Miguel Ángel Pérez Reynoso
Han transcurrido los primeros días del mes de enero del año nuevo (como suele decirse popularmente) y tanto en las esferas de gobierno federal y estatal no se anuncian compromisos puntuales para este año que transcurre día a día.
Estos primeros días del año se han vinculado al incremento de contagios en la nueva ola de Covid (ya no sabemos en que ola vamos), lo que sí se sabe, es que el riesgo continúa. Y, por otro lado, la atención ha sido acaparada por las medidas preventivas y de cuidado para evitar que el incremento de contagios se salga de control. Además, a nivel local los trabajadores de la educación de todos los niveles y sub sistemas, acudieron a recibir el refuerzo de la vacuna Moderna y a muchas y muchos de ellos les hizo una fuerte reacción que prácticamente los tumbó por varios días.
La llegada de cada año se torna en un espacio de oportunidad para planear estratégicamente y para comprometerse en corregir el rumbo de la política y junto a ello, prometer lo que se pudiera hacer durante un año fiscal.
El gobierno federal podría aprovechar esta oportunidad de inicio de año para hacer anuncios puntuales de lo que falta por hacer o para corregir lo que está haciendo mal. Me detengo en tres elementos que pudieran haber recibido un anuncio más proyectivo y de igual manera asumir compromisos anuales. Dichos componentes son los siguientes:
- Los avances del estado actual de reforma educativa.
Desde el inicio de esta gestión sexenal, el gobierno de la llamada Cuarta T, habló de que no estaba a favor de una reforma sino de un Acuerdo Nacional Educativo, a partir de lo que le llamaron la Nueva Escuela Mexicana, con el cambio de secretario de educación, la tendencia fue a fortalecer la educación básica y ser más cercanos (como gobierno) en atender los estilos de gestión para dar un mejor apoyo a las escuelas con mayores necesidades materiales. Pero de ahí poco se ha hecho y aun poco se ha anunciado. Parece que la responsable de conducir el rumbo educativo en el país, se ha dejado llevar por una inercia que ha juntado el proceso que viene del pasado con las intenciones del presente en donde ella se ubica. No hay anuncios ni compromisos claros, por lo tanto, no hay mucho que esperar en algunos cambios en cuanto a acciones en la esfera federal.
- Las modificaciones en planes y programas de estudio.
Desde Enrique Peña Nieto y un poco antes las iniciativas de reforma educativa se han hecho de manera invertida, es decir, han comenzado con los pactos políticos, el cabildeo y las negociaciones con los grupos de interés en juego, potra concluir concretizando los cambios y los ajustes curriculares, de alineamiento de planes y programas de estudio, desde la educación básica hasta la superior. Y esto ha dado lugar a un verdadero galimatías curricular.
En este rubro tenemos tres grandes orientaciones curriculares las cuales se concretizan en tres tipos de planes y programas de estudios:
- El Plan 2011.
- Los aprendizajes claves. Y
- Los planes y programas de la NEM.
Muchos docentes desde el preescolar hasta el bachillerato se preguntas ¿y con cuál vamos a trabajar ahora? La claridad curricular se traduce en la claridad de las aspiraciones formativas que se traducen a su vez en términos teleológicos con el tipo de ciudadano y ciudadana que se aspira formar. Al no ver claridad ahí, no sabemos para qué estamos formando.
- Las medidas educativas para formarse en prevenir los riesgos de la pandemia por Cavad.
Desde el mes de marzo del año 2020 hemos estado sumidos en esto que se le ha llamado mundialmente la Pandemia por Coronavirus, sin embrago cabe aquí la pregunta ¿qué se ha hecho en términos educativos para dar respuesta a dicha amenaza? La pandemia, ha generado infinidad de literatura de todo tipo, en cuanto a propuestas, reflexiones, reportes de investigación etc., pero en la esfera de gobierno ¿Qué se ha decidido hacer? Para llevar a los chicos y chicas a que accedan a nivel de aprendizaje y que les permita prevenir, actuar y auto cuidarse anteponiendo el cuidado de la salud, de la vida y de las y los demás. La pandemia no ha concluido su amenaza, pero parece que seguimos a la defensiva actuando en respuesta a lo que el riesgo nos va orillando.
En educación el componente preventivo es muy poco utilizado, aquí la coyuntura brinda una excelente oportunidad para sacar adelante acciones en este sentido.
Los días del año nuevo 2022 siguen transcurriendo pausadamente y poco se ve de acciones y de compromisos, parece que tanto en la esfera federal como en la local les gusta vivir al día. ¿Qué cuentas se darán al final del año? El tiempo no lo dirá.