Desafortunadamente, la comunidad científica del país no cuenta con certeza jurídica ni normativa respecto a los nuevos planes y políticas en materia de Ciencia y Tecnología por parte del actual gobierno, lo que provoca incertidumbre en el rumbo y avance de los proyectos y de sus instituciones, señalaron diversos académicos.
En el marco de la mesa de análisis “La política Científica y tecnológica del gobierno mexicano”, organizada en el Congreso Nacional de Investigación Educativa, Alejandro Canales, investigador del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, advirtió que existe una discrepancia entre el discurso gubernamental y los hechos y acciones realizadas en la materia.
Explicó que en la narrativa se da esperanza para los investigadores, instituciones y los jóvenes que las integran, sin embargo, no se brindan los recursos suficientes para llevar a cabo los proyectos.
Además, explicó que ante esta posición, existe una homogeneidad en la inconformidad y respuestas respecto a las decisiones que ha tomado el gobierno y se han adoptado formas organizadas por parte de académicos que defienden a la ciencia y tecnología.
Por su parte, Sylvie Didou Aupetit, Investigadora en el Centro de investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), consideró necesaria la exigencia de un mayor reconocimiento al trabajo intelectual del país, pues advierte que con las diversas acusaciones por parte del gobierno a los miembros de esta comunidad, ponen en duda la respetabilidad de individuos e instituciones que trabajan por brindar soluciones a los diversos problemas del país.
“Es pesimista el futuro, por ello es necesario crear colaboraciones para edificar en lugar de destruir. Desafortunadamente con el actual gobierno son muy pocas las cosas que se han construido y mucho lo que se ha destruido”, añadió.
Para Gabriela Dutrénit, coordinadora del Posgrado en Economía, Gestión y Políticas de Innovación de la Universidad Autónoma Metropolitana, desafortunadamente no existen espacios para que la comunidad científica se involucre en los procesos de construcción de políticas públicas.
Advirtió que los conflictos entre el gobierno y los académicos deja una visión binaria que no beneficia a nadie, por lo que debe existir un proceso de saneamiento de esta relación.
Finalmente, considera que se deben fortalecer las colaboraciones entre colegas e instituciones, a fin de romper con los prejuicios que se mantienen sobre la actividad científica de nuestro país.