David Auris Villegas
Impulsar la curiosidad científica en los estudiantes, es clave para desarrollar la ciencia, la tecnología e innovación con la finalidad de desarrollar a nuestros países. Esta educación científica es una poderosa herramienta que permite explotar el infinito potencial del cerebro humano. Al ver la vida desde un enfoque innovador, amplía las oportunidades de sobrevivir con éxito en esta jungla social cada vez más impredecible.
La ciencia y la tecnología son esenciales para el desarrollo, –han demostrado, países antes pobres, entre ellos Singapur y Corea del Sur–, que, lamentablemente los líderes del sistema educativo peruano todavía no comprenden, ya que ingenuamente, han convertido a los docentes en “papelucheros”, para justificar las evidencias de Las experiencias de aprendizajes repetitivos y lineales. Esto evidencia el informe de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), Perú ocupa, el puesto 76 de 132 países en Índice Global de Innovación, (IGI) en el año 2023.
En el año 2023, con la finalidad de escalar nuestra posición innovadora, el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica, (CONCYTEC), destinó unos S/224 millones para impulsar la ciencia, tecnología e innovación, que es apenas el 0.1 % del presupuesto nacional. Esta suma no es suficiente para desarrollar el talento científico. Gran parte de ello cubre la burocracia, otra parte se destina a la premiación de las investigaciones y resta poco para impulsar la real innovación de impacto, pues vivimos en la fiebre de la meritocracia de papel y concursos de ciencia que poco aporta al desarrollo.
Para el legendario Elon Musk, innovar es tener visión emprendedora, pensar y crear una idea tangible y actuar, dándole un mejor valor agregado que sirva a las personas, con la ayuda de un equipo multidisciplinario. En este sentido, ¿las escuelas de países en desarrollo estarán desarrollando esta mentalidad innovadora en los estudiantes? La repuesta es un rotundo no, debido a que la enseñanza está centrada en notas altas para aprobar los cursos y no para pensar, crear e innovar para la vida.
Ante esta dura realidad, es momento de que la Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, (STEAM), tenga una agresiva presencia en la formación básica de los estudiantes. Para ello, abracemos la ciencia, la tecnología y la innovación invocadas por el líder chino Deng Xiaoping, con el fin de salir del subdesarrollo y cambiar el futuro de las sociedades llamada tercermundistas. No hacerlo, equivaldría a traicionar el destino de la humanidad, que es la de vivir mejor que antes.
Enseñar la ciencia, la tecnología y la innovación en la escuela de la curiosidad, no solo es brindar conocimientos, si no, es expandir la mente infinita de toda una generación de ciudadanos rumbo al desarrollo sostenido.
© David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP.