Según la primera evaluación sobre el bienestar de los estudiantes del Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA) de la OCDE, los adolescentes que se sienten parte de una comunidad escolar y disfrutan de una buena relación con sus padres y maestros tienen más probabilidades de tener un buen desempeño académico y de sentirse más satisfechos con su vida.
Students’ Well-Being: PISA 2015 Results analiza por vez primera la motivación de los estudiantes para tener un buen desempeño escolar, sus relaciones con sus compañeros y maestros, su vida en casa y cómo pasan su tiempo fuera de los planteles. Las conclusiones se basan en una encuesta a 540,000 estudiantes de 72 países y economías participantes, que también participaron en la prueba PISA OCDE 2015 sobre ciencias, matemáticas y lectura.
A muchos estudiantes les preocupan demasiado las clases y los exámenes, lo cual, según revela el análisis, está más relacionado con el nivel de apoyo que sienten de parte de sus maestros y escuelas, y no tanto con la cantidad de horas de estudio ni la frecuencia de los exámenes. En promedio en los países de la OCDE, 59% de los estudiantes informaron que a menudo les preocupa la dificultad de presentar un examen; y 66% señalaron sentirse estresados por las malas calificaciones. Alrededor del 55% de los estudiantes dicen sentir ansiedad ante los exámenes aunque estén bien preparados. En todos los países, las muchachas reportaron sentirse más ansiosas por las clases que los muchachos. La preocupación por las clases, tareas y exámenes se correlaciona negativamente con el desempeño.
Los maestros desempeñan un papel fundamental en la creación de las condiciones de bienestar para los alumnos en las escuelas, por lo cual los gobiernos no deben definir las tareas docentes exclusivamente a través de la cantidad de horas de enseñanza. Los estudiantes más contentos suelen reportar relaciones positivas con sus maestros. Los estudiantes en planteles cuyos niveles de satisfacción con la vida es superior al promedio nacional informaron tener un nivel de apoyo mayor de parte de sus maestros que los alumnos de escuelas cuya satisfacción con la vida es inferior al promedio.
“Estas conclusiones muestran cómo los maestros, las escuelas y los padres pueden influir realmente en el bienestar de los hijos” — señaló Gabriela Ramos, Directora y Sherpa del G20, al presentar el informe en Londres. “Juntos pueden ayudar a los jóvenes a fomentar un sentido de control sobre su futuro y a desarrollar la fuerza de voluntad necesaria para triunfar en la vida. No hay secretos, el desempeño es mejor si los estudiantes se sienten valorados, si se les trata bien, si se les apoya para tener éxito.”
Los padres también pueden hacer la diferencia. Los alumnos cuyos padres informaron “pasar tiempo simplemente hablando con mi hijo”, “hacer la comida principal con mi hijo sentados a la mesa” o “comentar cómo le va en la escuela” tuvieron entre 22% y 39% más probabilidades de reportar niveles altos de satisfacción con su vida. El impacto académico también es importante: los alumnos que pasaban tiempo conversando con sus padres registraron una ventaja de dos tercios de un año escolar en el aprendizaje de ciencias. Incluso después de considerar el nivel socioeconómico, la ventaja siguió siendo de un tercio de un año escolar.
La encuesta reveló que el acoso es un problema importante en las escuelas, pues una proporción importante de estudiantes informaron ser víctimas. En promedio en los países de la OCDE, alrededor del 4% de los estudiantes —aproximadamente uno por clase— informaron que son golpeados o empujados varias veces al mes por lo menos; un porcentaje que varía de 1% a 9.5% entre los países. El acoso es menor en los planteles donde los estudiantes tienen relaciones positivas con sus maestros. Los padres deben participar en la planeación escolar y las respuestas al acoso, y las escuelas deben colaborar con otras instituciones y servicios para instituir programas integrales de prevención y respuesta.
