Además de fluorosis dental, la ingesta de altos niveles de flúor puede ocasionar daños renales, hepáticos e incluso neurológicos, por lo que son necesarias medidas para no exceder los niveles permitidos en el agua para beber y en la sal de mesa, entre otras, señaló la doctora Nelly Molina Frechero, profesora-investigadora del Departamento de Atención a la Salud, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
La doctora en Ciencias Odontológicas, quien ha desarrollado diversos trabajos de investigación dirigido a establecer el riesgo de ingesta alta de flúor en diferentes zonas de la República Mexicana así como en la capital del país, explicó que si bien no se trata de uno de los mayores problemas de salud, sí es necesario su estudio con el fin de precisar los efectos en el organismo, así como mejorar las normas nacionales respecto a los niveles que el organismo puede tolerar.
La investigadora de la Unidad Xochimilco, quien desarrolla actualmente el proyecto Determinación de los niveles de fluorosis dental en población de 12 años en las ciudades de Durango, Chihuahua y Ciudad de México, indicó que la norma oficial en México en el caso de la sal es de 0.7 partes por millón, pero consideró necesario que ésta se reduzca a 0.5 ppm.
Sostiene que son las zonas del norte del país donde debido a la composición del suelo “hay mucho flúor y arsénico entre otros metales”, y éstos son consumidos por la población, principalmente vía la ingesta de agua y de sal, por lo que la población de estas zonas, donde la concentración de flúor es elevada, no tendría que consumir sal fluorada.
Un ejemplo de los efectos de esta alta toxicidad es que en ciudades como Durango, San Luis Potosí y Aguascalientes tienen los dientes manchados, en lo que constituye una manifestación de fluorosis dental.
Explicó que este problema es un trastorno específico que se presenta durante el periodo de formación de los órganos dentarios como respuesta al consumo excesivo de flúor y que depende de la cantidad ingerida, tiempo de exposición y la edad en que el individuo lo consume.
Agregó que el fluoruro interactúa con los tejidos causando alteraciones, hipomineralización o porosidades. Entre los factores de riesgo destacó la altitud, la desnutrición, dentífricos y enjuagues con presencia alta de flúor, e incluso agua embotellada.
La especialista añadió que los efectos en el organismo ocasionados por alto consumo de flúor además de la fluorosis dental son daños renales, del hígado, neurológicos e incluso, puede haber fluorosis esquelética, lo que incrementa el riesgo de fracturas.