David Auris Villegas
Amable cibernauta y curioso habitante del ciberespacio ¿Te gustaría conocer mi huella digital? Entonces, búscame en las redes sociales y sabrás si consumo o produzco contenidos en esta época hiperconectada de inteligencia artificial.
Extraña forma de empezar un artículo, ¿verdad? ¿Acaso no buscamos seguidores en Facebook o Instagram? Lo hacemos a diario y cuánto daríamos por más likes. Los informes sostienen que, 60% de la población mundial viven atrapados en las redes, con el objetivo de interactuar y socializar, comparten asuntos personales, sociales, entretenimientos, opiniones y sintiéndose especiales aspiran gloria virtual en la interminable autopista de la internet.
Echando una mirada a este ecosistema digital, comprobamos una impresionante masa de consumidores de información y salta la interrogante: ¿Cómo convertir estas vigorosas redes sociales en aliados de la educación, para potenciar el aprendizaje innovador y producir contenidos de alto impacto? Los expertos plantean, involucrar esta poderosa herramienta en el ambiente educativo, llamada educación abierta productiva.
En ese sentido, es imprescindible que las redes sociales asuman estatus de asignatura formativa, para alfabetizar académicamente a los nativos digitales y aprendan buscar informaciones relevantes y logren empoderar sus habilidades cognitivas y solidarias, erigiendo su marca personal en esta extraordinaria revolución virtual.
Asimismo, estas redes sociales al ser comunidades activas, el educador está obligado a motivar el cultivo de habilidades blandas que nos permita una grata convivencia intercultural a través de producción de contenidos solidarios.
Siguiendo esta línea académica, más allá de consumir y compartir discursos ajenos relevantes, desde las aulas incentivemos a la comunidad del aprendizaje, producir y compartir contenidos propios de alto impacto, destinados a liderar e innovar nuestra realidad mundial.
Además, sabemos desde la psicología, el ser humano aprende más cuando crea, por lo que estimulemos a investigar en red, producir frases motivadoras, proponer ideas innovadoras y soluciones creativas a problemas sociales, buscando aportar al desarrollo sostenido.
Por ejemplo, en Facebook, los estudiantes pueden editar videos originales y acompañado de una leyenda atractiva compartirlo, para impregnar su identidad digital. De esta manera amplia su creatividad y mejora sus habilidades comunicativas, necesarias para una convivencia global.
En suma, las redes sociales acompañados por la maquinaria pedagógica, potencian el aprendizaje autónomo, colaborativo, creativo, haciendo de los estudiantes, importantes emprendedores y productores de contenidos de alto impacto para una vida mejor.
© David Auris Villegas. Escritor, columnista y pedagogo peruano.