Pedro Rendrón / Ibero
El Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE) de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México reeditó el libro ¿Cómo puede la educación contribuir a la movilidad social?, del Dr. Carlos Muñoz Izquierdo, quien fuera fundador y primer director de dicho Instituto.
En la nueva presentación de esta obra, Felipe Martínez Rizo, académico de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, agradeció a la IBERO “la acertada idea de reeditar un trabajo tan valioso”, del cual participó, en enero de 2010, en la presentación de su primera edición.
El libro, detalló, se organiza en tres partes. La primera, reúne trabajos sobre calidad de la educación básica; la segunda, es sobre economía de la educación; y la tercera, sobre las instituciones de educación superior de sostenimiento privado.
“La obra fue escrita durante un año sabático que el autor aprovechó para hacer un excepcional esfuerzo de recapitular su propia obra, lo que se refleja en la forma de agrupar los capítulos, y en que además de aprovechar textos escritos a lo largo de los 40 años cubiertos, Carlos hace en cada caso reflexiones sobre sus propios textos, escritos décadas antes, a la luz de lo que pensaba sobre cada tema en 2008”.
La Mtra. Sylvia Schmelkes del Valle, investigadora del INIDE, dijo que el libro es impresionantemente actual, a pesar del medio siglo desde que fueron escritos algunos de sus capítulos. “En su último capítulo, de reflexiones finales, Carlos se pregunta y se responde, cómo lograr que la educación mexicana contribuya a una sociedad justa, democrática y económicamente productiva. Responde que, para lograrlo, la educación debe ser axiológicamente relevante, culturalmente pertinente, pedagógicamente eficaz y económicamente eficiente”.
Ante la pregunta de si los factores que influyen sobre el aprovechamiento escolar pueden o no ser controlados por los administradores del sistema educativo, Muñoz responde tajantemente que los únicos de éstos que no pueden controlar son los que impiden que los niños y las niñas asistan a la escuela o no permanezcan el tiempo necesario para concluir los estudios iniciados.
Pero otros factores, también externos, sí pueden controlarse desde el propio sistema educativo, como: la desigualdad entre las habilidades con las que ingresan los estudiantes, y los códigos lingüísticos y culturales de los estudiantes. La respuesta está en el conocimiento ya generado en materia pedagógica y en la formación adecuada de administradores y de docentes, pues en ellos recae la responsabilidad de lograr aprendizajes también entre los estudiantes de sectores sociales desfavorecidos.
Schmelkes dijo, en cuanto a lo que Carlos Muñoz Izquierdo dejó como enseñanza de una investigación rigurosa, que puso de manifiesto que ésta no se contrapone con la formación del sistema educativo, por el contrario, su visión es lograr contribuir desde la investigación educativa a una mayor justicia desde la educación.
Y de la obra en general, destacó: “Cada pieza de este libro es un ejemplo del rigor teórico, metodológico, analítico e interpretativo (de Don Carlos). Y cada pieza nos muestra cómo por ello es posible llegar a conclusiones, que todas ellas apuntan a recomendaciones concretas de cómo mejorar y transformar la educación; este es el legado de Carlos, la investigación educativa comprometida con la transformación debe ser en extremo rigurosa. Y ahí la orientación de la IBERO, hacia una investigación de calidad, con pertinencia social y con incidencia en la transformación. No podemos renunciar a ser fieles a este legado”.
Para el Dr. Andrés Sandoval, docente de la Universidad de Bath, el mensaje de fondo que dejó Muñoz Izquierdo es que la calidad educativa es una condición necesaria, pero no suficiente, para la movilidad social. “Él, lo que nos quiere decir, es que estas políticas educativas, y por mucho que logremos la calidad educativa, tienen que venir acompañadas de políticas que promuevan el desarrollo socioeconómico por otros frentes”.
En términos de movilidad, para Don Carlos no bastaba con una educación de calidad, era indispensable que las oportunidades laborales se expandieran simultáneamente, ahondó el Mtro. Manuel Bravo Valladolid, coordinador de Educación Inicial en el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe).
El Dr. Alejandro Márquez Jiménez, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comentó que otra cuestión que siempre preocupó a Carlos Muñoz era tener una mirada integral de la educación, y criticaba la falta de visión o de integración de las políticas educativas, que en ocasiones se parcializan y sólo atacan las cuestiones más evidentes y muchas veces las más fáciles. Pero como él decía, entre más fácil es aplicar una política, su efectividad en ocasiones va de manera completamente inversa.
Finalmente, la Dra. Marisol Silva Laya, directora de la División de Investigación y Posgrado de la Iberoamericana, comentó que volver a difundir el libro se hizo con la intención de abrir la posibilidad de encontrar algunas claves para seguir estudiando viejos problemas, “preguntándonos nuevas cosas, pero entendiendo este contexto”.
El compromiso de reeditar esta obra, ¿Cómo puede la educación contribuir a la movilidad social?, de releerla desde una perspectiva crítica y contemporánea, es “la posibilidad de adelantar o empujar nuevos futuros”.