Carolina Crowley
En sus marcas, listos, ¡fuera! El 22 de marzo, el director de Materiales educativos de la SEP, Marx Arriaga, inauguró el proceso para el rediseño de los libros de texto gratuitos (LTG) que, en un hecho insólito, espera concluir el 31 de mayo de 2021.
Durante el primer evento de capacitación para este rediseño, el director de Materiales Educativos mencionó que desde 1959 en México se utilizó la estrategia de conformar pequeños grupos de autores pagados para diseñar los libros de texto gratuitos y que, este modelo se consolidó y llegó casi sin modificaciones al año 2021. También señaló, que a partir de un diagnóstico iniciado el 1º de julio de 2018, sobre cada uno de los libros de la SEP vigentes, se tienen identificados problemas graves como: aprendizajes esperados no desarrollados, censura para abordar los problemas que aquejan a la sociedad, una clara intención por erradicar la diversidad cultural, una simulación que intenta evadir los problemas reales, actividades repetitivas, falta de transversalidad en su diseño, imágenes redundantes, retórica visual simplista, abusos de los espacios en blanco, descansos visuales en la edición, entre otros.
De acuerdo con las autoridades educativas, el modelo para elaborar los libros de texto como un trabajo de autor y los problemas encontrados en el reciente diagnóstico, los llevaron a la conclusión de que no podía corregirse el problema si no se modificaba el modelo. Es decir que, en vez de que un grupo de autores, expertos en diferentes materias (modelo monológico), elaboren, a cambio de una remuneración económica los libros de texto, ahora las autoridades educativas proponen que, 2365 personas (modelo dialógico), seleccionadas a partir de la reciente convocatoria lanzada por la Dirección de Materiales Educativos de la SEP, hagan el rediseño de manera gratuita y en menos de 50 días hábiles. El punto es que no se ha explicado de qué manera este nuevo modelo, podría solucionar los problemas que tienen los libros.
El diagnóstico al que se hace mención no se ha publicado, pero como se aprecia, se trata de problemas que van desde cuestiones técnicas relativamente sencillas, hasta profundidades ideológicas complejas.
La actualización y el mejoramiento de los LTG, es responsabilidad de la Dirección de Materiales Educativos de la SEP. Ambas acciones deben emprenderse de manera sistemática y permanente, no de forma esporádica e irregular. Si ya se detectó que hay imágenes redundantes, abusos de espacios en blanco, repetición de actividades y demás cuestiones que afectan el aprendizaje de los niños ¿por qué no corregir lo corregible ya? Ahora bien, si la discusión gira en torno a qué contendidos poner o quitar, qué intenciones tienen estos y quiénes son los que los proponen, entonces estamos hablando de un asunto imposible de resolver con un rediseño exprés. Las discusiones y propuestas de solución sobre la trascendente tarea de formar a las y los niños de México, van más allá de cambiar una actividad en un libro de la SEP. Habrá que recordar, que la Dirección de Desarrollo Curricular de la Secretaría está obligada a vigilar la articulación curricular y pedagógica para garantizar la continuidad, pertinencia y viabilidad de contenidos, métodos y enfoques. En otras palabras, se trata de una actividad de política educativa en la que va de por medio la construcción del modelo que va a regir la formación de millones de estudiantes; su importancia es enorme. ¿Qué caso tiene rediseñar los libros de texto, sin discutir el modelo educativo al cual se encuentran articulados? El rediseño, ¿se trata solo de revisar, agregar o quitar contenidos?
La capacitación para quienes participan en el rediseño de los LTG también fue exprés. Se organizaron cuatro cursos con duración de dos horas cada uno, en donde se abarcaron las siguientes temáticas: 1) Diseño de material didáctico, 2) La diversidad, la equidad y los valores básicos de México post pandémico 3) ¿Se pueden diseñar materiales didácticos dialógicos? y 4) De los programas y planes vigentes al diseño de materiales didácticos. En serio, ¿las autoridades educativas creen que 4 mini pláticas sobre temáticas tan complejas como las señaladas, son suficientes para que los participantes le entren al rediseño de los libros de texto gratuitos? ¿cuál es la urgencia? ¿cuál es la prisa? No comprendo.
