Para Manuel Gil Antón, profesor del Colegio de México y Director Académico de Educación Futura, es necesario reflexionar sobre el papel que juegan los académicos en México, sus formas de organización, su desarrollo y su papel dentro de las universidades.
Durante la mesa de diálogo “Actores en la universidad de hoy: Estudiantes, profesores y organismos internacionales” Gil Antón reconoció que, actualmente, los Académicos se desarrollan en una lógica de acondicionamiento monetario, y esto les ha convertido en rehenes del sistema educativo tradicionalista.
Durante su participación en el Coloquio Internacional “¿Hacia dónde va la Universidad en el siglo XXI?”, señaló que al académico se le debe preparar para la docencia, pues no todos los investigadores son capaces de transmitir sus conocimientos correctamente.
Además, reprochó que a los profesores que imparten clases en las Escuelas Normales no se les ha considerado como académicos, aún cuando son pieza fundamental en la preparación de profesores de diversos niveles, los cuales son el entramado básico del sistema educativo nacional.
“Estos académicos normalistas han sido sujetos a un rechazo racista”, finalizó.
Por su parte, María Herlinda Suárez Zozaya, profesora del Centro Regional De Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, señaló que actualmente existe una insistencia del mercado y los medios de comunicación por desprestigiar a la universidad pública.
Además, la docencia deja de ser un fin, en si mismo, del trabajo académico, para convertirse en un medio necesario para ganar “puntos” en las evaluaciones.
La figura del profesor seguirá precarizándose, y la de investigador asociándose con la búsqueda de reconocimientos, premios y becas que permitan acceso a las mayores ingresos.
Sin embargo, en los jóvenes está la oportunidad de que estas concepciones sean desechadas, por ello, son parte fundamental de todo el sistema de educación superior.
Agregó que esta tarea no será fácil, pues la mayoría de los estudiante tiene la sensación de que vive en un sistema precario y que las universidades públicas son “cada vez menos atractivas”.
Para lograr estos cambios, concluyó, es necesaria una transformación radical en el sistema educativo, económico y social