Iliana Lo Priore (*)
Jorge Eliecer Díaz Piña (**)
Preguntarse crítica o deconstructivamente es más difícil que responder. Auto-co-preguntarse significa suspender analíticamente la correspondencia establecida entre significantes, significados y referentes, dudar, poner en entredicho algo que supuestamente era una certeza. Los que creen saber, no se preguntan nada. Recordemos al Sócrates educador. El saber preguntar puede subvertir.
¿El agotamiento de la racionalidad y práctica política moderna ha contribuido a la crisis o vaciamiento de la razón educativa o metafísica de la educabilidad de los sujetos; a la desarticulación entre sujeto pensante-actuante y proyecto social transformador; a la confrontación entre inmanencia y trascendencia?
¿Ambas crisis, la educativa y la política, son productos de la crisis epocal más general y profunda de la Modernidad por agotamiento de sus ideas-fuerza irrealizables por su lógica capitalista contradictoria intrínseca: progreso, desarrollo, bienestar, sujeto trascendente, democracia, igualdad, justicia social, educabilidad, libertad, etcétera?
Para hacer pertinentes nuestras posibles respuestas hay que ahondar más desconstructivamente en las preguntas de la relación que guardan los planos: 1) LO educativo con LA educación, 2) LO político con LA política, y 3) entre ambos estratos o planos (1 y 2) para la sustentación interpretativa.
La anteposición de la sílaba LO remite a la ontología (características o atributos esenciales que definen genéricamente a esos ámbitos); y LA remite a las manifestaciones prácticas, concretas o acciones (lo óntico o lo ente en filosofía). A los docentes nos excluyen de pensar la ontología (las definiciones fundamentales) y nos alienan la reflexión sobre la práctica (la profesionalidad) al pautarnos qué hacer y cómo hacerlo.
En un principio la Modernidad fue promotora obsesiva de la Razón y de la acción social mediante la voluntad para forjar Sujetos. De aquí que, desde la Ilustración, sujeto sea sinónimo de individuos con racional voluntad soberana trascendente. No hay realización de Proyectos sin sujetos voluntariosos. Después cuando no convino, se alienó o manipuló la voluntad soberana y trascendente: la voluntad y razón social se sustituyeron por la racionalidad individualista y funcionalmente reproductora o instrumental (por ejemplo, al oír la palabra comunicación se asocia inmediatamente al teléfono móvil privado, en lugar de vincularla a diálogo recreador en la interlocución).
El vértice donde convergen para articularse educación y política es la constitución o formación de sujetos según las hegemonías que rivalicen por la dirección cultural y ética de la sociedad.
La perfectibilidad emancipadora del ser humano (sujeto) por la acción formativa de otros seria LO educativo (I. Kant), (su crisis referiría hoy a la intrascendencia de la educabilidad: se ha vaciado significativamente de potencia), y las acciones o prácticas proyectadas modeladoras de las políticas educativas, seria LA educación (su crisis escolar obedece a la evidencia de la simulación o simulacro de quienes fingen aprender y el desencanto con la enseñanza de quienes la imparten: no hay sujetos educativos consistentes).
LO político se refiere a la caracterización teórica de la naturaleza de la interacción social (lo social evasivo o real) en su dimensión contradictoria, antagónica o adversarial (p.e. entre lo público y lo privado; sujetos y proyectos contrapuestos; enemigos o adversarios, etc): “la imposible y necesaria sociedad” de E. Laclau, o “cuando algo es necesario e imposible, hay que cambiar las reglas de juego” de J. Ibañez. LA política refiere a las acciones proyectadas contextualizadamente para incidir en los conflictos de intereses o poderes de los grupos sociales y gobiernos con base en la confrontación de fuerzas, antagónica o agonísticamente.
- Mouffe transfigura el término antagonismo en agonismo como forma de manifestación de aquel, que implica una relación entre adversarios y no entre enemigos (C. Schmitt). Una conceptualización para definir la política pluralista y democrática posible que suscribe: pluralismo agonista o democracia agonística.
Es una operación ideológica ocultadora de la inseparable relación existente entre toda forma democrática y el PODER, cuando se descontextualiza, universaliza o neutraliza la noción de democracia.
Los grados de respeto por las libertades públicas, los márgenes de tolerancia, y los escalones interpuestos institucionalmente entre el ciudadano y el Estado-gobierno (procedimientos y métodos administrativos “democráticos”), son siempre la resultante de relaciones de fuerza entre los grupos sociales.
¿Por qué las instituciones educativas no adoptaron el modelo deliberativo de espacio público republicano liberal moderno, o el democrático de auto-co-gobierno, para organizarse y formar democráticamente a través de las experiencias políticas o dinámicas cívicas significativas de participación antiautoritarias?
¿La prédica de la postergación del ejercicio democrático (no implica principalmente votar, sino poder decidir sin mediación expropiadora) para cuando los niños, niñas, y jóvenes sean adultos, es una práctica castradora de su potencialidad democratizadora de la sociedad y favorecedora de las tendencias fascistoides?