Las autoridades educativas han señalado que quienes rediseñen los libros de texto deben partir de los planes y programas vigentes plasmados en el modelo de Aprendizajes Clave 2017, cuyo enfoque es humanista y competencial. Este modelo no se contrapone con las intenciones del actual rediseño de los LTG que busca “convertirlos en una pieza clave para la solidaridad y la integración del país desde una visión humanista”. Es más, armonizan totalmente. Sin embargo, los discursos del director de Materiales Educativos dan cuenta de que los libros de texto gratuitos, deben ser objeto de una discusión curricular mucho más profunda y compleja, que aquella que podría resolverse en un rediseño veloz.
Marx Arriaga ha hecho generalizaciones y afirmaciones como las siguientes: “…después de 62 años de sometimiento, asumen que esta invitación, hoy permitió que las voces que se encontraban marginadas tuvieran un espacio horizontal para poder contribuir con un diálogo constructivo, en donde no hubiera segregaciones, abusos o subordinaciones”; “…para las vísceras conservadoras, ello molesta, porque esperaban que actuáramos imitándolos y que propusiéramos un libro de texto redactado por unos cuantos, con una postura afín al colectivo de izquierda que hoy marca el destino de nuestro país…”; “…necesitamos una postura carnavalesca que someta los discursos autoritarios y equilibre a los participantes, lo otro, actuar desde el resentimiento, imitando las prácticas hegemónicas del pasado sería un grave error”; “…hay quienes piensan que fracasaremos, porque aseguran que solo ellos pueden marcar los rumbos de la ciencia y la educación, pero otros son conscientes que México cambió en estos 62 años, y que hoy poseemos un colectivo docente capacitado y ansioso por corregir este ambiente monológico”. Ante tales expresiones, yo quiero enfatizar que no necesitamos seguir señalando problemas del pasado, y menos aquellos que ya se han superado. Requerimos comprender las causas de éstos y mirar hacia delante. No veo de qué manera las pretensiones que escucho, en y detrás de esas expresiones, puedan lograrse en un ejercicio planteado como lo está el actual rediseño de los libros de texto gratuitos. Auguro que el modelo dialógico enfrentará un número mucho mayor de problemas técnicos y metodológicos, propios del campo curricular, que el modelo anterior. Y si este rediseño no logra eficacia, será porque se pretende hacer en menos de 50 días, en un momento nada propicio para ello.
Las autoridades educativas no han hecho explícito hasta dónde se pretende llegar con este rediseño. Nada se ha dicho sobre qué se descarta y qué se busca conservar en los libros de texto. Podemos estar frente a unas mínimas correcciones o bien delante del cambio de todas las actividades de nuestros libros. Los mensajes enviados son confusos y contradictorios. Por un lado, las autoridades educativas proponen un rediseño veloz y por otro, llaman a desentrañar el currículo oculto de los libros de la SEP. Por el tiempo tan limitado asignado a este rediseño considero que lo único que se podrá lograr, será un cambio de forma, pero no de fondo. El amplio espectro de posibilidades que caben en el término “rediseño” sin duda es motivo de incertidumbre.
Ante la mínima explicación sobre el alcance de este rediseño, me surgen más preguntas, algunas de ellas tienen que ver con la participación que jugarán las y los niños de primaria en él. ¿Se les preguntará su opinión sobre sus libros de texto? ¿Dará tiempo de hacer una prueba piloto antes del 31 de mayo, para ver cómo funciona el nuevo rediseño? ¿Capacitarán al magisterio para el uso de los nuevos libros? Son muchas cosas las que implica un rediseño tan importante como el de los libros de la SEP. En estos momentos, en los que debido a la pandemia la educación de México y del mundo en general, ha sido tan duramente golpeada, me pregunto si la SEP tiene la fuerza moral y la aptitud metodológica a punto para pensar en contenidos y currículo oculto?
Estamos frente a un ejercicio con una logística complicada que se está construyendo sobre la marcha, a pasos forzados. No olvidemos que lo que se hace sin tiempo, el tiempo lo cobra. Lo seguro de este rediseño, es que la SEP espera que sea el resultado del pensamiento y trabajo de un grupo de 2365 personas y otros miles más que lo evaluarán e ilustrarán. Por lo tanto, la imaginación queda abierta a cualquier posibilidad, hasta aquella, que nos haga pensar que podemos terminar peor que como estábamos.
carolina.crowley.rabatte@gmail.com