En promedio, en los países de la OCDE, la mayoría de los alumnos de 15 años están contentos con su vida; en una escala de satisfacción con la vida de 0 a 10, los estudiantes reportaron un nivel de 7.3. Pero hay grandes variaciones entre los países: mientras que menos del 4% de los estudiantes de los Países Bajos expresaron no estar satisfechos con su vida, la proporción fue del 20% en Corea del Sur y Turquía. Las muchachas y alumnos desfavorecidos tienen menos probabilidades que los muchachos y alumnos privilegiados de reportar niveles altos de satisfacción con su vida.
El menor nivel de satisfacción con la vida que reportan las niñas de 15 años en PISA es posiblemente un reflejo de la dura autocrítica de las jóvenes, particularmente en lo que se refiere a la imagen que tiene de sus cuerpos en una edad de gran transformación. PISA 2015 no recopila datos sobre la imagen que los estudiantes tienen de su físico, pero los resultados en materia de hábitos alimenticios revelan que las niñas tienen más probabilidades que los niños de saltarse el desayuno y la cena. El rol de los medios en la promoción de estereotipos de género parece también ser un factor que afecta el bienestar de las niñas y la OCDE está empezando a analizar esta cuestión.
Rendimiento escolar y satisfacción con la vida
- La mayoría de los estudiantes de 67 países y economías sienten que pertenecen a una comunidad escolar. Los estudiantes desfavorecidos tuvieron 7.7 puntos porcentuales menos probabilidades que los privilegiados de informar que se sienten parte de la escuela, de forma similar que los estudiantes inmigrantes de primera generación, los cuales tuvieron 4.6 puntos porcentuales menos probabilidades que los estudiantes sin un origen inmigrante.
- Es más probable que las mujeres reporten que desean sacar calificaciones altas en la escuela y que quieren poder elegir entre las mejores oportunidades cuando egresen. Pero es más probable que los muchachos se describan como ambiciosos y aspiren a ser los mejores, en lo que sea que hagan.
- En promedio, en los países de la OCDE, el 44% de los estudiantes de 15 años esperan terminar la universidad. En Colombia, Corea del Sur, Qatar y Estados Unidos, más de tres de cada cuatro estudiantes tienen esa expectativa. La política educativa influye en las expectativas de los estudiantes, sobre todo en la manera en la que son asignados a las distintas opciones educativas.
Vida social de los alumnos en la escuela
- Uno de cada cinco estudiantes informó haber experimentado un trato injusto por parte de sus maestros (son disciplinados con dureza, se sienten ofendidos o ridiculizados frente a los demás) varias veces en un mismo mes.
- Las muchachas tienen menos probabilidades que los muchachos de ser víctimas de agresiones físicas, pero mayor probabilidad de ser objeto de rumores desagradables.
- Los alumnos que asisten a planteles donde el acoso es frecuente, de acuerdo con estándares internacionales, obtienen 47 puntos menos en ciencias que los alumnos de planteles donde el acoso es menos habitual. Los estudiantes que informaron estar expuestos al acoso a menudo, también reportaron un menor sentido de pertenencia en la escuela y menos satisfacción con su vida.
Cómo utilizan su tiempo los estudiantes fuera de la escuela
- En los países de la OCDE, alrededor del 6.6% de los estudiantes no realizan ninguna actividad física moderada o de alto rendimiento fuera de la escuela, y la proporción de estudiantes físicamente inactivos es 1.8 puntos porcentuales mayor entre las muchachas que entre los muchachos. Los estudiantes físicamente activos tienen menos probabilidades que aquellos que no participan en ningún tipo de actividad física fuera del plantel de faltar injustificadamente a clases, sentirse ajenos a la escuela, sentir mucha ansiedad por el trabajo escolar o sufrir acoso frecuente.
- En promedio en los países de la OCDE, alrededor del 23% de los estudiantes informaron tener un trabajo remunerado y 73% reportaron que trabajan en la casa antes o después de la escuela. Más muchachos que muchachas tienen trabajos remunerados, y menos muchachos que muchachas llevan a cabo tareas domésticas no remuneradas.
