Sergio Martínez Dunstan
En una colaboración anterior de mi autoría, “Programa Escolar de Mejora Continua y Programa Analítico” (https://bit.ly/3rFsaYa) aludí al papel de los supervisores y los directores escolares en la concreción curricular. Mencionaba que la Secretaría de Educación Pública (SEP) había dispuesto ‘hacer mas participativos los procesos de gestión’ según las orientaciones de la primera sesión ordinaria del Consejo Técnico Escolar llevada a cabo en septiembre pasado. Ahora, un mes después, el mensaje de apertura para la tercera sesión ordinaria resulta aún más enfático. Leticia Ramírez Amaya, Titular de la SEP, de manera muy puntual señala:
“Han transcurrido dos meses de este ciclo escolar en el que iniciamos una profunda transformación con la puesta en práctica del Plan de Estudios 2022 (minuto 0:12). Es importante que ustedes como autoridades educativas contribuyan a que maestras y maestros continúen apropiándose, haciendo suyo, este nuevo modelo educativo (minuto 1:29). Implica fuertes cambios en las concepciones y prácticas de enseñanza y aprendizaje. Y por ello demanda también transformar las estrategias de gestión escolar e institucional (minuto 3:38). Es necesario romper inercias, cambiar formas de trabajo y perspectivas que se han tenido durante muchos años. [Hay que] fortalecer el trabajo pedagógico y evitar tareas administrativas innecesarias. Se requiere un mayor acercamiento a las escuelas para apoyar y valorar el trabajo que maestras y maestros realizan para concretar los programas analíticos y sus planeaciones didácticas a partir de proyectos (minuto 3:51).”
¿Así o más claro? ¿qué parte no entienden que dejen a los docentes hacer su trabajo? El que tenga oídos que escuche. Ojalá que la semilla lanzada no se la lleve el viento, caiga en tierra fértil y se den las condiciones para que fructifiquen. No siempre sucede así. Algunos destinatarios hacen como que no oyen. Interpretan el mensaje a su manera y conveniencia. Pasan la responsabilidad a los supervisores porque ellos son quienes giran las instrucciones. O a las profesoras y profesores porque son ellos los que no atienden las tareas encomendadas. Los demás tienen la culpa, para ciertos directores escolares, y se deslindan de su responsabilidad. Afortunadamente no son todos. El discurso de la descarga administrativa les parece una burla a las y los profesores. Suena hueco, inverosímil.
La convocatoria a quienes desempeñan las funciones de dirección no es nuevo. Más bien, el discurso es consecuente con la narrativa. Encontramos, por ejemplo, en el Anexo del Acuerdo14/08/22, la propuesta curricular la cual comprende cinco componentes:
- Plan y Programas de Estudio
- Formación docente
- Codiseño de los programas de estudio
- Desarrollo de estrategias nacionales
- Transformación administrativa y de gestión
Señala también que la viabilidad operativa de la propuesta curricular trae consigo “realizar las adecuaciones administrativas, normativas y de gestión que favorezcan y apoyen el trabajo docente de las maestras y los maestros del país con el fin de que sus actividades, tiempos y espacios puedan ser ocupados en actividades de enseñanza, formación docente, trabajo colegiado, planeación y evaluación”.
En este último componente (la transformación administrativa y de gestión) se circunscribe el llamado a los supervisores y directores escolar. Habrá que tomarle la palabra a la Secretaria de Educación. Coincido con ellas cuando dice que “es necesario romper inercias, cambiar formas de trabajo y perspectivas que se han tenido durante muchos años. [Hay que] fortalecer el trabajo pedagógico y evitar tareas administrativas innecesarias. Se requiere apoyar y valorar el trabajo de las maestras y maestros para concretar los programas analíticos y sus planeaciones didácticas a partir de proyectos”. ¡Qué así sea!
Carpe diem quam minimun credula postero
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