Desde la campaña, el entonces candidato a gobernador, Mauricio Kuri, tuvo una propuesta educativa convencional. De hecho, como escribí en estas páginas, la educación parecía no ser una prioridad, ya que quedaba subsumida al eje de “prosperidad”. Esta columna especuló que, al andar en campaña, el candidato no quería arriesgar, pero también advertí algo más serio: una deficiente comprensión de los problemas educativos de la entidad (“Kuri: ¿qué tiene para la educación”, 19/04/21).
Las elecciones del 6 de junio le dieron el triunfo a Kuri con 54 por ciento del total de votos emitidos (www.rel2021qro.ieeq.mx). Bajo una atmósfera ganadora, el nombramiento de las autoridades educativas locales se demoró, abriendo dudas —otra vez— sobre la prioridad que tenía la educación para el actual gobierno. Esta incertidumbre se acentuó cuando supimos que no había un equipo de transición que ordenara el proceso de entrega-recepción, más allá de lo que establecía la ley respectiva. La política educativa requería rumbo y certidumbre ante un escenario de crisis y pandemia. Lo que sí estaba claro era que, antes de tomar posesión, había que crear la Secretaría de Planeación y Participación Ciudadana (SEPAC) para que luego la encabezara Luis Antonio Rangel Méndez.
La SEPAC es la dependencia encargada de “impulsar las acciones relativas a la planeación estatal”, en específico, la elaboración del Plan Estatal de Desarrollo 2021-2027. Para ello, se realizarían 50 foros temáticos (3 para educación), regionales, así como una “consulta ciudadana” vía telefónica y se alinearía a los planes de desarrollo municipales, nacionales y a la Agenda 2030 de la ONU.
A la par de iniciar los foros de participación, Planeación también estableció cuatro “retos” para la educación de Querétaro: (1) incrementar el grado de escolaridad promedio en 1.5 puntos, (2) reducir el analfabetismo en 2.5 puntos porcentuales, (3) llegar al “top-five” en términos de cobertura en primaria, secundaria y media superior, así como (4) pasar a los cinco primeros lugares en la lista de los estados que registran menores tasas de abandono escolar. Con esto, Kuri quiere “llevar a Querétaro al siguiente nivel”.
La asistencia a los tres “foros sectoriales de participación ciudadana” me hizo conocer propuestas mucho más profundas que las de SEPAC. Si bien había preocupación tanto por ampliar la cobertura como por evitar la exclusión escolar, el lugar de Querétaro en los palmarés no era de gran preocupación para la y el ciudadano, mas bien, se demandaba conocer las necesidades de los estudiantes o saber cómo las y los maestros adaptaron su práctica durante la pandemia. Además, el aprendizaje, en algunas regiones, era igual de valorado que la dotación de materiales e infraestructura. De hecho, la Agenda 2030 de la ONU hace énfasis en la “calidad de la educación”, un tema completamente omitido por la flamante oficina de planeación queretana.
En febrero, se dio a conocer el Plan Estatal de Desarrollo 2021-2027 donde se constató que la educación no es uno de los seis “proyectos prioritarios” del gobierno de Kuri. Habrá entonces que trabajar todas y todos porque el “programa institucional” en educación ligue las ideas originales con acciones efectivas en beneficio de toda la población, pero sobre todo, de aquellas personas que enfrentan, de manera injusta, mayores desigualdades.
Investigador de la UAQ (FCPyS)