De manera tradicional el mes de febrero de cada año se invita a padres de familia y alumnos a preinscribirse para el siguiente ciclo escolar a cursar, en este caso sería ya para el ciclo escolar 2022-2023. La idea era apartar lugar en las grandes ciudades y ver la estadística de próximos alumnos en todos los planteles, a casi dos años de la suspensión de clases presenciales que se ordenó en Marzo del 2019 y por tanta confusión que ha reinado en la comunidad educativa parece ya no tener el mismo valor la preinscripción, el ciclo anterior se tuvo muchos inscritos y pocos alumnos a la distancia.
En la realidad anterior a la pandemia se tenia un compromiso de la mayoría de las familias con la educación al percibir en ella la mejor herramienta de emigración socioeconómica de la población, hoy ya no se percibe así, la incertidumbre y falta de liderazgo de la autoridades educativas ha llevado a todos a repensar nuestro sistema educativo mismo que ha evolucionado tan poco desde mis días en la Primaria Ignacio Zaragoza donde aún están las mismas paredes que me recibieron y espero que no estén los mismos pizarrones verdes que había que pintar constantemente; en aquel tiempo eran constantes las indicaciones de mis padres: “ que a un maestro o maestra se le había que respetar como a ellos mismo” de no ser así la chancla no erraba ni un tiro por quejas de mis estimados docentes con mi progenitora.
Que no nos gane la apatía y el divisionismo, la educación y el aprendizaje son lo mejor que tiene una sociedad para salir delante de sus problemas, la formación en las aulas aun está en la mayoría de los casos implementada por personas valiosas, no nos perdamos la fe a nosotros mismos, creamos en un mundo mejor a través de las nuevas generaciones dejemos el pensamiento antiguo, pesimista y confrontativo para los viejitos que no tienen aspiraciones de ningún tipo, más que meternos en su propia amargura.
Y a ti Profe y Maestra te auguro lo que escribió Camus a su maestro:
“decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y de corroborarle que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted puso en ello continúan siempre vivos en uno de sus pequeños escolares, que, pese a los años, no ha dejado de ser un alumno agradecido”.
Víctor Manuel Silva Galaviz.
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