Wenceslao Vargas Márquez
Después de la calma viene la tempestad: después de las guardadas vacaciones escolares hay cuatro importantes temas en el área educativa.
En primer lugar se cumplió el primer año de que la maestra Elba Esther Gordillo quedó por completo absuelta de los delitos que la maquinaria del PRI-2013 enderezó en su contra. La maestra Gordillo quedó libre el 8 de agosto de 2018 y el día 20, hace un año, reapareció en público por primera vez. Si ése PRI-2013-2018 hubiese hecho caso a las reservas de la maestra en cuanto a no incluir en su reforma educativa la permanencia docente en el empleo, hoy el PRI sería el partido en el gobierno y Aurelio Nuño el presidente; o al menos habría sido el candidato oficial. (Recuérdese que la reforma estatutaria del PRI para permitir candidatos externos como lo fue Meade, se hizo en agosto de 2017 cuando el presidente vio que nadie del PRI podría con el paquete; de cualquier forma Nuño fue el coordinador de campaña, es decir, el candidato suplente para lo que se ofreciera). Hoy, mientras Peña, Chuayffet, Nuño, Videgaray, y el operador policial Murillo Karam, se encuentran a la defensiva y sin futuro, la maestra Gordillo está políticamente vigente habiendo apoyado la causa magisterialmente justa en el momento correcto durante el año 2018.
En segundo lugar vienen las leyes secundarias derivadas de la reforma constitucional del 15 de mayo que echó por tierra de manera definitiva la reforma educativa PRI-2013. El desaparecido INEE que evaluaba la educación debió desaparecer y hoy ya nadie se acuerda de él. Debe nacer un nuevo órgano que lo supla y de eso trata una de las reformas legales pendientes. Debe también nacer una nueva normatividad que reglamente el ingreso y el ascenso del personal docente mediante una ley que sustituya a la abrogada Ley General del Servicio Profesional Docente (LGSPD) que contemplaba el despido de profesores mediante una “evaluación” que no evaluaba. Cuando mucho el 15 de septiembre deben darse por cumplidas las dos tareas, más la reforma a la vigente ley de educación.
En tercer lugar está en marcha la creación de dos partidos políticos con base principal en el magisterio del SNTE. Uno es el llamado Redes Sociales Progresistas RSP con base en el ala gordillista y que trabajó en 2018 por los candidatos y el partido del actual gobierno federal; el otro es el titulado Grupo Social Promotor de México GSPMéxico que tiene base en la actual estructura formal del SNTE y sus secciones (excepto la CNTE) y que se basa también en los restos del naufragio del desaparecido Partido Nueva Alianza, el Panal, que compitió apoyando al PRI. Recuérdese que el Panal quedó en noveno lugar de nueve partidos que compitieron en las elecciones federales de julio de 2018, perdió el registro y se quedó con cero legisladores. Hasta hoy la delantera de las RSP, cercana a Gordillo, es notoria respecto del GSPMéxico. Es un buen indicio para el cuarto tema:
Con base en la nueva ley laboral, viene el proceso electoral del SNTE con voto universal, secreto y (sobre todo) directo en el sindicato que un día fue el más grande y hoy es apenas el más numeroso. Hemos planteado aquí que lo que realmente falta es que la característica del voto con el que se elegirá a la nueva dirigencia nacional es lo directo. El voto en el SNTE es universal desde 1943 (sólo que indirecto), y es secreto desde 1992 gracias precisamente a Elba Esther Gordillo, y sólo falta que sea directo, es decir sin delegados de por medio sino con urnas en las escuelas.
Para poner en consonancia al SNTE con la reforma laboral publicada el 1º de mayo hace falta una reforma estatutaria (que en el caso sólo un congreso nacional puede efectuar). Para reformar estatutos el plazo de todos los sindicatos mexicanos es de ocho meses desde el 1º de mayo y vencerá el 31 de diciembre. Después de las guardadas vacaciones escolares la agitada agenda magisterial continúa; después de la calma, viene la tempestad.
Twitter @WenceslaoXalapa