Casimiro Méndez Ortiz
El pasado 1° de octubre, el presidente de México presentó ante la cámara de diputados la iniciativa de reforma para los artículos 25, 27 y 28 de la constitución mexicana.
En la iniciativa de reforma al artículo 25, se expresa que el sector público tendrá la rectoría sobre las áreas estratégicas, como lo señala el artículo 28 de la constitución, como correos, telégrafos, radiotelegrafías, minerales radioactivos, el litio, y de más minerales estratégicos; generación de energía nuclear, electricidad, y la exploración y extracción de petróleo, sin que el estado ejerza monopolios sobre las áreas estratégicas, que ejerza su rectoría.
En la reforma al artículo 27° de la constitución del 2013, se expresa: “Corresponde exclusivamente a la Nación la planeación y el control del sistema eléctrico nacional, así como el servicio público de transmisión y distribución de energía eléctrica…” Se reconoce al estado para ejercer el monopolio de la transmisión y distribución de la electricidad, mientras se deja a empresas privadas el oligopolio de la producción. Producir electricidad es más rentable que distribuirla porque tiene una composición orgánica de capital mucho más alta: mayor inversión fija y menor cantidad de trabajadores. La energía eléctrica producida por empresas privadas fue programada para que desplazara y arruinara a la CFE. Ese era el plan.
La agencia calificadora Moody´s, aseguró que la reforma eléctrica propuesta por el presidente de México, afectaría la calificación crediticia del país. Moody´s, indicó que, de aprobarse la reforma eléctrica, disuadiría la generación privada de la electricidad, y que las afectaciones crediticias no podrían cuantificarse de forma precisa por el momento, sino que se observarían hasta que se desarrolle más el marco regulatorio.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió ayer sobre los riesgos de dar marcha atrás a la apertura del sector energético aprobada en 2013 en México, y recalcó que la provisión de energía debe ser “eficiente, asequible y sostenible”.
“Hemos visto un retroceso de las reformas del sector energético de hace unos años, y eso ciertamente aumenta la incertidumbre sobre políticas, que luego puede inhibir la inversión del sector privado”, afirmó Gita Gopinath, economista en jefe del FMI.
El Consejo Ejecutivo de Empresas Globales (CEEG), que está integrado por empresas monopólicas como Shell, BP, Iberdrola, señaló que hay una enorme preocupación por la propuesta enviada por el Presidente de México, al Congreso de la Unión sobre la reforma eléctrica, asegurando que los costos de la energía se incrementaran y generarían incertidumbre para la invasión. ¿Se imaginan preocupados a los buitres del capital? No es lo mismo, inversión que saqueo, por eso, los dueños del capital internacional están preocupados porque México dará un paso histórico al aprobarse la reforma eléctrica, porque al aprobarse esta reforma vamos a recuperar la soberanía y la seguridad energética.
Hoy nos dicen que si aprobamos estás reformas nuestro país, perderá la confiabilidad crediticia, la inversión, la competitividad. Y a nombre de la competitividad han contaminado nuestras aguas, nuestras tierras, nuestros cielos.
A nombre de la competitividad han despojado a los trabajadores de sus derechos, han precarizado sus condiciones laborales. No importa que nuestros jóvenes no encuentren trabajo, no importa si son rechazados de las universidades, no importa si a nuestros trabajadores les niegan la jubilación. No importa que la mujer, la madre, la hija y la esposa no encuentren trabajo, o si lo encuentran sea en condiciones de esclavitud moderna.
Cuando los neoliberales nos hablan de competitividad, nos están diciendo que no importan los derechos laborales ni humanos, porque han dogmatizado a las fuerzas de mercado, por eso tratan de convencernos, que no hay más bien que la competitividad.
Los trabajadores con derechos ahuyentan la inversión extranjera, nos dicen los neoliberales. Las naciones que han blindado su soberanía nacional no son vulnerables al saqueo, la explotación y la apropiación de los recursos. Las naciones así son atractivas al capitalismo mundial.
Esos empresarios que apuestan por privatizar los recursos del pueblo son aves carroñeras del capital, atraídos por la putrefacción neoliberal, la corrupción y la sumisión de gobernantes traidores a su patria.
Hasta el cansancio le han dicho al pueblo de México, que nada puede cambiar, que nada debe cambiar, porque vivir bajo un proyecto de corte neoliberal, es el reflejo de lo bien que vivimos, lo bien que vamos, lo importante es la competitividad, los datos, las cifras, el crecimiento sostenido, la inversión extranjera, eso es lo único que importa. Es lo verdaderamente importante nos dicen. Pero es mentira, los países que fortalecen su soberanía y seguridad energética, son países que defienden su economía, y cuando la economía está al servicio del pueblo pueden dar a su pueblo salud, trabajo, alimentación, educación como un derecho social y no como mercancía.