Todos sabemos que es indispensable ir a la escuela, sabemos también que es un derecho y la base para un buen desarrollo. Ir a clases no sólo te prepara para el futuro y te forma en el presente. El tiempo que los niños pasan en la escuela los aleja del crimen y de las altas probabilidades de morir asesinados.
Existe una relación entre deserción escolar y criminalidad en la República Mexicana en la cual “diez estados con mayor tasa de homicidios tienen un índice de deserción escolar en educación media por arriba del promedio -5.2%-. En 2012 Chihuahua, Guerrero, Durango, Sinaloa y Tamaulipas fueron las entidades con mayor tasa de homicidios y deserción escolar”, comentó Blanca Heredia, especialista en educación, en la Cuarta Cumbre de Seguridad realizada este año en donde expuso estos datos como el resultado de una investigación conjunta entre el CIDE y Sociometrix.
Un estudio de Mónica Caudillo, por su título original en inglés: Exposure to local homicides and early educational attaintment and achievement in Mexico informa que “el aumento en la tasa de homicidios municipales representa un aumento en la probabilidad de reprobar el año en los estudiantes de educación básica”. Significa que, sin saber específicamente cuál es el factor causal, hay una correlación entre la tasa de homicidios y que los niños de primaria reprueben el año. Sumado a esto, Blanca Heredia sostiene que también existe una correlación entre el aumento en la tasa de homicidios y que los niños abandonen la escuela primaria.
¿Cuál es la relación entre (in)seguridad y educación?
Existen tres puntos que explican la relación: el primero; a mayor educación menor inseguridad. “En principio personas más educadas tienen mejores oportunidades de desarrollo personal y laboral; tienen la posibilidad de generar riqueza para sus comunidades y obtener ellos mismos mejores salarios. El hecho de que alguien esté más educado quiere decir que pasa más tiempo en la escuela que en la calle”, comentó Heredia.
Una segunda manera en la que se relaciona la seguridad con la educación se explica a través de dos estudios, realizados por dos mexicanas que actualmente radican fuera de México, uno de ellos por Mónica Caudillo y otro de Beatriz Magaloni, quienes documentaron el impacto de la inseguridad en la educación específicamente en México: entre más insegura es una localidad, o un país, hay menor desempeño académico.
“¿Cuáles pueden ser los mecanismos a través de los cuales mayor inseguridad se traduce en menor desempeño académico? el primero tiene que ver con el estrés en los estudiantes; segundo, puede esto tener un impacto negativo en asistencia a la escuela por el temor de que les ocurra algo en el trayecto y en tercer lugar el propio aprovechamiento escolar”, explicó Blanca Heredia.
En 2008 34% de las escuelas en México reportaron actividades criminales y enfrentamientos entre grupos delincuenciales cerca de sus instalaciones y en 2010 la proporción había subido a 40%. Otra cifra alarmante: 25% de los homicidios realizados en 2010 involucraron a hombres entre 14 y 24 años, remarcó Heredia.
La revista Nexos publicó en julio de este año un reporte titulado Marcado para morir realizado por José Merino, Jessica Zarkin y Eduardo Fierro en donde publicaron las altas probabilidades que tiene un joven, de sexo masculino, sin primaria terminada de morir asesinado. Sorprendentemente las probabilidades son tres veces más altas que las de un joven que vive en el país más violento del mundo, que es Honduras.
Las habilidades no cognitivas y su importancia para prevenir la violencia
“Un área relativamente nueva de investigación en términos educativos, tiene que ver con las denominadas habilidades no cognitivas que son prácticas, rasgos de personalidad, conductas, tales como: disciplina, capacidad para posponer satisfacción, la autorregulación emocional, la perseverancia”, afirma Blanca Heredia en entrevista con Educación Futura.
Heckman, economista de la Universidad de Chicago, reportó la importancia de las habilidades no cognitivas como igual o incluso más importantes que las habilidades cognitivas. “Las habilidades no cognitivas tienen que ver, de nuevo, con la infancia temprana y existe una investigación sobre ¿por qué los niños y niñas en situación de pobreza tienen tan malos resultados en la escuela? es decir, qué de la pobreza es lo que explica el mal desempeño en la escuela. Los resultados arrojaron que tiene que ver con el manejo del estrés” dijo Heredia.
Los niños que viven en un contexto de escasos recursos reciben una exposición crónica a altos niveles de estrés. “Imaginemos a un niño o una niña en un hogar con altos niveles de pobreza que, además está expuesto a altos niveles de violencia intrafamiliar e inestabilidad; por otro lado, sabemos también, por la investigación sobre el tema, que hay un elemento que nos permite administrar diferentes niveles de estrés y este tiene que ver con el apego a la madre en edades tempranas que se convierte en otro problema para los niños que viven en hogares con extrema pobreza”, —debido a que las madres que se desarrollan en contextos de pobreza pasan menos tiempo en sus casas y además viven expuestas a violencia intrafamiliar—, explicó Heredia.
La falta del manejo del estrés tiene como resultado problemas de conducta que pueden generar a futuro comportamientos violentos y frustración en los jóvenes.
“A menores habilidades no cognitivas hay un mayor comportamiento violento”, concluyó Blanca Heredia en esta primer parte de nuestro reportaje.