Rogelio Javier Alonso Ruiz*
El pasado 23 de abril de 2022, el periódico El Universal emitió una nota referente a la propuesta de marco curricular que se encuentra aún en construcción. En el encabezado se leía “SEP va por desaparecer grados escolares, especialistas ven ocurrencia” (t.ly/Q8L4). Pese al título, éste no encuentra sustento siquiera en los expertos cuyas ideas dieron contenido al texto, pues incluso uno de ellos advierte que actualmente la consolidación de aprendizajes responde a un proceso comprendido en conjuntos de grados sucesivos, situación que continúa en la propuesta curricular. Lo anterior se ha tergiversado, atendiendo al encabezado, como un intento de desaparición. Cualquiera con un poco de gis en las manos podría dar fe que aprendizajes como los relativos a la alfabetización inicial formal se afianzan, cuando menos, en los dos grados iniciales de primaria.
La idea de la extinción de grados es tomada quizá del manifiesto “En defensa de la educación” (t.ly/HHpK), signado, entre otros, por dos de los tres expertos consultados en la nota referida anteriormente. En tal documento se exponen algunos riesgos que, de acuerdo con los firmantes, representarían los nuevos plan y programas de estudios. Pese a que en el borrador de marco curricular coexisten grados y fases de estudio, el manifiesto afirma que éstas sustituirán a los primeros. No bastó tampoco que, explícitamente, la propuesta curricular señale que la educación básica “se cursa a lo largo de trece grados” (DGDC, p. 151).
Si en el buscador de noticias de Google uno teclea “SEP grados”, aparecerán cuando menos, a la fecha de publicación de este escrito, una decena de notas de diferentes periódicos que hacen eco de la supuesta extinción. Hubo incluso un dirigente nacional de un partido político que expresó su preocupación ante el asunto.
Parece que quienes han publicado notas sobre la hipotética desaparición no se han dado tiempo siquiera para un vistazo al borrador del plan de estudios: tanto en la definición de la estructura de la educación básica (DGDC, p. 151) como en la distribución de los periodos lectivos de los campos formativos (DGDC, pp. 152- 154), los grados siguen estando presentes. Asimismo, en múltiples fragmentos se hace alusión a los mismos. La transición hacia fases tiene que ver con la organización de los procesos de aprendizaje y no con lo que erróneamente se asume como un sustitución de los grados escolares. ¿Por qué concluyen que se intentan desaparecer éstos con la nueva propuesta? ¿Se trata de un intento deliberado por desinformar?
Desde luego que la propuesta de marco curricular debe ser sometida a la crítica, pero ésta debe partir de un análisis preciso de lo que establece. Los medios de comunicación tienen un papel importante en ello. Deben ser responsables del contenido de sus notas y no alentar a la desinformación ni al catastrofismo donde no debe haberlo. Tanto hay por arreglar en la vida educativa del país, tanto por condenar y proponer, que lo menos que se requiere es una crítica extraviada.
*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Profesor colimense. Director de educación primaria (Esc. Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y docente de educación superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía.
Twitter: @proferoger85
REFERENCIAS
DIRECCIÓN GENERAL DE DESARROLLO CURRICULAR. (2022). Marco curricular y plan de estudios 2022 de la educación básica mexicana. México: autor.