María Teresa Cedillo Nolasco
Además de los usos industriales y comerciales que se han dado a la Inteligencia Artificial (IA), los problemas sociales son un área de aplicación y de desarrollo para esta tecnología, afirmó el doctor Wulfrano Arturo Luna Ramírez, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en la presentación del libro Inteligencia Artificial y Problemas Sociales.
El texto ofrece una serie de trabajos que dan cuenta del panorama interdisciplinario de la discusión actual sobre el impacto de las ciencias y tecnologías relacionadas con la IA en la vida cotidiana y reúne puntos de vista de especialistas tanto de esta disciplina como de las Ciencias Sociales.
El investigador del Departamento de Tecnologías de la Información de la Unidad Cuajimalpa definió que esta herramienta de la informática no es más que “el estudio de la inteligencia natural por medios artificiales”, no sólo la de los seres humanos, sino de otras especies.
El coordinador de esta obra señaló que el trabajo parte de las discusiones derivadas del desarrollo de esta tecnología, sus implicaciones ético-morales y las dificultades para incluir al usuario final en sus procesos de investigación y evaluación de sus soluciones.
Dijo que la IA tiene muchas aplicaciones que pueden ser beneficiosas para la sociedad: por ejemplo, en la pandemia sirvió para prever, hacer estimaciones y simular una situación social frente a un fenómeno determinado.
El uso de datos y de algoritmos de aprendizaje permitieron hacer simulaciones para representar instituciones, personas y relaciones entre ellas, lo que posibilitó ensayar cómo podría ser el esparcimiento de la enfermedad.
En el área médica también puede emplearse para hacer prótesis o en el entrenamiento de médicos, entre otras; sin embargo, advirtió, en esta disciplina, la decisión última debe estar siempre del lado de las personas, porque hay un espacio de responsabilidad.
Por tanto, “es importante la discusión sobre qué pasa con la ética y la moral, dado que ninguna computadora puede tomar decisiones ético-morales; este ámbito pertenece al desarrollador, al que compra la tecnología, al que paga por ella y al que la vende, es decir, se diluye en todas estas entidades, no así en los algoritmos”.
Sobre los usos sociales benéficos de la IA, el doctor Enrique Cortés Rello, director del Hub de Inteligencia Artificial del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, comentó el desarrollo de un software para tamizar ojos y detectar retinopatía temprana en pacientes diabéticos y salvarlos de padecer ceguera.
Aunque el tamizaje realizado por una máquina tarda un segundo, “por sí solo no es suficiente ya que un médico lo tiene que checar”. Esto significa que la IA es una parte pequeña de la solución de este problema debido a que no puede actuar sola, pues requiere de la supervisión humana, en este caso la valoración del especialista, abundó.
El doctor Luna Ramírez coincidió que “es pertinente esta cadena de responsabilidad y verificación porque mucho se nos ha vendido la idea de la autonomía; pero ésta no es tal respecto del ser humano, sino de operación, para que no tengamos que estar verificando cómo funciona, pero sí el resultado del funcionamiento, el cual tenemos que valorar como expertos para poder decidir”.
Sobre la discusión de si las computadoras sustituirán al ser humano, observó que éstas “ya nos están sustituyendo y a mucha gente que no le va a dar tiempo de adaptarse a la tecnología que se está generando”, mas en todo caso es una discusión política, social y económica.
“Sí hay personas que se van a quedar sin trabajo, incluyendo a un tipo de desarrollador de software, pero es preciso discutir qué opciones tenemos que generar como sociedad para que eso no sea, como tal, una sustitución”, apuntó.
Cortés Rello reconoció que Inteligencia Artificial y Problemas Sociales es necesario y fundamental porque la IA “nos está cambiando la vida a todos, dado que, si bien se utiliza ampliamente desde hace más de 15 años, su actividad y potencial han crecido de manera exponencial en los últimos tiempos, y ahí es donde estriba la importancia de este libro”.