¿Cómo se puede formar ciudadanía para la democracia si no se contrarresta el ejercicio autoritario o disciplinario antidemocrático del poder? El poder es una relación social en la cual se trata de incidir sobre la posible conducta de otros. ¿Qué tipo de relación con el poder prevalece en la educación: simétrica o disimétrica? ¿La escuela es una mediación reproductora de los poderes dominantes? ¿Un aparato reproductor de la ideología dominante?
La paradoja política se evidencia cuando se aspira que el poder proceda del querer-vivir-en-conjunto (P. Ricoeur) y se pretenda a la vez que la relación jerárquica institucional del poder de Estado no se debilite o diluya para efectos de la toma de decisiones.
¿La democracia existe cuando el pueblo manda y el gobierno obedece como lo proponen el EZLN y E. Dussel?
La disputa por la legitimidad política entre fuerzas adversas pasa por la constitución de las identidades colectivas de los sujetos en la lucha por la HEGEMONIA SOCIOCULTURAL, y ello implica al proceso educativo o formativo formal e informal, en tanto la hegemonía consiste en la prevalencia de las significaciones y sentidizaciones del mundo, el entorno y los otros considerados éticamente o no (LA política sustantivada por LO ético-político).
La teoría de la hegemonía ha sido revisada y revitalizada por E. Laclau y C. Mouffe. Sus contribuciones resaltan el componente afectivo, pasional o afectual como aspecto fundamental de la hegemonía política. Ello rebasa la consideración meramente racionalizadora de la política progresista y radicalmente democrática.
Así como P. Freire señala la incompletud de los seres humanos para justificar políticamente la educación liberadora con la finalidad de que se autocompleten RENOMBRANDO AL MUNDO por medio de la autonomía y comunicación dialógica; Laclau y Mouffe, indican una falta que los limita para lograr una identidad individual y colectiva completa que los SIGNIFICANTES VACÍOS de la hegemonía pudieran suplir parcial y transitoriamente.
Pese a que la hegemonía se mueve entre lo necesario y lo imposible, es imprescindible para colmar la falta en el logro de la identidad. Es imposible porque lo social siempre estará abierto. Y su necesidad radica en su indispensable búsqueda permanente al otorgar sentido. Sin ella lo social sería psicótico. Ella brinda un cierre provisorio e inestable en la política y la educación.
La hegemonía se forja discursivamente para la interpretación, comprensión y acción. Discursos que se contraponen en la lucha por la dirección ideológico-cultural y ética. Que se forman por medio de narrativas de nociones, conceptos o significantes vacíos, para englobar o encadenar las diversas demandas de satisfacción de diferentes necesidades, intereses o deseos colectivos: p.e. Afectualidad, Educación Popular Empatizadora, Paradigma Ecoprotector Comunitario Inmunitario.
Sin el afianzamiento afectual de lo simbólico en los significantes vacíos, no se construye la hegemonía. Incluso lo afectual, o la afectualidad, en tanto nueva relación social en la que resuenan los cuerpos empáticamente (sintiendo y pensando-se juntos, sentipensando), puede ser un significante vacío para construir hegemonía, como proponemos, para transformar la educación y la sociedad ante la competitividad individualista neoliberal.
Ello convierte la afectualidad en una teoría y práctica de contrapoder, ya que lo afectual es una intensidad impersonal de naturaleza colectiva mientras el sentimiento es de carácter personal o privado. Una alternativa político-educativa centrada en orientar y favorecer encuentros formadores de disposiciones empáticas constructoras de sujetos colectivos potentes: multitudes instituyentes por su soberanía trascendente (A. Negri).
La afectualidad tiene su raíz en la configuración libertaria de la resistencia anticolonial del SUJETO PUEBLO en comunidades vinculadas y cohesionadas afectualmente (cumbes, palenques, etc). Pese a sus derrotas y persecuciones, quedó subyacente en las prácticas de la convivencia popular, en LO POPULAR, en su razón o racionalidad afectual hibridizada con la moderna dominante en todas sus expresiones existenciales. No es premoderna, al trascender a la modernidad, ES TRANSMODERNA (E. Dussel).
Lo popular es una racionalizada y sensible mitificación histórica, sociocultural y política correspondiente a una narrativa significadora, sentidizadora, identificadora y cohesionadora de un sujeto denominado pueblo en sus existenciales mundos-de-vida. Que se manifiesta como MODO DE SER RELACIONAL AFECTIVO-AFECTUAL en su vivir-siendo. Lo relacional, como modo de ser en pensamiento y acción, es previo e inmanente o propio del ser étnico-popular. Y puede ser trascendente al asumir el pueblo su racional mitificación liberadora ante las contingencias.
