Hoy en nuestro estado se realiza el primer foro sobre educación con el propósito de elaborar, de manera participativa, el Plan Estatal de Desarrollo 2021-2027. La temática específica será la educación básica. La problemática del bachillerato y la de Ciencia y Tecnología se discutirán el 18 y 17 de noviembre, respectivamente.
Lo que se delibere ahí será de suma importancia, pues la educación básica concentra 68 por ciento de la matrícula total de estudiantes del estado (688,086, según Mejoredu). Además, Querétaro cuenta con ciertas particularidades que hacen pensar en cómo se podría organizar su sistema educativo para que facilite las diversas trayectorias escolares —más que bloquearlas—. Por ejemplo, al recibir a un mayor número de personas de las que expulsa por vía de la migración, esta entidad registra tasas de abandono escolar negativas. Es decir, entran más niñas y niños a primaria de los que se van (Mejoredu). Ante ello, el sistema educativo de Querétaro tiene la oportunidad de ser aún más flexible.
La crisis derivada por la pandemia podría ser otra motivación para discutir cómo y porqué cambiar las reglas con que operan las escuelas. Esperamos que esto se discuta en los foros y sobretodo, que la flexibilidad sea una exigencia de las comunidades escolares que empate con el interés político.
Otra característica particular de esta entidad federativa es que, pese a la desigualdad regional y variados incumplimientos, en algunas áreas se desempeña relativamente bien. Por ejemplo, en 2010, noventa de cada 100 jóvenes entre 12 y 14 años asistía a la secundaria. Este número creció cuatro puntos porcentuales en cinco años, siendo tal incremento estadísticamente significativo (Mejoredu). Situaciones como ésta, le permite a Querétaro plantearse metas distintas y mucho más imaginativas que llegar al “top ten”.
Si el sistema educativo, por ejemplo, incorpora a personas antes excluidas y lo hace mediante un currículum flexible y pertinente que le permita aprender al parejo de sus contrapartes más afluentes, el estado, su gobierno y la sociedad se verán beneficiados. Hasta podrían compararse los resultados con los de otros gobiernos de signo ideológico aparentemente distinto pero probadamente ineficientes. La eficacia de la política educativa, en democracia, normalmente se liga al futuro político.
Incrementar la escolaridad o aumentar la cobertura son retos valiosos, pero se vuelven más significativos si tales estrategias incorporan el componente de la equidad y el del aprendizaje. En este último sentido, Querétaro tiene una deuda. Pese a que hubo algunas tendencias positivas en términos de aprendizaje en las áreas de Lectura y Matemáticas de 2003 a 2014, éstas no fueron significativas (Backhoff et al., 2017). ¿Qué se dirá entonces en los foros ciudadanos sobre la falta de información educativa que el actual Gobierno Federal ha propiciado? ¿Cómo resarcir este vacío desde la escala estatal?
Sin información, cualquier proceso de planeación puede menguar. Deliberemos de verdad el futuro educativo de Querétaro construyendo y utilizando datos, compartiendo experiencias, valorando el argumento contrario, y haciendo propuestas concretas, realizables e imaginativas.
Investigador de la Universidad Autónoma de Querétaro (FCPyS).