Miguel Ángel Pérez Reynoso
La pandemia por el Covid 19 ha venido a trastocar casi la totalidad de la vida pública, en las instituciones, en los sujetos y en las relaciones sociales. El nombre Covid – 19, ha sido usado desde marzo del 2020 como una forma para referirse al riesgo de infección de este virus que generó todo un revuelo mundial (pandemia) y el cambio en las políticas públicas y decisiones sociales de los sistemas de salud y de educación de la mayoría de los países del mundo.
Y el campo de la investigación educativa no ha sido la excepción, en el reciente congreso nacional de investigación educativo que organizó el COMIE y que se llevó a cabo el pasado mes de noviembre del año anterior de manera virtual, desde la ciudad de Puebla, se presentaron infinidad de trabajos en torno a esta nueva categoría.
Se reconoce que el Covid – 19 ha modificado la organización escolar y la vida en las escuelas, pero también ha afectado el proceso para aprender e incluso el desarrollo de las propias personas.
Se habla de una fuerte influenza con el desarrollo emocional de los sujetos, de los estudiantes hasta los docentes. En la investigación educativa el Covid entra como una categoría emergente no para hacer análisis sino más bien para reconocerlo como un componente estructural del contexto.
El problema al que nos enfrentamos es que comenzamos a normalizar una mirada en donde damos por hecho que las cosas que vivimos ahora siempre han sido así. El Covid – 19 nos obliga a generar una línea de demarcación medianamente clara que delimite en un antes y en un después, su aparición permite generar una especie de parteaguas, de tal manera que se hable de una vieja y una nueva normalidad. ¿Qué normalidad tenemos hoy en día? Una normalidad muy extraña, muy poco convincente para un estilo de vida el cual obliga a vivir bajo una constante amenaza de privaciones y encierro.
Por otra parte, el Covid – 19 ha obligado a millones de sujetos a tener que vacunarse y a obtener un certificado que sirva a modo de carnet, para poder salir y desplazarse ya no tan libremente. Esta es también una nueva estigmatización, que implica haber dado positivo, estar infectado, no haber sido vacunado, no portar tu certificado de vacunación, etc.
La realidad actual en lo social y en lo educativo nos ha llevado a construir nuevas formas de organización y de relación social, que antes solo se pensaban en la ciencia ficción. Con la aparición del Covid – 19 y de su acelerada propagación la ciencia ficción ha quedado rebasada, hoy el factor humano se hace nuevas preguntas y dentro de todo se viven nuevos temores, la mayoría de ellos inéditos en el desarrollo social.
La investigación tiene como misión central el generar conocimientos, en ello, tanto las preguntas como las pocas certezas que hemos construido hasta ahora son pobres y parciales, hay aún muchas cosas por conocer y hay muchas más implicaciones que se desprenden de este invisible bicho llamado Covid – 19.
Ahora bien, en cultura el Covid – 19 ha generado un movimiento nuevo, basado en el distanciamiento, el autocuidado, y la prevención, muchos y muchas ciudadanas del mundo han muerto por este pequeño bicho, se han tomado medidas al respecto, pero el fondo del asunto sigue siendo un espacio oculto del cual es necesario develar a partir de la tarea de investigar. Hoy la sociedad entera está necesitada de respuestas para entender que hay detrás de este concepto y nueva categoría llamada Covid – 19. Hoy las dudas de niñas y niños en edad escolar merecen respuestas más convincentes las cuales están basadas en un nuevo abordaje de la producción de conocimientos científicos.