Uno de los factores que más influye en el desempeño académico de los alumnos es la ocupación y escolaridad de sus padres. La evidencia disponible muestra, así y de forma bastante consistente, que un mayor nivel profesional de los padres suele ir asociado a mejores resultados escolares de sus hijos.
Esta asociación positiva, si bien se presenta en la mayoría de los países, no tiene el mismo peso en todos ellos. Hay sociedades en las que la ocupación de los padres influye de manera muy poderosa en el desempeño escolar, mientras que en otras, dicho impacto es mucho menos determinante.
Un análisis publicado recientemente en la serie PISA in Focus -basado en los resultados en matemáticas PISA 2012, agrupados de acuerdo a la ocupación de los padres de los alumnos- aporta datos muy interesantes sobre este asunto. Destacan entre sus principales conclusiones las siguientes. Primero, los alumnos cuyos padres ocupan cargos profesionales tendieron a obtener mejores puntajes en matemáticas, mientras que aquellos cuyos padres desempeñan trabajos elementales, presentaron, en promedio, resultados en esa competencia sensiblemente menores. Segundo, se observaron variaciones muy importantes en el impacto de la ocupación de los padres sobre los puntajes en matemáticas entre los países y regiones participantes en PISA 2012. Un ejemplo, especialmente llamativo, es el hecho de los estudiantes con padres ocupados de tareas de limpieza en Shanghai-China obtuvieran resultados, en promedio, superiores a los obtenidos por hijos de profesionales en los Estados Unidos.
Veamos el caso de México. A diferencia del conjunto de los participantes en PISA 2012, los alumnos mexicanos con padres en ocupaciones profesionales no fueron los que obtuvieron los mejores puntajes. En ese rango se ubicaron, más bien, los estudiantes cuyos padres se desempeñan como administradores o gerentes –managers.
Tales resultados ubicaron a ese grupo, sin embargo, 52 puntos (que equivale aproximadamente a un año menos de escolaridad) por debajo del promedio obtenido por hijos de gerentes en todos los países y regiones PISA, y 135 puntos abajo (casi 3 años menos de escolaridad) del promedio de China (3 regiones), Taiwán, Singapur, Vietnam y Corea del Sur.
Otro hallazgo a subrayar es que el puntaje de los hijos de profesionales en México (segundo puntaje promedio más alto por ocupación de los padres) se ubica tan solo 6 puntos arriba del puntaje promedio obtenido por los alumnos cuyos padres trabajan en labores de limpieza en todos los países participantes en PISA 2012. Dicho de otra manera, los estudiantes mexicanos con padres con mayor nivel profesional obtienen resultados en matemáticas (449) muy parecidos a los del promedio de los hijos de trabajadores de limpieza en el resto de los países PISA (443).
El dato general más importante para México es que la diferencia en los puntajes entre hijos de profesionales de alto nivel y los de nivel más bajo es menor aquí que en el resto de la muestra PISA. Por ejemplo, los hijos de Directores de empresa y funcionarios más altos en el país obtuvieron 450 puntos en matemáticas, contra los 409 obtenidos por los trabajadores de limpieza. Para el promedio de todos los países participantes, por otro lado, los puntajes correspondientes fueron de 515 y 443, respectivamente, en promedio. Estas cifras indican que la baja calidad de los aprendizajes en México se distribuye de manera bastante pareja entre hogares con padres de muy distinto nivel educativo, lo cual, a su vez, sugiere que a los bien conocidos problemas de calidad de nuestra oferta educativa, habría quizá que añadir la existencia de problemas también por el lado de la demanda. En concreto: el aparente desinterés de los padres mexicanos con mayor nivel profesional en invertir en calidad educativa para sus hijos.