Silvia Ruiz Maruri
“La emergencia climática es una carrera que estamos perdiendo, pero es una carrera que podemos ganar”.
Antonio Guterres
Secretario General de la ONU, (2019).
El domingo 24 de octubre se conmemoró el Día Internacional contra el Cambio Climático. Y las niñas, niños y adolescentes tienen mucho que decir sobre un tema que mantiene contra reloj a la especie humana.
Es por ello, que la infancia y adolescencia de nuestro país aprovecha la oportunidad de prepararse rumbo al segundo encuentro internacional de niñas, niños y adolescentes, voces en tiempos de pandemia y ¡ por la madre tierra!
En el marco del curso que lleva la emergencia sanitaria de SARS-CoV-2, -que aún está vigente con ya casi 2 años- de estar viviendo bajo la tiranía del virus y con una condición de riesgo sanitario, hemos aprendido y madurado muchísimas cosas.
Es por ello que la infancia y adolescencia de México y el mundo, están ávidas de compartir su pensar y sentir respecto a un tema de gran calado como es el cambio climático y calentamiento global.
El propósito de las niñas, niños y adolescentes es continuar con la toma de pequeñas acciones que nos llevan a repensar el quehacer de los adultos y las formas de vida que hemos adoptado en los últimos años, así como en las diferentes maneras y medidas en que han contribuido al desastre ambiental que estamos viviendo a escala global.
¿Qué opina la infancia, adolescencia y juventud sobre un tópico que a menudo es minimizado, pero que vivimos sus efectos en la vida diaria? ¿Es un tema que realmente les interesa y preocupa? ¿Acaso la pandemia del SARS-CoV-2 surgió por generación espontánea? ¿Es nuestra tierra la que realmente está amenazada? ¿O es la especie humana la que está en riesgo de extinción inexorable?
Las respuestas a estas preguntas y otras más, las podremos escuchar de viva voz de sus protagonistas, este 24 de octubre a las 10 horas, donde los niños, niñas y adolescentes reflexionarán y dialogarán respecto a una problemática tan sentida por este sector poblacional que quiere externar sus opiniones y perspectivas.
La infancia, adolescencia y juventud están tomando la tribuna después de una larga data de mantenerlas al margen, en el silencio y penosamente -aún en gran parte- en el olvido.
Es momento de romper con tradiciones y paradigmas que se fundan en el temor y la idea equívoca de que las y los menores de edad no tienen nada que decir ni que aportar al mundo.
La soberbia del adultocentrismo suele obnubilar nuestra percepción de la realidad y con ello, se cierra un abanico de posibilidades que es importantísimo tomar en consideración, primero para resolver los grandes problemas que nos agobian. Y segundo para repensar nuestra historia humana con la finalidad de transformar el futuro y asegurar nuestra sobrevivencia como especie ante un momento tan álgido como el cambio climático y calentamiento global.
Es evidente que este problema no es un asunto baladí, sino un problema bastante serio, porque el futuro de nuestra infancia, adolescencia y juventud está amenazado, y con ello, la sobrevivencia de nuestra especie.
Este es el segundo año consecutivo en que la infancia y adolescencia quieren expresarse y hacer valer sus intereses en pro de un bienestar común. Ya que mucho de lo que nos están pidiendo a gritos, es justamente poner un alto a las formas de vida impuestas desde el capital y que son opuestas a la vida, la salud y el futuro de la humanidad.
Porque de seguir en este espiral de depredación en el que otras especies animales y de vegetación están sucumbiendo ante el peligro inminente, la extinción humana no tendría vuelta atrás.
Las niñas, niños, adolescentes y juventud de las escuelas y de los diversos colectivos que se están congregando para su segundo encuentro internacional, quieren soñar, cantar, gozar y disfrutar este mundo. Pero sobre todo, quieren hacer posible otras formas de ser, vivir, estar y convivir en todos los espacios geográficos de nuestra bella y extraordinaria madre tierra.
¡Dejémonos contagiar de su entusiasmo, alegría y valor apoyando sus iniciativas, así como sus formas de ver, ser y estar en nuestra preciosa madre tierra!
Escuchemos sus voces al unísono, y que con ellas ¡retiembre de emoción nuestra madre tierra!