interesante descripción del enamoramiento:
Ese milagro de súbita intimidad suele verse facilitado si se combina o inicia con la atracción sexual y su consumación. Sin embargo, tal tipo de amor es, por su misma naturaleza, poco duradero. Las dos personas llegan a conocerse bien, su intimidad pierde cada vez más su carácter milagroso, hasta que su antagonismo, sus desilusiones, su aburrimiento mutuo, terminan por matar lo que pueda quedar de la excitación inicial. No obstante, al comienzo no saben todo esto: en realidad, consideran la intensidad del apasionamiento, ese estar «locos» el uno por el otro, como una prueba de la intensidad de su amor, cuando sólo muestra el grado de su soledad anterior (p. 6) .
La cultura del amor romántico nos vende la idea de que la única forma de superar las barreras de la soledad es la relación de pareja, por lo que se llega a pensar que el vivir solos/as es malo, o nos vuelve incompletos/as.
Desde una mirada feminista esta manifestación nos lleva al mito de equivalencia explicado por Herrera (2013) en torno a creer que el enamoramiento es lo mismo que el amor. Mito de la equivalencia: creencia de que “amor” y “enamoramiento” son equivalentes, y, por tanto, que si uno/a deja de estar apasionadamente enamorado/a es que ya no ama a su pareja y lo mejor es abandonar la relación. Aceptar esto supone no admitir la diferencia entre amor y enamoramiento y la transformación que se ha producido.
Ambas perspectivas, hacen ver que no se sabe estar solos/as, la falta de amor propio lleva a las personas a buscar quien los llene sentimentalmente porque se dificulta lidiar con la soledad. Es por eso, la importancia del diálogo de estos temas, pues el estado de Chihuahua, ha tenido el primer lugar en embarazo adolescente, dado que las chicas suelen dar su prueba de amor para no quedarse solas, para que no las abandonen, o también suelen soportar violencia, tanto física como psicológica por la misma idea. Eh ahí, la importancia de manejar el amor radical, para que puedan saber elegir y ser conscientes del por qué están, con esa persona.
Para cerrar y como conclusión, en la actualidad es imposible escapar de dispositivos de comunicación, pues cada día la tecnología nos acerca a un sinfín de información y siempre los y las adolescentes estarán expuestos o influenciados por ellos. De hecho, por medio de esos aparatos es como les llegan mensaje, mitos, imágenes, canciones, historias y anuncios para imponer una hegemonía patriarcal.
Tener presente que los y las chicas interpretan lo que escuchan, lo que ven y lo que sienten y hará la diferencia de ver el mundo. Gómez
(2004) menciona que es de crucial importancia que las escuelas trabajen el posicionamiento crítico en los y las jóvenes, pues solo así, podrán ver que existen otras formas de amar, podrán defenderse y hacer otros análisis con otros lentes en el momento de seleccionar la pareja con la que quieran estar y no solo tengan como referente las imágenes, las canciones o las lecturas sexistas, discriminativas, misóginas o ante ideas como el amor romántico.
Steinberg (2015) por su parte considera que al amor debe estar dentro del aprendizaje en las escuelas, pues solo así se podrá evitar la violencia de género, menciona que en las instituciones, no se trabajan las emociones, no se les enseña a un/una adolescente a lidiar con un rompimiento amoroso. Pues ¿Qué creen?, es tiempo de romper el silencio y hablar de estos temas con la juventud.
*COORDINADORA DEL COMITÉ DE DIVULGACIÓN DE LA REDIECH
Bibliografía
Bourdieu, P. (1994). El sentido práctico. Paris: du Seuil.
Bourdieu, P. (2000). La dominación masculina. Barcelona: Anagrama, S.A.
Breit, D., & Huberman, H. (2014). Maculinidades, el modelo impuesto y su impacto sobre la salud. Argentina: CONAM.
Caballero, I., Tomás , S., Pellicer , L., Rodríguez , A., Argibay, M., & Antolín, L. (2009). Género en la educación para el desarrollo. Estrategias políticas y metodológicas. España: Hegoa y Acsur.
Caballero, R. (1991). Etnometodología, una explicación de la construccion social de la realidad,. Madrid: Universidad complutense.
Carrillo, M. (2019). Amor romántico, un análisis en estudiantes de secundaria. COMIE, 1-10.
Fromm, E. (1959). El arte de amar. Páidos.
Gómez, J. (13 de marzo de 2004). Vimeo. Obtenido de El amor en la sociedad actual. Un reto educativo.: https://vimeo.com/7757310
Herrera, C. (2013). Los mitos románticos en la cultura occidental. San josé, Madrid.: El rincón de Haika.
Lamas, M. (2000). Diferencias de sexo género y diferencia sexual. D.F. México.: Cuicuilco.
Llopis, F. (marzo de 2015). Public Space. Obtenido de http://www.publicspace.org/es/post/shirley-steinberg
Rodríguez, G. (2011). Género y eduación sexual integral. México D.F.: Cal y Arena.
Segato, R. (04 de mayo de 2017). Por que la masculinidad se transforma en violencia. (J. Edelstein, Entrevistador)
Steinberg, S. (26 de mayo de 2015). El amor radical. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=JJrrraBO32E&t=5s