Aunque el espíritu emprendedor puede formar empresarios, no se restringe a ello, más bien se identifica con el copromiso que adquieren los estudiantes por la innovación, la constancia y el efuerzo encaminados hacia el trabajo, señaló el maestro Jaime Santibáñez, en su propuesta del foro de consulta sobre el modelo educativo convocado por la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Tomando como referencia el documento base de Educación Media Superior, el cuál indica que: “nuestra tarea común es asegurar que existan las condiciones y los ambientes para que todos los alumnos desarrollen las competencias para la vida y el trabajo que demanda el entorno contemporáneo”, en esta línea, la formación de emprendedores debería considerarse como una estrategia de incorporación que no puede faltar en un modelo educativo”, es el planteamiento.
En el diagnóstico que Santibáñez Andonegui, hace sobre el tema, plantea que: “las aulas son espacios únicos donde la creatividad y la innovación deberían desbordarse y en la realidad apreciamos que esto no ocurre y que los valores del ambiente emprendedor no son detonados ni encauzados”, lamentó el docente.
“En ese sentido la atención a emprendedores en bachillerato, la generación de espacios o encuentros que estimulen ambientes emprendedores es parte de lo que los planteles deberían estar implementando como una salida al mercado laboral, pero lo más importante para generar conciencia de correlación con su comunidad, región y/o su país”, agregó el maestro.
Consulta la ponencia completa aquí.