- En promedio en los países de la OCDE, los estudiantes pasan más de dos horas navegando en Internet durante un día laboral normal después de la escuela, y más de tres horas en un día de fin de semana normal. Entre 2012 y 2015, el tiempo dedicado a navegar en Internet fuera de la escuela aumentó alrededor de 40 minutos diarios, tanto en días laborales como en fines de semana.
Recomendaciones de política pública con base en los resultados de PISA:
Para intentar reducir la ansiedad relativa a las tareas escolares en los estudiantes, puede ofrecerse un desarrollo profesional a los profesores para que puedan identificar a los estudiantes que sufren ansiedad y enseñarles cómo aprender de sus errores. Por ejemplo, una manera de promover una actitud positiva hacia los errores es recopilar los errores más comunes que comete la clase en un examen o prueba y dejar a la case que los analice en grupo. Además, los profesores pueden ayudar a los estudiantes a fijarse unos objetivos realistas (pero exigentes), ya que tienen más probabilidades de valorar lo que aprenden y de disfrutar del proceso cuando alcanzan los objetivos marcados. Las estrategias para animar a crearse objetivos y promover una motivación intrínseca hacia el aprendizaje incluyen ofrecer una explicación significativa de las actividades educativas, reconocer los sentimientos los estudiantes hacia las tareas y evitar una presión y un control excesivos. Hacer críticas constructivas sobre los resultados de las pruebas también puede promover la confianza y la motivación intrínseca de los estudiantes.
PISA ha descubierto que una de las principales amenazas al sentimiento de pertenencia de los estudiantes es su percepción de tener relaciones negativas con sus profesores. Para construir unas mejores relaciones alumno-profesor debería formarse a los profesores en métodos de observación básicos, escucha y comunicación intercultural, de modo que puedan tener más en cuenta las necesidades individuales de los alumnos. También debería animarse a los profesores a colaborar con sus colegas e intercambiar información sobre las dificultades, los caracteres y las fortalezas de los estudiantes, con vistas a encontrar juntos la mejor manera de hacer que se sientan parte de la comunidad escolar.
Los datos también muestran que una gran proporción de los estudiantes dice ser víctima del acoso escolar. El enfoque de los programas anti-acoso más efectivos abarca al conjunto de la escuela e incluye formación para los profesores sobre el comportamiento en estos casos y cómo gestionarlos, cuestionarios anónimos de estudiantes para controlar la presencia de acoso escolar y estrategias para facilitar información y colaborar con los padres. El papel de padres y profesores para prevenir el acoso escolar es especialmente importante: los profesores deben hacer saber a los estudiantes que no tolerarán ningún tipo de acoso, y los padres deben participar en la planificación escolar y las respuestas ante el acoso.
Los resultados de PISA en 18 países cultural y económicamente diversos muestran que los alumnos cuyos padres realizan día a día actividades rutinarias en el hogar, como comer juntos o pasar tiempo «simplemente hablando», no solo sacan mejores notas en PISA, sino que también están más satisfechos con sus vidas. Las escuelas pueden ayudar a los padres a involucrarse más en la educación de sus hijos eliminando las barreras que les impiden participar en los actos escolares y ofreciendo, por ejemplo, canales de comunicación flexibles para los padres trabajadores más ocupados, o sugiriendo maneras en que los padres pueden involucrarse tanto desde su hogar como en la escuela.
Para mejorar el bienestar de los estudiantes, las escuelas también deberían mostrarles los beneficios de llevar una vida activa y saludable, ofreciéndoles educación física y sobre la salud. Una educación física participativa en la escuela puede reducir el número de estudiantes físicamente inactivos fuera de la escuela.
Demasiados estudiantes pasan demasiado tiempo en Internet: el 26% de los estudiantes indicó que pasaba más de seis horas al día en Internet durante el fin de semana y el 16% pasa una cantidad similar de tiempo entre semana. Dado el crecimiento del ciberacoso, Internet puede ser tanto un escenario de hostigamiento como de aprendizaje. Las escuelas necesitan invertir en una educación integral y en un plan de supervisión para ayudar a los estudiantes a obtener los conocimientos, las habilidades y la motivación necesarios para usar Internet de manera segura y responsable.