Con base en la cultura de la afectualidad popular indoafrolatinoamericana y caribeña, reivindicamos la lucha por la hegemonía de la educación popular afectual liberadora, para la forja de nuevos, por auto-co-creación, sujetos educativos y una política de construcción de poderes populares de autogobierno popular antiburocráticos y auténticamente democráticos.
En la lucha hegemónica por recuperar, decantar, actualizar y desplegar lo popular transmoderno en la educación escolar, juegan un papel primordial los docentes como intelectuales orgánicos (A. Gramsci). Su resistencia pedagógica productivo-creativa para re-crear la multiplicidad expresiva de lo popular de modo transmoderno. Reivindicando su racionalidad sensible, simbolizaciones, practicaciones e interacciones sociales resonantes afectual, ecoprotectora e inmunitariamente.
Los significantes hegemónicos reproductores dominantes pueden ser sustituidos o resignificados CONTRAHEGEMÓNICAMENTE al recontextualizarlos ya que es imposible establecer una significación correspondiente de manera definitiva (lo dicho respecto de algo), sobremanera cuando han perdido su PODER DE SIGNIFICACIÓN y han quedado a la DERIVA SEMÁNTICA O SEMIÓTICA por la crisis de agotamiento de la Modernidad.
Así ha ocurrido con los significantes, o ideas-fuerza, de la hegemónica modernidad capitalista, hoy agotada y en crisis civilizatoria por la depredación de la naturaleza y de las sociedades planetariamente (progreso, desarrollo, democracia representativa, igualdad de oportunidades educativas y sociales, etc.
El intento ideológico-semántico de resignificar, por ejemplo, el significante desarrollo como “desarrollo sustentable” ante sus impugnaciones ecológicas, no es viable porque el desarrollo conocido históricamente es insustentable. Asimismo, los sectores alternativos progresistas le han contrapuesto como modos de ser-siendo los significantes del Buen Vivir, Vivir Bien, etc.
La lucha por la hegemonía es para llenar temporalmente esa falta o carencia a través de la representación de significantes parciales de una totalidad que los rebasa, haciendo posible una identidad político-educativa en este caso.
La afectualidad y sus educaciones populares se especifican política y educativamente en la presente coyuntura pandémica e inmunizadora en la propuesta del PARADIGMA ECOPROTECTOR COMUNITARIO INMUNITARIO (PECI), para guiar la rehabitación del mundo y la escuela en crisis. Por tanto, la inmunización debe ser integral por antidepredadora y comunitaria-afectual, no únicamente médico-sanitaria, ya que exige también, y de modo primordial, la asunción de la transformación ecosófica radical de la vida colectivamente, por ejemplo, impidiendo persuasivamente el consumo de alimentos acidificantes de la industria transnacional y local de comida “chatarra” que desmineraliza o desalcaliniza la sangre favoreciendo así la reproducción de los virus en los cuerpos que la consumen.
Mucho más cuando se ha evidenciado desde el siglo pasado el agotamiento del modelo médico-sanitario para proteger la salud (ello lleva décadas en la agenda oculta de discusión permanente en la OMS y la OPS sin poder construir alternativas consistentes). De aquí el alto porcentaje del fracaso de las vacunaciones masivas para propiciar la inmunización efectiva por total y permanente frente a la pandemia. Vacunación que principalmente ha beneficiado obscenamente a los que mercantilizaron las vacunas: las transnacionales farmacéuticas. Esto también es demostrativo de la crisis epistemológica y de agotamiento de los paradigmas de la ciencia médico-farmacológica moderna.
El PECI es antidepredador porque se asienta en el reconocimiento de la alteridad de la naturaleza y su protección (la pandemia se originó en la interrupción de la cadena trófica de los microorganismos por la depredación neoliberal, obligándolos alimentarse de otras especies que se contaminaron y que consumieron los humanos). De aquí que la lucha por la bioseguridad debe inscribirse en el marco más amplio y estratégico de la lucha contra los depredadores y su racionalidad instrumental antiecológica, por ejemplo, contra quienes queman, talan y expropian las tierras a los propietarios indígenas, las extensiones territoriales en la Amazonía.
Es comunitario porque se asienta y afirma en la empatía y el cuidado integral recíproco. Siendo, en consecuencia, pertinente como política y praxis educativa por cuanto propicia la formación trascendente de los/las estudiantes a través del compromiso afectual del reconocimiento como auto-co-recreados/as sujetos político-educativos voluntariosos/as, críticos/as, antiburocráticos/as, radicalmente democráticos/as y enfrentados/as a todo tipo de pandemias neoliberales. “Nadie se salva solo, solo nos salvamos unidos.” (Papa Francisco).
¡URGE REIMAGINAR Y REHABITAR AFECTUAL Y ECOPROTECTORAMENTE EL MUNDO Y LA ESCUELA!
*Doctora en Educación. ilianalopriore11@gmail.com
**Doctor en Ciencias de la Educación. diazjorge47@gmail.com